LA COMPLICADA HISTORIA DEL
HIMNO NACIONAL PERUANO
Hace varios años, más concretamente en julio del 2011, empezó a circular por Hotmail la
noticia de que el Himno Nacional del Perú había sido designado por un grupo de
compositores clásicos de renombre mundial como el mejor Himno Nacional del mundo,
luego de un exhaustivo trabajo de dos años (2008-2010) en que supongo, habrán
escuchado y revisado las partituras de todos
los himnos nacionales de los 198 países del orbe. Los resultados se podían ver
vía YouTube. El problema es que no se consigna quien o quienes promovieron tal
concurso, ni quienes fueron esos músicos de renombre que participaron en la
elección. Esto me hizo recordar algo que desde muy pequeño siempre había
escuchado; que el Himno Nacional Peruano era el segundo más bello del mundo después
de la Marsellesa, el muy conocido himno nacional de Francia. Pero ¿hay algo de
cierto en esa afirmación? Pues parece que no. Ni siquiera existen evidencias
que en algún momento se haya dado tal concurso
Pero ¿qué nos dice la tradición sobre su creación?
Pues que, ejerciendo como Protector del Perú, el Libertador José de San Martín,
Generalísimo de los Ejércitos Patriotas, había convocado a un concurso para
elegir la Marcha que habría de representar al Perú independiente y al cual se
presentaron varios concursantes. La composición de José Bernardo Alcedo con
letra de José de la Torre Ugarte fue interpretada por la cantante Rosa Merino.
Inmediatamente San Martín se habría levantado del asiento para exclamar con
algarabía ¡Este es! Y desde ese
momento el Perú ya contó con su propio Himno Nacional.
Ahora, ¿esta será la verdad? Para saberlo he de
recurrir a las fuentes y entre los que más tiempo han dedicado a nuestro amado
himno patrio está el historiador Gustavo Pons Muzzo y el crítico musical y
estudioso de la historia musical del Perú, Carlos Raygada.
Partiré de que no existe ningún documento oficial que
narre lo acontecido en aquel concurso, puesto no existe ninguna publicación en
la Gaceta de Lima, el diario oficial
del Protectorado –como lo señala Pons Muzzo- más bien, lo que conocemos de este episodio se lo
debemos al escritor y tradicionalista Ricardo Palma, que la narra en La tradición del Himno Nacional y la
complementa en uno de los anexos de sus famosas tradiciones titulada Parrafadas de crítica, dedicadas al
Himno Nacional. De ellas se desprende que poco después de proclamar la
independencia y ya ejerciendo como Protector del Perú, el Libertador José de
San Martín expidió un decreto convocando a los compositores del Perú para que
participen en un concurso donde se elegiría la mejor composición para que
represente al Perú independiente. Seis habrían sido las composiciones que
entraron al concurso, cada una con su respectiva letra: La del músico mayor del
Batallón Numancia, la del maestro Mariano Huapaya, la del maestro Juan de Tena,
la del maestro Francisco Filomeno, la del maestro del a capilla de los
agustinos, Fray Cipriano Aguilar y la del Maestro José Bernardo Alcedo (con
letra de José de la Torre Ugarte), que habría sido presentada al final, por lo
que fue entonada al último.
Cuenta Palma que apenas terminó Alcedo su
interpretación, el Libertador se puso inmediatamente de pie y exclamó ¡He aquí el Himno Nacional del Perú! Y
al día siguiente se emitió el decreto de su oficialización. Su estreno oficial
fue el 24 de setiembre de 1821, con ocasión de la capitulación de los realistas
que se hallaban en la fortaleza del Real Felipe ante San Martín, cinco días
antes.
Rosa Merino, una famosa actriz de teatro y cantante de
ópera de la época, fue elegida para interpretarlo con apoyo de una numerosa
orquesta formada ex profesamente para tal evento, en el Teatro de Lima (hoy
Teatro Municipal, ubicado donde se encuentra el actual Teatro Segura), ante el
distinguido público presente, entre los que se encontraban los altos oficiales
del Ejército Libertador y las autoridades de la Iglesia y del Cabildo de Lima,
quienes ovacionaron de pie su interpretación y a sus autor, el maestro Alcedo.
