LA CONFERENCIA DE PAZ DEL LACKAWANNA
HISTORI-K
Un espacio para difundir visiones novedosas sobre los acontecimientos más importantes de la historia nacional y mundial, a la luz de nuevas investigaciones e interpretaciones seriamente documentadas, con un amplio sentido crítico.
martes, 8 de octubre de 2024
La Conferencia de Paz de Arica (Lackawanna)
domingo, 4 de agosto de 2024
El Cabello de los Incas
LOS INCAS NO USABAN CABELLO LARGO
domingo, 7 de julio de 2024
La Mujer en el Antiguo Egipto
MUJERES Y PODER POLÍTICO EN EL ANTIGUO EGIPTO
Separadas por casi milenio
y medio, Hatshepsut y Cleopatra son los ejemplos mejor conocidos del destacado
papel ejercido por la mujer en la civilización egipcia. Pero no fueron casos
únicos, aunque sobre la vida y los hechos de otras “faraonas” es más lo que
ignoramos que lo que sabemos.
Conviene recordar que, pese a ser la más famosa soberana de Egipto –por su vinculación con Julio César y por su apasionante biografía, pasto de la literatura y el cine–, Cleopatra VII Filopátor Nea Thea (o simplemente Cleopatra en el imaginario colectivo) no fue una reinafaraón. También que de estas –ese es su nombre correcto; lo de "faraonas" es solo una licencia– hubo contados casos en los más de tres milenios de historia (3100-30 a.C.) del Antiguo Egipto. Y eso que el estatus social y el acceso a espacios de mando de las egipcias fue muy superior al de las griegas o las romanas, algo debido a su igualdad legal con los hombres –podían denunciarlos por maltrato, manejar herencias, comprar y vender bienes o divorciarse– y a las peculiaridades de su religión, con la diosa Isis a la cabeza.
Así, aunque la relevancia
de las mujeres en la corte resulta indiscutible –la Gran Esposa Real (Hemet
Nesu Weret) tuvo en muchas ocasiones un enorme poder en la sombra o
incluso como corregente y se la consideraba guardiana y protectora de la
nación– y, además, casarse con una fémina de sangre real era un plus de
legitimidad casi inevitable –con excepciones: Amenemhat I, Amenhotep III– para
que un varón accediese al trono (de ahí los frecuentes enlaces entre hermanos),
este estaba reservado, en principio y por tradición, al hombre. Sin
embargo, amparándose en vacíos sucesorios –por no haber un aspirante claro o
adecuado– y en crisis de Estado, varias reinas-faraones ocuparon a lo largo de
los siglos el más alto puesto del país del Nilo.
TRES, CINCO, OCHO … O MÁS
¿Quiénes y cuántas fueron
estas mujeres extraordinarias? Según el historiador grecolatino Diodoro Sículo, que en la Sicilia
romana del siglo I a.C. compiló lo que entonces se sabía sobre los faraones,
solo hubo cinco: por orden cronológico, Nitocris, Neferusobek,
Hatshepsut, Nefertiti y Tausert. Tanto él como otras fuentes clásicas se
hicieron eco, para dar esta cifra, de la obra previa de Manetón, sacerdote
egipcio que, en la época ptolemaica (siglo III a.C.), se encargó de redactar la
historia de su país y censar la larga lista de sus reyes.
No obstante, el
número real de reinas-faraones no está nada claro. Los hallazgos
arqueológicos han arrojado luz sobre otras posibles candidatas, por lo que no
puede descartarse que sigan apareciendo en el futuro pistas rescatadas del
olvido; un olvido, en muchos casos, ni casual ni inocente, pues la
memoria de varias de estas monarcas fue perseguida y destruida con saña por sus
–masculinos– sucesores.
A día de hoy, se da por
históricamente documentado el reinado en solitario de tres de ellas, Neferusobek,
Hatshepsut y Tausert. Los de las otras dos de la lista de Manetón-Diodoro
(la oscura Nitocris y la fascinante Nefertiti) se tienen por muy probables. Y
aún hay tres más, hasta un total de ocho, que han surgido de las
sombras del pasado, si bien envueltas en prudentes dudas por ser muy anteriores
en el tiempo.
