JUAN PABLO II Y EL PERÚ
1985: PRIMERA VISITA
Fernando Belaunde se
encontraba en los últimos meses de su segundo gobierno que había empezado en
1980. Se esperaba que sea un buen gobierno, pero acusaciones de corrupción, la
crisis económica, el fenómeno de El Niño de 1983 y sobre todo, la aparición del
Senderismo, sumieron a su gobierno en una crisis tremenda. El anuncio de la
visita del Papa Juan Pablo II en febrero de 1985, sería una oportunidad de
consuelo para el sufrido pueblo peruano.
Acompañado del Presidente Fernando Belaunde y del Cardenal Landázuri |
A las 7:00 pm del viernes 1 de febrero de 1985, el avión de Alitalia procedente de Roma, arriba al aeropuerto Jorge Chávez. El Papa besó tierra peruana –como era su costumbre cuando llegaba por primera vez a un lugar- siendo recibido por el Cardenal Juan Landázuri Ricketts, el nuncio apostólico Mario Tagliagerri, el Presidente Fernando Belaunde y medio millar de niños chalacos. Tres millones de fieles acompañaron su recorrido de 15 km hasta la Catedral de Lima, donde ofreció una misa en honor de la Virgen de la Evangelización, coronó a Santa Rosa de Lima y veneró las reliquias de los santos peruanos, llevadas ex profesamente a la Catedral y se le obsequia un Cáliz de plata. Al día siguiente, muy temprano, recibió en el arzobispado a unos 200 polacos residentes en nuestro país, para luego presidir el Encuentro con la Juventud, ante aproximadamente un millón de jóvenes y niños reunidos en el Hipódromo de Monterrico (Jockey Club). Se dice que el Campo de Marte fue la primera opción, pero se decidió cambiar de sede porque se tendrían que talar todos los árboles del parque para que entre tremenda cantidad de gente.
La gira continuó en Arequipa, donde 300 mil personas presenciaron la coronación de la Virgen de Chapi y la beatificación de Sor Ana de los Ángeles Monteagudo. Al día siguiente (domingo 3 de enero), arribó al Cusco y es recibido por el alcalde de la Ciudad Imperial, Daniel Estrada, quien lo nombra Ciudadano de Honor ante 450 mil personas congregadas en la Fortaleza de Sacsayhuaman, donde realiza multitudinaria misa. Como dato curioso, la silla que ocupó en todo momento, perteneció a Simón Bolívar.
A Ayacucho llega al medio día
del mismo 3 de enero. Su mensaje fue traducido al quechua por monseñor Federico
Richter Prada. Es recibido por 200 mil personas y, dado que en esos días,
Ayacucho la presencia del terrorismo era muy fuerte, fue resguardado por 2 mil
policías, puesto que se temía un atentado contra su vida. Será por eso que la
misa tuvo que realizarse en el mismo aeropuerto. Finalizado el servicio
religioso, partió hacia Lima, donde llegó alrededor de las 10:00 pm.
El lunes 4, realizó una
jornada maratónica y agotadora. A las 8:45 am visita el Callao, se reúne con
monseñor Ricardo Durand Flores, con enfermos, ancianos, 65 pacientes del
hospital Carrión y reclusos del penal de Lurigancho (¿por qué no de Sarita Colonia?).
A las 11:49 am arriba a Piura y es recibido por medio millón de fieles. Un
millón de personas lo esperan en el aeropuerto de Trujillo, a pesar de haber
llegado pasada la media noche (12:15 am). Cuando retorna a Lima, ésta se
encontraba en gran parte a oscuras, debido a diversos atentados terroristas como
protesta por su presencia en el país.