Ricardo Palma fue el primero que dedicó unas letras a la historia de nuestro Himno Nacional en sus famosas "Tradiciones Peruanas", sin embargo no pueden ser tomadas al pie de la letra, puesto que no son verdaderas fuentes históricas. Los que sí han hecho un estudio serio sobre el tema son Carlos Raygada, en su "Historia Crítica del Himno Nacional" y Gustavo Pons Muzzo, tanto en su obra "La Ley N° 1801 y la letra auténtica del Himno Nacional" y "Símbolos de la Patria", publicada en la Colección documental de la Independencia del Perú. Más recientemente, tenemos a Julio César Rivera Dávalos, a Santiago Agurto Calvo y al historiador Eduardo Torres Arancibia.
CONTEXTO POLÍTICO
Pero ¿Cuál era la coyuntura vivida en eso días? Según narra Pons Muzzo, Lima vivía permanente amenazada por las fuerzas realistas que
aún se encontraban en el interior del Perú, pues el Virrey José de La Serna se
había refugiado en el Cusco y el Ejército Realista controlaba gran parte del
centro y el sur del Perú. Realmente la Independencia se limitaba a Lima y a
algunas ciudades del norte y la costa central del Perú. El General realista
José de Canterac había sitiado Lima desde Huancayo el 2 de setiembre, con la
finalidad de auxiliar a los realistas que resistían en el Real Felipe
comandados por el Mariscal de Campo José de La Mar. El Ejército Patriota
bloqueó en todo momento el acceso al Callao, impidiendo a Canterac llegar al
Real Felipe, sin llegar a enfrentarse militarmente, pues San Martín no quería arruinar
las conversaciones que estaba teniendo con diversos jefes realistas, con
consentimiento del Virrey, bajo la premisa del reconocimiento español de la
independencia del Perú. Como al mismo tiempo se bloqueó el acceso a los
fértiles valles del sur para aprovisionarse, Canterac y sus tropas abandonaron
Lima dirigiéndose al norte por la ribera del río Chillón, hacia Canta. Sin más
ayuda y completamente aislada, la guarnición realista de la fortaleza del
Callao aceptó la capitulación ofrecida por San Martín y su comandante el
Mariscal La Mar, capituló el 19 de setiembre de 1821. La mañana del 21 del
mismo mes, el Ejército Patriota ocupó la Fortaleza del Real Felipe del Callao y
la rebautizó como Castillo de la
Independencia, mandando borrar todo vestigio realista de él (banderas y
escudos nobiliarios). Un mes después, La Mar, abandonó el Ejército Realista,
renunciando a las condecoraciones y rangos otorgados por el Rey para asimilarse
al Ejército Patriota con el grado de General de División, tal vez guiado por su
condición de criollo o por su vieja amistad con San Martín (se conocían desde
los tiempos de la invasión francesa a España) y al poco tiempo fue designado
para presidir la Junta de Gobierno que sucederá a San Martín.
DESMITIFACANDO LA TRADICIÓN
Ahora toca ver el testimonio de los historiadores que le han dedicado unas cuantas o muchas líneas a este tema. Empezaré por Germán Leguía y Martínez, quien refuta Palma diciendo que no pudo haber sido interpretado por primera vez el 24 de setiembre de 1821 con ocasión de la rendición del Real Felipe, pues la convocatoria hecha por San Martí recién vencía el 28 del mismo mes. Resulta que la convocatoria al concurso tenía como plazo el día 18 de setiembre, pero al no haberse presentado ninguna composición, el plazo final se amplió diez días más (28/09/1821), como bien lo asegura Pons Muzzo. Ahí se habrían presentado las composiciones mencionadas por Palma en su tradición, pero agrega Carlos Raygada en su Historia crítica del Himno Nacional, que a última hora Alcedo presentó una composición adicional en solitario, en su condición de hermano terciario del convento de Santo Domingo. El jurado de tal concurso estaba compuesto por los ministros Bernardo Monteagudo (Guerra y Marina), Hipólito Unanue (Hacienda) y Juan García del Río (Relaciones Exteriores) y el mismo José de San Martín, en su cargo de Protector del Perú; todos ellos de gran cultura literaria y musical. La composición ganadora ese 28 de setiembre fue la de Alcedo con letra de José de la Torre Ugarte, elegido al parecer a dedo por el propio San Martín, que de seguro ya la había oído en uno de los ensayos previos a los que todos los compositores acudieron antes de la presentación oficial en el concurso del 28 de setiembre, realizado en uno de los salones Palacio de Gobierno a tono de clave. Su presentación pública fue el 8 de octubre en el Teatro de Lima, donde fue interpretado por Rosa Merino.