Reinafaraón
MERINTEITH Y LAS DOS JENTKAUS
Así, no se ha podido demostrar todavía que llegara a gobernar con
poder absoluto la más antigua de todas, Meritneith, que vivió en torno al año
3000 a.C., a principios de la Dinastía I (Período Arcaico). El egiptólogo
británico William Flinders Petrie la catalogó en su día como un faraón
masculino de nombre Merneith, pero varios hallazgos –entre otros, la ausencia
del Nombre de Horus (símbolo del rey formado por un halcón sobre un serej o
estructura decorada)– demostraron que había sido en realidad una mujer enterrada
con insólitos honores reales; porque lo que apunta a su posible reinado es su
grandiosa tumba en Abidos. Se sabe que fue regente de su hijo Den durante la
minoría de edad de este, pero la incógnita que persiste es si alcanzó a
poseer los títulos propios de un faraón o se limitó a asesorar al joven
heredero.
Aún más enigmático es el
caso de las dos siguientes e hipotéticas reinas-faraones, que comparten
nombre y etapa histórica, el Imperio Antiguo. De la primera, Jentkaus
I, dan testimonio su tumba en Guiza y una pequeña pirámide dedicada a ella
en Abusir, y se estima que vivió a caballo entre las Dinastías IV y V
(2510-2470 a.C.). Pero lo que sembró el desconcierto entre los egiptólogos
fueron las representaciones en que aparece tocada con el uraeus (corona
con la cobra) y con la barba postiza faraónica, y en las que se la llama
–aunque hay quien dice que es una traducción errónea o inexacta–
"Rey del Alto y Bajo Egipto y Madre del Rey del Alto y Bajo Egipto".
Por todo ello, se la ha querido asimilar con la esquiva figura de Dyedefptah,
el supuesto último faraón de la Dinastía IV, pero sin ninguna certeza. Igual de
inciertos son los datos sobre Jentkaus II, ya perteneciente a la
Dinastía V: ¿fue un faraón de pleno derecho o solo madre de uno? Sea como
fuere, hay varias representaciones de ella también con el uraeus y
la barba, lo que convierte a ambas Jentkaus en las únicas mujeres en
lucir dichos atributos hasta la llegada de Hatshepsut, mil años después.
DE NICTOCRIS A TAUSERT Nitocris a Tausert
La vaguedad también desdibuja, aunque menos, a la pionera de las
reinas-faraones según los historiadores clásicos, Nitocris, que es
mencionada en algunas listas reales y podría haber gobernado en solitario por
espacio de dos años, de 2183 a 2181 a.C., cerrando la Dinastía
VI. Heródoto hace de ella una heroína legendaria que, para
vengar la muerte de su marido, Merenra II, ahoga en el Nilo a sus
asesinos –entre ellos, su propio hermano– y luego se suicida lanzándose al
fuego. Manetón la alaba por su belleza y valentía y le atribuye falsamente la
tercera pirámide de Guiza (obra de Micerino). "Faraona" o no, sí
parece probado que se trató de un personaje destacado en la crisis que
puso fin al Imperio Antiguo.
El Imperio Medio acabó con
otra soberana, Neferusobek, que reinó al menos cuatro años, de 1777 a
1773 a.C., siendo así la última gobernante de la Dinastía XII. Nuevamente,
poco sabemos de ella: hija de Amenemhat III, se habría hecho con el poder tras
enfrentarse a su hermano Amenemhat IV, con quien en principio lo
compartía. Su nombre de coronación consta en la lista real de Saqqara y
en su época se erigió el complejo funerario de Amenemhat III en Hawara. Pese a
los convulsos tiempos que le tocaron, parece que su sucesión fue pacífica.
