Siempre lo
conocí como Manuel Apolinario Odría Amoretti, militar tarmeño que se hizo del
poder tras derrocar a José Luis Bustamante y Rivero y que se quedó por ocho
años en el gobierno; periodo conocido como el Ochenio. Su gobierno fue
una de los más exitosos de la historia en términos de
infraestructura, pues construyó más que muchos
presidentes pasados y actuales. Sin embargo, a raíz de unas láminas
escolares y a la propia Wikipedia, me enteré que su segundo nombre, aquel que
solo consignaba con una solitaria “A”, no era Apolinario, sino Arturo. La mencionada enciclopedia
virtual asegura en una nota al pie de página que el nombre Arturo, figura en su partida de nacimiento como segundo nombre y
cuya copia facsimilar aparece en el anexo de imágenes del libro General Manuel A. Odría, soldado y
gobernante, editado en 1996 por la Comisión Nacional del Centenario del Ex
Presidente Constitucional de la República General de División Manual A. Odría.
Ante la imposibilidad de saber de dónde salió que su segundo nombre era
Apolinario, optaré por referirme a él como Manual A. Odría, o simplemente,
Odría.
A continuación, paso a reproducir un artículo que sobre él se publicó en el diario Perú 21, cuyas opiniones no comparto del todo, así que en determinados párrafos estaré haciendo algunos comentarios adicionales, los que aparecerán en cursiva.
MANUEL ODRÍA(*)
“Odría nos legó una monumental obra pública sin endeudar irresponsablemente al país. Entre 1950 y 1955 el país registró superávits fiscales”.
La gestión económica de Odría fue excelente. Su gobierno es, después del de Leguía, aquel en que más creció la economía peruana en el siglo XX. Los datos son del BCRP, Bruno Seminario y Gustavo Pons Muzzo.
Cuando Leguía asume
el poder en 1919, hereda un país sumido en la crisis económica y el caos social
como consecuencia del final de la IGM, que golpéó duramente la economía
nacional que dependía de las materias primas que las potencias occidentales
compraban para afronrtar la guerra. Una crisis q acrecenta con las protestas
sociales; tanto de de campesinos que reclamaban ante los abusos de los
gamonales, como de los obreros, que protestaban exigiendo leyes laborales.
Odría heredó una economía en recesión y con inflación galopante, cortesía de su inepto predecesor, José Luis Bustamante y Rivero. No solo redujo la inflación de casi 50% anual a menos de 6% sino que sentó las bases de 20 años de rápido progreso económico. Con Odría la economía creció a una tasa anual de 6.5%. Asimismo, el ingreso por habitante se expandió 36% entre 1948 y 1956. Las exportaciones se multiplicaron por dos. La productividad, que mide la eficiencia de trabajo y capital, aumentó 3.2% por año, más del triple de lo que había crecido entre 1930 y 1948.
Presidente Bustamante |
El gobierno de Odría tuvo el viento a favor de la Guerra de Corea que incrementó el precio de nuestras exportaciones. Pero el desempeño económico del Perú superó con creces al de otros productores de materias primas. Así, entre 1948 y 1956 el Perú creció cada año 2.8% más que Chile y 1.7% más que América Latina.
Apenas cinco años después de finalizar la II Guerra Mundial, el mundo vivía una nueva amenaza a la paz cuando tropas de Corea del norte cruzan la frontera para atacar a su vecina del sur con la finalidad de unificar toda la península bajo el régimen marxista de Kim Il Sun. Como se vivía en plena guerra Fría, EE.UU. y URSS se involucran en este conflicto, dando la posibilidad de arrastrar a la humanidad a una nueva contienda de carácter mundial, que tendría como ingrediente adicional, el uso de armas nucleares. Esto motiva a EE.UU. a aprovisionarse de materias primas, necesarias para afrontar una guerra que podría durar mucho tiempo.
La política económica de Odría consistió en dejar libre la iniciativa privada desmantelando los controles cambiarios y de precios que tanta escasez y caos habían causado. La inversión privada, nacional y extranjera, fue el motor del crecimiento en el ochenio. Grandes minas, como Toquepala y Marcona, se iniciaron con Odría.
La política económica de Odría consistió en dejar libre la iniciativa privada desmantelando los controles cambiarios y de precios que tanta escasez y caos habían causado. La inversión privada, nacional y extranjera, fue el motor del crecimiento en el ochenio. Grandes minas, como Toquepala y Marcona, se iniciaron con Odría.
Casi una tradición es que el Estado sea el principal agente de la economía nacional, no solo controlaba los precios de los productos, sino que el empleo dependía directamente de él. Este modelo pocas veces ha sido exitoso, y el gobierno de Bustamante no fue la excepción; la inflación crecía y los sueldos perdía progresivamente su poder adquisitivo ya que los precios de los productos de primera necesidad aumentaban continuamente, por lo que empezó la especulación y la escasez por parte de los malos comerciantes. Muchos de ellos se vendían solo en los estancos y en cantidades limitadas, por lo que la población hacía -desde la madrugada- largas colas para comprar azúcar, arroz, leche, aceite, etc. Para darle solución al problema, subsidió productos de primera necesidad importados, generando sin querer una ola de corrupción en la que sus aliados apristas estuvieron directamente involucrados, pues resultaron ser apristas los comerciantes especuladores o los que aprovechaban esos precios subsidiados para adquirir productos a bajos precios, para luego venderlos a mayor valor. (cualquier similitud con el gobierno aprista de 1985-1990 no es coincidencia). Odría cambió esta política asistencialista y controlista, apostando por la inversión privada.
Modernos edificios públicos empezaron a levantarse en la ciudad |
Grandes Unidades Escolares |
Unidades vecinales, modelo de barrios planificados |
Odría le otorgó a las mujeres el derecho a votar en elecciones generales. |
Odría no fue un príncipe del bien. Fue un feroz dictador.
Ernesto Montagne Markholz |
Alejandro Esparza Zañartu |
Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. El país se hundió cuando, entre 1968 y 1990, viramos hacia el socialismo velasquista dejando de lado las sensatas políticas económicas de Manuel Arturo Odría, el general de la alegría.
Juan Velasco Alvarado |
Para finalizar, sobe su apodo de "General de la Alegría", le vino de su carácter pero además porque en su gobierno se pusieron de moda alegres ritmos foráneos como el Mambo, de la mano del genial Dámaso Pérez Prado, quien trajo desde su natal Cuba, vía México, este frenético ritmo, tachado de indecente por la Iglesia y los sectores conservadores de la sociedad de la época. La radio y el cine jugaron un papel importante en su difusión, pues el mambo y el bolero, eran los protagonistas de las grandes producciones de Cantinflas y Tin Tan. Aparecieron los cabarets donde las chicas bailaban con escasas ropas llenas de plumas y "bobos"; con algo había que distraer a la población para que no reclame por la falta de elecciones. Incluso corre un rumor extraoficial, que Odría gustaba mucho de las "chicas de la vida alegre", y que precisamente se fracturó la cadera al caer por las escaleras mientras persiguía a una de esas chicas que acostumbraba llevar a su residencia privada en La Perla.
El Mambo llegó al Perú vía las películas de los más importantes cómicos mexicanos de esos años, Cantinflas y Tin Tan. |
Juan Mendoza, autor del artículo. |
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(*) Artículo de Juan Mendoza, publicado el 22/10/16 en el diario Perú 21.