La composición ganadora contaba con un coro y seis estrofas que, citando a Leguía, entusiasmaron a San Martín por su grandiosidad extraña y severa, olímpica excelsitud, épica grandilocuencia que derramaba como erupción de cólera, de júbilo, de protesta ardiente, de plegaria fervorosa, de audaz entusiasmo, de gozo y denuedo, de esperanza y de gloria. ¿Y cuál fue el premio? Tan solo las gracias y que su composición ahora represente a toda una Nación. Sin embargo, el haber ganado el concurso les abrió las puertas a ambos autores. José de la Torre Ugarte, autor de la letra, fue nombrado por San Martín Oficial Mayor de Guerra, cargo que en aquel entonces constituía una de las más altas distinciones y que le significó el inicio de una ascendente carrera pública, pues años después fue nombrado Auditor de Guerra, luego Oficial Mayor de la Secretaria de la Presidencia y Contador de los Fondos de Policía. Posteriormente fue nombrado Juez de Chancay, y en 1830 fue designado Vocal de la Corte Superior de La Libertad, hasta su fallecimiento el 1 de setiembre de 1831, poco después de haber sido elegido diputado y antes de que asumiera la función legislativa.
José Bernardo Alcedo dejó definitivamente la vida conventual y se dedicó a ejercer su pasión por la música. Recibió ofertas para ser músico mayor tanto del Ejército Peruano como del Ejército auxiliar chileno-argentino, decidiéndose por este último –no se sabe el por qué de tal decisión- donde ingresó con el grado de Subteniente de Infantería en el batallón Nº 4 de Chile, participando en las batallas de Moquegua y Torata dirigidas infructuosamente por la Junta Gubernativa, que había asumido provisionalmente el gobierno tras la partida de San Martín. Dejó las armas para establecerse en Santiago, donde se convirtió en maestro de música y de canto gregoriano en las principales iglesias de la capital chilena, hasta que fue contratado como músico oficial de la Catedral de Santiago. 41 años después regresó al Perú (1864) para encargarse de la formación del conservatorio de música de Lima, obra que no se realizó a causa de la agitada situación política por la que atravesaba el Perú. Mientras tanto, fue contratado con el alto sueldo de 200 pesos mensuales, para que se desempeñe como Director General de las bandas del Ejército Peruano, cargo que ejerció hasta su muerte el 4 de diciembre de 1878.
Encendiendo aún más la mecha, Luis Antonio Meza Casas, músico destacado y crítico se atreve a poner en duda mucho de lo que se conoce sobre la historia del Himno Nacional, empezando por la tradición de Ricardo Palma, que por ser tradición, no guarda rigurosidad histórica. Sostiene que la información en la que Palma se basó para escribir su conocida tradición no es confiable porque se basa en una entrevista realizada a Alcedo en el final de su vida, cuando se encontraba anciano, enfermo y senil, con una memoria tan frágil que ni recordaba –afirma- con exactitud la totalidad de su Marcha Patriótica, nombre original del Himno Nacional. La vida de Alcedo –refiere- está llena de imprecisiones y vacíos históricos; el primero, la fecha de su nacimiento (¿1788 o 1798?) y el apellido materno (¿Retuerto o Larraín?). Sobre los participantes dice que ninguno era de renombre, pues no se sentían atraídos por el premio exento de retribución monetaria, limitado sólo a la consideración del gobierno y al tributo de gratitud de los ciudadanos. Tal vez por eso se tuvo que ampliar la fecha de para la recepción de composiciones. Tan sólo Alcedo, Tena y Aguilar tenían cierta fama. Ni siquiera hay consenso –dice Meza- sobre la fecha de la interpretación pública. Existen hasta siete fechas probables de estreno y hasta sobre Rosa Merino tiene dudas, pues además de no conocerse con certeza la fecha de su nacimiento, en diversas fuentes se menciona hasta a tres cantantes diferentes, por coincidencia todas llamadas Rosa. Igual ocurre sobre el lugar y la ocasión del evento.