De la siguiente en la
lista, la trascendental Hatshepsut, hay que ocuparse en capítulo
aparte porque así lo merece, lo mismo que Nefertiti, tanto en su faceta de
consorte de Akenatón como en la más discutida de reina-faraón. Lo cual nos
lleva hasta la quinta y última, la reina Tausert, también inmersa en un
período caótico y conflictivo: el final de la Dinastía XIX, la de Seti I
y Ramsés II. Al morir su marido, Seti II, Tausert se hizo cargo de la
regencia de su hijo Siptah y, tras fallecer este, subió al trono y gobernó
durante dos años, de 1188 a 1186 a. C. No lo tuvo fácil: acosada por el
clero de Amón, el estamento militar y los reyes nubios y cuestionada por el
pueblo, fue derrocada por Sethnajt, fundador ramésida de la Dinastía XX,
quien mancilló su memoria con bulos y leyendas.
Hatsheput
EL EMPODERAMIENTO DE HATSHEPUT
Pero si hubo una auténtica
"faraona" en la historia de Egipto, esa fue sin duda la
formidable Hatshepsut, cuyo reinado, que transcurrió entre 1479 y 1457 a.C.
y fue por tanto el más largo de los regidos por mujeres (22 años), es un paradigma
de empoderamiento femenino en el mundo antiguo. Hija predilecta
del faraón Tutmosis I –según algunas fuentes, este redactó un papiro
señalándola como heredera–, ambiciosa, inteligente y dotada para el mando, supo
usar la potestad que le daba su sangre real para esquivar las trampas
sucesorias. Casada con su hermano Tutmosis II, al enviudar y en un gesto sin
precedentes, apartó de la línea dinástica al hijo de este con una
concubina, Tutmosis III, arguyendo su corta edad y su dudoso linaje, y se
calzó ella misma el atuendo y la barba de faraón. Para ello contó con el apoyo
de dos poderosos cortesanos, el alto funcionario Hapuseneb y el arquitecto real
Senenmut (supuestamente, amante suyo). Fue también fundamental que se
autoproclamara hija de Amón, una jugada maestra para la que tuvo
que "comprar" a los sacerdotes del culto a dicho dios, lo que
contribuiría al excesivo poder posterior de este clero.
Comenzó así una de
las etapas más prósperas y pacíficas de la Dinastía XVIII y de todo el
devenir del Antiguo Egipto; la carismática reina solo llevó a cabo campañas
defensivas de frontera y se dedicó a asuntos como la célebre expedición a Punt,
el mítico y exótico país de la mirra. Asimismo, puso gran empeño en
restaurar templos y edificios destruidos durante las guerras con los hicsos y
añadió notables construcciones a Tebas, incluidos memorables obeliscos. Senenmut
erigió su proyecto más conocido, el templo de Dyeser Dyeseru (en Deir
el-Bahari), joya del Egipto monumental. Por si faltaran pruebas de su
relevancia, Hatshepsut fue, que se sepa, la única mujer faraón que se
hizo representar como esfinge.
Su estrella empezó a
apagarse con las muertes de Senenmut y Hapuseneb, probablemente urdidas
por Tutmosis III, su futuro sucesor, que la odiaba por habérsele adelantado
en el poder y que, en consecuencia, se dedicó a borrar luego cuanto pudo de su
legado. Pero antes la reina-faraón aún tuvo fuerzas para tratar de
establecer una dinastía femenina nombrando corregente a su hija
Neferura (según algunos, nacida de su relación con el arquitecto real). El
inesperado deceso de la niña, empero, frustró este sueño, y Hatshepsut moriría
en su palacio de Tebas antes de cumplir los 50 años. Su momia, descubierta en
el Valle de los Reyes junto a la de su amado padre, reveló al ser analizada en
2007 que la soberana habría padecido diabetes, obesidad y alopecia en
sus últimos años de vida.
Estatua
egipcia mujer
CLEOPATRA, UN FINAL POR
TODO LO ALTO
Y así, andando los
siglos, llegaron las últimas reinas a Egipto en tiempo de los ptolomeos,
la dinastía que rigió el país entre 305 y 30 a.C. tras ser instaurada por
Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Las reinas ptolemaicas, que
nunca renunciaron a su esencia helénica, lo fueron al casarse con sus hermanos
para legitimarlos en el trono. Las hubo destacables –Cleopatra II (185-116
a.C.), Berenice III (116-80 a.C.)...–, pero ninguna como la última de
todas ellas y postrer monarca del país del Nilo antes de que fuera
anexionado al Imperio Romano: Cleopatra VII.
