UNA NAVIDAD EN LAS TRINCHERAS
Simbólico apretón de manos en medio de la nieve, entre viejos enemigos, un soldado inglés y uno alemán |
Situémonos primero en el contexto. La
I Guerra Mundial empezó en 1914; las grandes potencias europeas combaten unas a
otras en un conflicto buscado hace mucho y que nadie se atrevía a iniciar. Tuvo
que ser un hecho fortuito (o al menos eso se cree) el que lo desencadenó: El
asesinato del Archiduque Franz Ferdinand de Habsburgo, heredero al trono
austro-húngaro, a manos de La Mano Negra, un grupo ultranacionalista y
paneslavista serbio que operaba en Bosnia-Herzegovina, cuyo ejecutor fue
Gavrilo Princip. Al fin las potencias tenían la oportunidad de probar sus
fuerzas para decidir en el campo de batalla, cuál era el país más poderoso de
Europa.
Todos pensaban que la guerra duraría
poco; que por el armamento con el que contaban, fácilmente aplastarían a sus
enemigos; pero fueron precisamente esas armas
y la política de alianzas, las que contribuyeron a extender por cuatro
años un conflicto que todos esperaban durara entre seis meses y un año como
máximo. Fue una carnicería tremenda, nunca antes vista en conflicto alguno. Las
Trincheras fueron la táctica más empleada en el campo de batalla; profundas y
largas zanjas cavadas por las tropas para posicionarse ante el avance del
enemigo. Se construyeron como protección, pero terminaron siendo la tumbas de
millones de soldados.
Fue precisamente en una de esas
trincheras donde ocurrirán los hechos que trataré en este artículo.
24 DE DICIEMBRE DE 1914
Nos encontramos en el Frente
Occidental, específicamente en la frontera germano-belga, cerca de la ciudad
belga de Ypres. Dos trincheras se encuentran frente a frente. En una, soldados
británicos, llamados Tommys, por los
alemanes y en la otra, soldados alemanes, conocidos como los Fritz, por los ingleses. Ambos
apelativos hacían referencia a los que en cada país consideraban era el nombre
más común entre sus enemigos. Se encontraban a escasos metros, pero ninguna
recibía la orden de atacar a la otra. Estaba viviendo lo que ha sido llamado La Guerra Boba. Llevaban varios meses en
estado de letargo, aburridos. Nada parecía alterar tal situación. Entre ambas
se encontraba lo que llamaban Tierra de
Nadie.
El año se terminaba y la Navidad se
acercaba. Los soldados de ambos países pasarían por primera vez tan importante
celebración fuera de casa y en medio de una guerra que se había iniciado para
satisfacer el ego de sus gobernantes.
Era la víspera de la Navidad, el frío
arrecia y la nieve cae. Parecía que sería otro día aburrido en la trinchera
británica, hasta que se empezó a notar un movimiento inusual en la frontera
alemana. De repente se empezó a escuchar un coro desafinado de voces que
entonaban en alemán el coro de Noche de
Paz. Los británicos alzan la mirada sobre el parapeto y ven en la trinchera
enemiga una hilera de árboles decorados al estilo navideño. Al terminar su
canción, los británicos entonaron a plena voz Adeste fideles, que inmediatamente fue coreada por los alemanes en
su propio idioma. Después de unos minutos de silencio, un alemán grita en
inglés ¡No queremos pelear! ¡Es Navidad! Como
nadie responde, el alemán insiste ¡Voy a
salir, podemos hablar! Desde la
trinchera inglesa se oye ¡No disparen!
El primero en acercarse es un alemán,
quien atraviesa el alambrado de púas rumbo a la Tierra de Nadie. Un inglés, precavido, emerge de su trinchera y se
acerca. Ambos se detienen en la zona fronteriza, llena de cadáveres y cráteres
dejados por los bombardeos y que se hallaban convertidos en charcos por la
lluvia de la noche anterior. Ambos extendieron sus manos y se desearon Feliz
Navidad en sus respectivos idiomas. Al poco rato, los demás hombres se acercan
e intercambian saludos, botones, fotos, algo de comida y bebida. Los ingleses comparten
whisky y los alemanes cerveza. Logran comunicarse rompiendo la barrera del
idioma. Celebran juntos la Navidad.
Ingleses y alemanes en fotografía para el recuerdo. El dueño de la cámara es el que se encuentra en segundo plano, entre el soldado inglés y el alemán |
LA
TREGUA DE NAVIDAD
A la mañana siguiente sepultan a sus
muertos que se hallaban desperdigados por todo el campo de batalla y que,
gracias al clima gélido, habían logrado conservarse en buen estado. Un
sacerdote alemán oficia la ceremonia religiosa, primero en alemán y después en
inglés. Después improvisan una pelota con ropas viejas e inician un partido de fútbol que termina 3-2
a favor de los alemanes. Algo similar pasó en casi todas las trincheras del
frente occidental, donde las pelotas fueron hechas de materiales tan diversos
como bolas de paja atadas por cordeles, papeles viejos, vendas y hasta latas recicladas.
Se calcula que unos 100 mil hombres participaron de estos días de camaradería.
Realidad y ficción del partido de fútbol realizado en el Frente Occidental entre ingleses y alemanes |
Un Tommy,
pone en el medio de ambas trincheras una silla y abre una improvisada
barbería, donde soldados y oficiales de ambos bandos acuden a arreglar su
apariencia: cabello, barba y bigote. El precio se fija en un par de cigarrillos.
Muchos se pasan hasta altas horas de la noche hablando cordialmente, dado que
muchos alemanes hablaban inglés, pues habían trabajado en Inglaterra hasta que
fueron expulsados cuando empezó la guerra.
Además de los testimonios de los
sobrevivientes, una fotografía, tomada por un soldado alemán, inmortaliza el momento.
En ella se ven todos juntos a Tommys
y Fritz, en un acontecimiento que
nunca más se volvió a repetir en la guerra. Los sobrevivientes debieron haberse
lamentado de no haber dejado su dirección al fotógrafo. Hoy serían dueños de
una fotografía de invaluable valor histórico y monetario, por su puesto.
Pero no todos estuvieron de acuerdo
con la que después será conocida como La
Tregua de Navidad, entre ellos el joven cabo Adolfo Hitler, quien habría
dicho “En tiempos de guerra una cosa como
esta no se debe permitir”. No se
sabe quién denunció lo ocurrido; lo cierto es que el alto mando inglés envió un
comunicado enérgico a los comandantes de las trincheras ordenando el cese
inmediato de todo acto de confraternidad con el enemigo. Lo mismo ocurrió en
las trincheras alemanas. Los oficiales fueron castigados y los batallones
trasladados a zonas donde la guerra estaba más activa. En la Navidad del año
siguiente no ocurriría nada parecido. Los altos mandos se encargarían de que no
se repita.
El poderoso e influyente Daily Mirror, dando cuenta de lo ocurrido en la Trinchera con una de las fotos tomadas en el frente por los propios soldados |
Una novela, una película, un
documental y hasta un video musical se han hecho sobre la Tregua de Navidad.
Afiches alusivos a la celebración navideña en las Trincheras |
Video documental de History Channel sobre el tema |
Representación de la celebración de la Noche buena en la trinchera alemana |
Caricatura sobre la Tregua de Navidad de 1918 |
Novela de Christian Carlon, donde se trata de reconstruir lo ocurrido en la Navidad de 1914. La adaptación al cine se hizo tomando el libro como fuente. |
Dos afiches de la película francesa Feliz Navidad, que relata lo ocurrido durante la Tregua de Navidad |