El mismo Palma contribuye a la polémica al afirmar que la espléndida música compuesta por Alcedo merecía una mejor letra, pues la de De la Torre Ugarte era de poca calidad poética y que más bien sus estrofas pecan de patrioteras y de mal gusto; hay en ellas mucho de fanfarronada y poco de verdadera altivez republicana. Son malas con M de manicomio decía Palma, a la vez que proponía reemplazar las estrofas, que según decía, en ese tiempo (1901), muy poco se cantaban, así que nadie iba a extrañarse de su modificación porque no eran populares, a lo sumo la primera (la de Largo tiempo...) que la sabían algunos. Lo contrario –decía- ocurriría con el coro -que al parecer era el más entonado por el pueblo- por lo que la gente protestaría por su cambio y gritaría en Fiestas Patrias ¡El viejo! ¡Fuera el nuevo! Además de su popularidad, el coro sería de las simpatías del buen Palma por ser el inmortal recuerdo de nuestros días épicos, porque ese coro lo cantaron los peruanos del llano de Junín después de la victoria, y lo cantaron también a la falda del Condorcunca el día que se lució el espléndido sol de Ayacucho. Porque tres generaciones han sido arrulladas con las palabras de ese coro que todo peruano conserva en su memoria y acota para finalizar, que hay que conservarlo en homenaje respetuoso a los próceres que nos dieron la patria.
LOS AUTORES
Los versos de la Marcha Nacional fueron en su origen las letras de un poema de sentido patriótico. Su autor fue José de la Torre Ugarte y Alarcón, nacido el 19 de marzo de 1786. Su padre fue el español José Estanislao de la Torre Ugarte, quien luego de haber ejercido el cargo de Administrador General del Virreinato de Santa Fe, en el Ramo de la Lotería, vino al Perú a fines del siglo XVIII y se radicó en Ica. En este poblado conoció a Mercedes Alarcón, con la cual contrajo matrimonio, y tuvieron entre otros vástagos a José.
El joven de la Torre Ugarte se trasladó a Lima a inicios del siglo XIX, para iniciar sus estudios universitarios en San Marcos, en una época en la cual existía el internado, comodidad a la que solían acogerse los estudiantes venidos de provincia. Se graduó como abogado en 1812 y, al parecer, obtuvo un empleo en la Audiencia de Lima.
Su afición por los versos así como su marcado patriotismo, se complementaron con su gusto por la expresión popular. El fruto de esto fue la composición de varios poemas, de signo popular y patriota al mismo tiempo, uno de ellos fue la Marcha Nacional del Perú, pero antes había escrito La Chicha, muy conocida e interpretada con el acompañamiento musical que compuso el maestro Alcedo en la época en que San Martín ingresó a Lima, esto indica que ambos creadores tenían ya algunas obras conjuntas antes de forjar la Marcha Nacional.
Los biógrafos de José de la Torre Ugarte indican que San Martín, a los pocos meses de la elección de sus versos como la Marcha Nacional, lo nombró Oficial Mayor de Guerra, cargo que en aquel entonces constituía una de las más altas distinciones y que le significó el inicio de una ascendente carrera pública. El año 1827 fue designado Auditor de Guerra, luego Oficial Mayor de la Secretaria de la Presidencia y Contador de los Fondos de Policía. Posteriormente fue nombrado Juez de Chancay, y en 1830 fue designado Vocal de la Corte Superior de La Libertad, cumpliendo esta función falleció en la ciudad de Trujillo el 1º de septiembre de 1831, poco después de haber sido elegido diputado y antes de que asumiera la función legislativa.
Los protagonnistas en la historia del Himno Nacional. El compositor José Bernardo Alcedo, autor de la música, el poeta José de la Torre Ugarte, autor de la letra y la cantante Rosa Merino, primera intérprete de la Marcha Patriótica, que fuera elegida por el libertador San Martín paraser el Himno Nacional Peruano.
La música fue compuesta por José Bernardo Alcedo, limeño de origen mulato nacido el 20 de agosto de 1788. Fue hijo de don José Isidoro Alcedo y de Rosa Retuerto, gente de color de condición humilde y analfabetos, que al no poder brindarle una educación adecuada para el potencial musical que mostraba desde pequeño, fue entregado en condición de donado al convento dominico de San Agustín, donde aprendería música bajo la dirección de los sacerdotes Cipriano Aguilar (quien también participó del concurso) y Pascual Neves, maestros de capilla de los conventos San Agustín y Santo Domingo. Con 18 años, compuso su Misa en Re Mayor y poco después la música de la primera canción patriótica de origen popular titulada La Chicha, escrita por José de la Torre Ugarte y atribuida al comienzo a su contemporáneo Juan de Tena. Alcedo entonces, al participar en el concurso para la elección del Himno Nacional, ya era bastante conocido, especialmente en el ambiente religioso. Su fama acrecentó luego de haber ganado el concurso, recibiendo jugosas ofertas de los ejércitos patriotas para que sea su maestro de música, decidiéndose por la oferta de la sección chilena del Ejército auxiliar chileno-argentino, partiendo a Chile en 1822 como subteniente de Infantería y Músico Mayor.