Tanto ha dado que hablar,
como decíamos al principio, que su historia está llena de mitos:
sobre su belleza o fealdad, sobre la prominencia de su nariz... Plutarco, en el
siglo I, atribuyó su magnetismo más a la inteligencia, los exquisitos modales y
la conversación que a la apariencia física. Era una mujer muy preparada
y hablaba varias lenguas además del griego (fue el primer mandatario ptolemaico
que aprendió el egipcio).
Cleopatra era una mujer muy preparada: hablaba varias lenguas además del
griego y fue el primer rey ptolemaico que aprendió el egipcio.
Cleopatra
Fue coronada en 51 a.C., a los 17 años y junto a su hermano Ptolomeo XIII,
de tan solo 12, con quien se había casado según la tradición. Este se dejó
llevar por las maquinaciones de Arsínoe, hermana de ambos, y amparados por el
eunuco Potino consiguieron apartar a la joven del trono y expulsarla de
Alejandría.
Pero Cleopatra era
mucha Cleopatra y, con el apoyo –y el amor, mitificado entre otros
por Shakespeare y Bernard Shaw– de Julio César, recuperó su puesto, no sin
pasar por una guerra civil en la que ardió la Biblioteca de Alejandría por
culpa de las tácticas del militar romano. Mientras pugnaba por afianzarse como
reina casándose con otro de sus hermanos, Ptolomeo XIV, nacía de su relación
con César un hijo, Ptolomeo XV, más conocido como Cesarión, y ella se
dedicaba a embellecer la capital helenística egipcia con distintas obras
públicas. César sería asesinado (44 a.C.) y Cleopatra reeditaría su
historia de amor con uno de los aspirantes a sucederlo, Marco Antonio,
con quien tuvo tres hijos. Entretanto, siguiendo cierta truculenta costumbre
ptolemaica, había envenenado a su segundo esposo, Ptolomeo XIV, para no tener
que compartir el poder más que con su hijo Cesarión.Su affaire con
Antonio iba a tener fatales consecuencias, para ella y para su país:
enfrentados al nuevo poder romano personificado en Octavio, y con el
pueblo egipcio sumido en la hambruna y harto de sus derroches, Cleopatra y su
amado fueron derrotados en la batalla de Accio (31 a.C.) y después se suicidaron
(ella, según la leyenda, haciéndose morder por un venenoso áspid). Un final por
todo lo alto, pero con el lamentable efecto colateral de la definitiva
subordinación de Egipto a Roma.
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Artículo "Faraonas y mujeres reinantes, egipcias poderosas", publicado por Nacho Otero el 15.10.2020 para la revista Muy Interesante.
sábado, 4 de mayo de 2024
Los Padres de la Economía
LOS "PADRES" DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO
La economía celebra el domingo 15 de junio el día del padre al igual que todos los mexicanos. Los economistas que han cambiado el rumbo de la economía también merecen ser celebrados este día, debido a que sus aportes han dado avances importantes a la ciencia económica que es relativamente joven. Te presentamos algunos personajes que han revolucionado la forma de pensar en el ámbito económico, y que han influenciado a los hacedores de política económica de los gobiernos para implementar una serie de medidas para hacer frente a los ciclos económicos.
