LOS
JUDÍOS EN LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
La historia de los judíos en la colonización de América es variopinta y
compleja. Involucra por cierto a las tres categorías de Cripto-judíos[2],
Conversos[3]
y Cristianos nuevos[4],
en las cuales se puede ordenar a dicha población según su grado de observancia
de las normas mosaicas. Incluye a gentes de diversa procedencia en Europa y que
cumplían con diversos roles en la sociedad colonial, negociantes, mercachifles,
artesanos, funcionarios, intelectuales, etc.
La actitud represiva que se instauró contra la población semita en
España y Portugal desde el gobierno de los Reyes Católicos fue trasladada a los
dominios del Nuevo Mundo, donde a partir de 1570 se establecieron tribunales
del Santo Oficio de la Inquisición. Diversas facetas de la tarea punitiva,
administrativa y financiera de esta institución han captado el interés de
numerosos estudiosos. En el caso del virreinato del Perú, específicamente debe
notarse el hecho de que la mayor parte (77.1%) de los reos condenados a muerte
por la Inquisición eran de origen hebraico y fueron echados a la hoguera
justamente por el delito de practicar más o menos abiertamente La Ley de
Moisés. Un gran número de ellos fueron involucrados en la llamada Gran complicidad[5] de
los años 1630, que unió a poderosos comerciantes judeo-portugueses afincados en
Lima. Al respecto, la historiadora Irene Silverblatt, de Duke University, refiriéndose al tema sostiene la posibilidad de
una conspiración que estos hombres de negocios tramaban junto a piratas
holandeses, que habría sido descubierta, razón más que suficiente para ser
perseguidos por las autoridades coloniales.
Tradicionalmente, la historia del judaísmo ha ignorado a los pobladores
semitas que vinieron a América forzadamente como cristianos, por más que la
identidad judía de estos conversos nunca quedó olvidada, ni por los mismos
sujetos de conversión ni por sus prójimos. Sin embargo, hoy parece aceptado el
hecho de que durante el siglo XVI se produjo un cambio en el concepto de judaísmo, el cual pasó de identificar a
una religión a marcar un carácter étnico indeleble[6].
Así es como los conversos y cristianos nuevos de los dominios ibéricos de
América continuaron siendo judíos, no
obstante su adscripción religiosa al catolicismo.
Por último, Nathan Wachtel, conocido historiador, antropólogo y
catedrático del College de
France, habla de una
compleja interrelación de prácticas judías y cristianas dentro de las familias
de origen hebraico, una combinación sincrética de elementos religiosos, que
permite hablar de una especie de sociedad
dual por parte de los implicados. De este modo, y a pesar de su inicial
sentido peyorativo, el término Marrano
expresa –mejor que ningún otro- una realidad sumamente compleja y rica de
aquella época, una gesta en el largo camino de sobrevivencia y reafirmación de
la identidad judía.
[1] Adaptado del artículo homónimo de Teodoro Hampe Martínez publicado en
el diario El Comercio, sección A-3 del 21/07/97. En el presente artículo, el
autor hace referencia a congreso internacional titulado Los judíos y la expansión europea a occidente realizado entre el 15
y el 18 de junio de 1997 en el campus de Brown University en Providence (Rhode
Island), donde se trató sobre la intervención de personas de origen hebraico en
la colonización de las Indias, desde los viajes de Colón hasta las guerras de
independencia. La intención de los organizadores –refiere Hampe- era “romper
con las barreras convencionales entre historia europea y americana, entre
historia judía y general, entre historia sociocultural y económica, así
como entre las experiencias coloniales
de España, Portugal, Holanda, Inglaterra y Francia en tierras del nuevo Mundo. Se trata de revisar la participación
histórica de los judíos en el proceso de expansión de Occidente, bajo una
óptica comparativa de los diversos imperios ultramarinos que existieron a
partir del siglo XV. De una manera u otra, todas las naciones europeas
contribuyeron al fenómeno del exilio y marginalidad que ha sufrido la
colectividad israelita por más de dos
mil años. Pero en algunas ocasiones más que en otras, los hombres y mujeres que
participaron en esta confesión fueron tolerados; así ocurrió por ejemplo en el
nordeste de Brasil, durante la ocupación de Pernambuco por los holandeses, de
1630 a 1664.” El historiador peruano presidió la segunda sesión, dedicada a los
judíos y la Inquisición, en la que además intervinieron Anita Novinsky, de la
Universidad de Sao Paulo, Solange Alberro, del Colegio de México e Irene
Silverblatt, de Duke University. Como ponentes en otras sesiones
estuvieron Nathan Wachtel, del College de France y muchos más.
[2] Cripto-Judíos
[3] Judíos conversos, Judeoconversos o simplemente Conversos
[4] Cristianos nuevos
[5] La Gran Complicidad
[6] Judío categoría religiosa o étnica?
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