En Santiago abandonó la vida militar y se dedicó a la música, ingresando, en 1833, al coro de la Catedral de Santiago, llegando a ser Maestro de Capilla, puesto que ocupó durante 18 años. Residió en Chile durante 40 años. Viajó al Perú en 1864 requerido por el Presidente Juan Antonio Pezet, para que forme el Conservatorio de Música, obra que se truncó por el golpe de Estado del General Mariano Ignacio Prado y la guerra con España. Fue nombrado Presidente Honorario de la Sociedad Filarmónica de Lima y compuso canciones populares como Himno guerrero y Canción a la batalla de Ayacucho y gran cantidad de obras religiosas hasta su muerte el 4 de diciembre de 1878. Escribió además el libro Filosofía Elemental de la Música (1869), donde exploró el tema de la música de los quechuas.
MODIFICACIONES
No fue San Martín, sino el segundo Presidente peruano,
José Bernardo de Tagle Marqués de la Torre Tagle quien decretó en sesión
solemne que el Himno Nacional sea interpretado en todas las escuelas del
territorio patrio en forma obligatoria y todos los domingos a las 4:00 pm en
todas las plazas a nivel nacional. Resulta que José de San Martín emitió el
decreto pero nunca lo promulgó, por eso es que, en el transcurso de los años,
se va a ver una serie de interpretaciones que distan de la Marcha Patriótica
que Alcedo presentara en dicho concurso.
Con la llegada de Simón Bolívar, nuestro Himno sufre la primera modificación a petición del mismo libertador, quien, ordenó remplazar el nombre de San Martín por el suyo, pasando la estrofa de decir "Por doquier San Martín inflamado, ¡Libertad!, ¡Libertad! pronunció" a decir "Por doquier Bolívar inflamado, ¡Libertad!, ¡Libertad! pronunció". Una modificación que no dura más allá del gobierno del libertador venezolano.
El tiempo fue pasando y, como, al parecer se perdió la composición original con la firma de ambos autories, que, dicho sea de paso, ya no estaban para defender su obra (De la Torre Ugarte ya había fallecido y Alcedo vivía en Chile), la Marcha Patriótica ahora es llamada "Himno Nacional" .
Como no se oficializó la adopción del Himno Nacional, éste fue víctima de diversas modificaciones. Algunas autorizadas y otras espontaneas. Entre las más destacadas están las de la inclusión de la apócrifa primera estrofa que empieza con el verso "Largo tiempo el peruano oprimido", la cual, al perecer era parte de una canción popular llamada "Marcha patriótica", que utilizaba la misma música, pero con una letra diferente. Incluso, se podría pensar, que era parte de una canción de afrodescendientes libertos, por la referencia a las cadenas de esclavitud que se cantaba en esa primera estrofa.
Alcedo, mucho tiempo después, al enterarse que su himno tenía varias versiones, tanto en letra como en música, envió al congreso una carta con la letra auténtica, escrita por José de la Torre Ugarte en 1864, cun la partitura original de su autoría; aún así, no se oficializó.
La primera modificación oficial se le encomendó al músico sueco Karl Johann Eklund, pero recibió muchas críticas, especialmente del mismo Alcedo, que no gustaba de la musicalización. Por eso Alcedo, agrega en una introducción musical, que Eklund rechaza. Es así que, ya en su vejez, Alcedo entra en contacto con Claudio Rebagliati, un músico italiano de prestigio, afincado en nuestro país, quien hizo una musicalización que contó con la aprobación del maestro Alcedo y que sigue vigente hasta hoy.
Tres partituras históricas. La de José Bernardo Alcedo, la del sueco Karl Johan Eklund y la de Claudio Rebagliati.
En 1900, el presidente Augusto López de Romaña, crea una comisión especial dirigida por el músico académico José María Velle Riestra, para buscar la versión más antigua del Himno, o su defecto, oficializar la versión restaurada por Alcedo y Rebagliati en 1869. Finalmente, el 8 de mayo de 1901, el Presidente López de Romaña, aprobó la versión restaurada y se declaró que sea oficial su entonación en todo evento oficial. Ese mismo año, se pensó cambiar la letra del Himno, por considerarla belicista, convocándose a un concurso (que contaba entre el jurado con Ricardo Palma), y que fue ganado por el poeta José Santos Chocano, la cual llegó a ser cantada algunos años en forma oficial. Sin embargo, en 1913, durante el gobierno del presidente Guillermo Billinghürst, los reclamos de la opinión pública por volver a la letra original fueron tan fuertes, que el Congreso se ve obligado a delcara intangible la música y la letra del Himno Nacional, mediante la Ley N° 1801 del 26 de febrero de 1913, incluyendo la estrofa apócrifa "Largo tiempo...", que pasó a ser la primera estrofa.