Martes 5 de enero de 1995, último día de la visita pontificia del Papa Juan Pablo II. Se inició a las 8:50 am en Villa El Salvador, pujante pueblo que poco antes había alcanzado su autonomía como distrito y modelo de autogestión y progreso. A la misa que realiza el Sumo Pontífice acuden más de un millón de personas. Al medio día llega a Iquitos, en el corazón de nuestra amazonia. Representantes de los poblados originarios le regalan atuendos típicos, entre ellos un tocado de plumas, que gustoso usa el resto de su estadía, pronunciando su frase más recordada de su visita…”El Papa se siente Charapa”, a lo que la multitud respondió en coro: “Que viva el Papa, que también es Charapa”. A la 1:00 pm se despide emotivamente del Perú y parte a Trinidad y Tobago.
1988: SEGUNDA VISITA
Alan García había llegado al
poder en 1985. Por primera vez un aprista ocupaba Palacio de Gobierno. Las expectativas
eran altas, dada su juventud, pero su inexperiencia política, su personalismo e
inestabilidad emocional llevaron al país hasta lo más profundo. El terrorismo
había incrementado con la aparición del MRTA y se había extendido incontrolablemente
por gran parte del país. Los escándalos políticos, los casos de corrupción, las
huelgas eran pan de cada día. La pobreza se había incrementado debido a un mal
manejo de la economía, la migración de provincianos a la capital también. Los
pueblos jóvenes, los desplazados por el terrorismo y la violencia social se
incrementaban cada día. El anuncio de una segunda visita del Sumo Pontífice al
Perú constituyó una buena noticia en medio de tanta desgracia.
Fue una visita corta de apenas
40 horas, con motivo de la clausura del Congreso
Eucarístico Mariano de los países Bolivarianos que se realizaba en Lima. Arribó
al Grupo Aéreo N° 8 del Callao el 14 de mayo de 1988 a las 6:00 pm, siendo
recibido por el presidente Alan García. Al día siguiente tuvo que cumplir con
una nutrida agenda: Un mensaje a los presos del país, visita a Alan García en
Palacio de Gobierno, donde –según contaba un compañero de colegio- le habría reprendido
por el mal gobierno que estaba realizando y por el caos al que estaba conduciendo
a nuestro país y participa en el Congreso
Eucarístico Mariano. Por la tarde se
reúne con las religiosas y finaliza su visita con un breve mensaje a los
jóvenes desde el local de la Nunciatura Apostólica de la av. Salaverry.
A las 9:00 am del día 16 parte
desde el Grupo Aéreo N° 8 rumbo a Paraguay. Nunca más volvió al Perú.
La importancia de su visita radica en que fue la primera vez que un Pontífice de la Iglesia llegaba el Perú. Su visita fue largamente esperada por millones de fieles, que vieron de cerca o por televisión (precisamente, fue el evento más sintonizado de ese año) al líder de la Iglesia Católica. Un hombre carismático y decidido, que habló con firmeza y energía a todos los que lo escucharon, un mensaje claro, al alcance de todos, sin importar su condición socioeconómica, cultural, lingüística, política y hasta religiosa. Tres décadas después, su visita aún es recordada con cariño.
La importancia de su visita radica en que fue la primera vez que un Pontífice de la Iglesia llegaba el Perú. Su visita fue largamente esperada por millones de fieles, que vieron de cerca o por televisión (precisamente, fue el evento más sintonizado de ese año) al líder de la Iglesia Católica. Un hombre carismático y decidido, que habló con firmeza y energía a todos los que lo escucharon, un mensaje claro, al alcance de todos, sin importar su condición socioeconómica, cultural, lingüística, política y hasta religiosa. Tres décadas después, su visita aún es recordada con cariño.
ANEXO FOTOGRÁFICO
El "Papa Charapa" |
La Cruz del Morro Solar fue construida en honor a la visita del Papa con los restos de las torres de tendido eléctrico dinamitadas por Sendero Luminoso |
Por donde sea que pasara el Papamovil, estaba rodeado por un mar de gente que esperaba ver al Papa de cerca. Acá pasando el Puente Atocongo y las calles de Lima y provincias. |
Un año antes de su visita, el representante del Papa, Cardenal Joseph Ratzinger (futuro Benedicto XVI) vino al Perú |
Diseño original en base a los banderines que se hicieron en 1985 por la visita del Papa |
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