Durante el gobierno de la Junta Militar se dispuso que se cante la segunda estrofa ("al estruendo de broncas cadenas..."), pero con el gobierno de Belaunde, se cambió a la sexta estrofa ("En su cima los Andes sostengan..."), para que, nuevamente se interprete al estrofa apócrifa a partir del primer gobierno de Alan García. Así permanecería hasta el 2005, cuando el Tribunal Constiticional dispuso que no se interprete la primera estrofa, por no ser de la autoría de José de la Torre Ugarte, sino mas bien, producto de la expresión popualr de la época. Además, se incluyó la quinta estrofa, que había sido omitida para incluir la primera.
Durante el segundo gobierno de Alan García, el 2009, se dispuso que en su lugar de la estrofa intrusa, se debe interpretar, nuevamente, la sexta estrofa en todo evento oficial y público. Y así es como se mantiene hasta hoy.
Autores relacionados con las modificaciones del Himno Nacional; el sueco Karl Johan Eklund, el italiano Claudio Rebagliati y el poeta peruano José Santos Chocano, quien realmente, creó una nueva versión.
TRASCENDENCIA
Como reconocen Jorge Basadre y Robert Stevenson, el Himno Nacional peruano tiene el mérito de haber sido uno de los pocos de América compuesto por un autor nacional con versos de otro autor nacional en el momento de declararse independiente, captando el sentir de todo un pueblo que vivió tales acontecimientos y que fue cantado por la generación de la Independencia. Los himnos nacionales de EE.UU, Chile, Argentina, Ecuador, Bolivia y Colombia, Uruguay y Paraguay fueron escritos y/o musicalizados por extranjeros, que en muchos casos nunca pisaron suelo americano. Ingleses, catalanes, italianos, corsos, húngaros y alemanes figuran entre sus autores. Citando a Stevenson, el Perú puede ufanarse de que su Himno Nacional fue escrito por un natural del país, por algo difiere tanto de los demás países del hemisferio occidental, pues mantiene un Conservatorio Nacional llamado José Bernardo Alcedo, dedicado al compositor nacional, no a un extranjero viajero o de otros continentes. La revista Muy Interesante, lo ubica además, en el puesto ocho de los himnos nacionales más antiguos que aún están vigentes en el mundo.
¿Y sobre el concurso lanzado en Internet? Pues resulta que hay varios promovidos por diversos internautas y en la mayoría de ellos ni aparece entre los mejores el Himno peruano, y si aparece en alguno de esos rankings se encuentra en el top 10 y en el mejor de los casos en el top 5. Así que no nos quite el sueño tal concurso, porque no existe ninguno oficial, promovido por las Naciones Unidas o alguno de sus organismos autónomos como la UNESCO, así que cualquier lista es mera subjetividad.
Letra del Himno Nacional de la autoría de José Santos Chocano.
_______________________________________
FUENTES:
“El mito de un Símbolo Patrio” – Julio César Rivera Dávalos
“Historia crítica del Himno Nacional” – Carlos Raygada
“Historia de la Emancipación del Perú: El Protectorado” Germán Leguía y Martínez - Colección documental de la independencia del Perú, tomo V
“Homenaje a José Bernardo Alcedo (1788 – 1878) – Robert Stevenson – Boletín de la Biblioteca Nacional del Perú
“La Ley Nº 1801 y la letra auténtica del Himno Nacional” – Gustavo Pons Muzzo
“La tradición del Himno Nacional” - Ricardo Palma – Tradiciones Peruanas, tomo IV
“Levantando la humillada cerviz” – Santiago Agurto Calvo
“Música académica” – Luis Antonio Meza – Enciclopedia Temática del Perú, tomo XVI, Música, danza y tradiciones
“Nuestro Himno Nacional” – Daniel Estrada Pérez, El Comercio, 7/11/98)
“Origen de los Símbolos Patrios” – Marcos Garfias – Municipalidad Metropolitana de Lima
“Símbolos de la Patria” – Gustavo Pons Muzzo – Colección documental de la independencia del Perú, tomo X
“Sobre el Himno del Perú” – Ricardo Palma – Tradiciones Peruanas, tomo V
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.