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Tomado del artículo "Los 3 padres que cambiaron el pensamiento económico" de Marco Marco Martínez Huerta, Forbes, 13 de junio de 2014.
sábado, 10 de febrero de 2024
Nueva cronología histórica
SIMPLIFICANDO LA FECHA
Este 2024, se cumplirán 200 años de las batallas de Junín y Ayacucho, con las que se consolidó nuestra independencia, proclamada tres años atrás por osé de San Martín. Un yiempo que no depende del calendario que se use. y que corresponde a un número igual de vueltas de la Tierra alrededor del sol. Si lo consideráramos un evento trascendental, podríamos contar los años a partir de ese día, en cuyo caso, en nuestro calendario estaríamos en el año 200. Existen varios calendarios cuyas fechas se cuentan a partir de diversos acontecimientos. Los judíos están en el año 1.785 (contando a partir de la fecha en que, según la Biblia, Dios creó al mundo) y los musulmanes en el año 1.402 (a partir de la Hégira, huída de Mahoma de La Meca a Medina). El mundo occidental ha adaptado el calendario gregoriano, que parte de la fecha del nacimiento de Jesucristo, un calendario aceptado por la mayor parte de la humanidad, a pesar de que los cristianos representan menos del 50% de ésta.
En verdad no existe problema con el calendario gregoriano, en lo que refiere a eventos recientes, como tampoco lo existe con ningún otro calendario utilizado hoy. El problema surge cuando se va atrás en el tiempo, pues no existe el año 0 y las fechas se restan para todo aquello ocurrido antes de la Era Cristiana.
Existe una observación matemática bastante lógica a esta división de fechas, pues el tiempo corre en una dirección y nuestro calendario histórico corre en dos direcciones. El cómputo de fechas previas a nuestra era, además de complicarse con la falta del año 0 (requisito para trabajar con fechas negativas) va contra la lógica. Ahora ha surgido una propuesta para modificarlo. El geólogo César Emiliani, de la Academia Internacional de Ciencias , propuso en 1995, un nuevo calendario que coincide con la época geológica que vivimos, es decir, el Holoceno.
Se estima que el Holoceno se inició unos 10 mil años antes de la Era Cristiana, con lo cual hoy estaríamos en el año 12.024. Según este calendario, la fundación de la ciudad de Jericó -que se estima en el año 7.000 a.C.- tendría la fecha 3.001. La fundación de Roma (año 753 a.C.), correspondería en el nuevo calendario al 9428. El nacimiento de Cristo sería en el año 10 mil y el descubrimiento de América, en el año 11.492.
El sistema permitirá prescindir de los dos primeros dígitos en las fechas de eventos corrientes, los cuales se da por sentado, que ocurren en el milenio en que vivimos. Así, se creería que nuestras cartas de hoy, llevarían la fecha 1.024, la del año próximo, 1.025 y así sucesivamente. Pero no es así. Según esta propuesta, el año 2.000 (con el que inició el cambio de siglo y de milenio), sería el año 1. Solo para los eventos históricos se requiere el 12 mil, que lo precidiría. Por lo pronto, la propuesta de Emiliani de prescindir de los primeros dígitos tiene sentido, ya que ningún documento moderno requiere especificar el milenio.
Las fechas de las diversas religiones podrían unificarse y para los historiadores, antropólogos y etnólogos sería mucho más fácil trabajar solo con números positivos. Sería mucho más fácil visualizar la edad de Arquímedes, Platón, Alejandro Margo o, para el caso, cualquier evento de la antiguedad, pues la fecha de su inicio sería siempre anterior a la de su terminación. Una propuesta que sin duda tendrá mucha oposición, pero que tiene lógica y merece ser tomada en cuenta.
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Adaptado de: T.U. - Diario El Comercio, Lima. 11/12/95
lunes, 5 de febrero de 2024
Cultura Chavín
LA CULTURA CHAVÍN
DESCUBRIDOR
ANTIGÜEDAD
El sacerdote era al mismo tiempo autoridad religiosa y política |
6-Divinidades secundarias : Cóndor, mono, pez, serpiente
7-Principal centro cultista del Perú antiguo.
8-Trilogía sagrada : el cóndor, el jaguar y la serpiente.
Su escultura también es Lítica (en Piedra).
Representaron a dioses mitológicos como el jaguar, el cóndor, la serpiente.
Entre sus mejores esculturas tenemos:
1-Sus construcciones fueron mayormente hechas en Piedra (líticos) aunque en algunas zonas también usaron el barro.
2-Usaron plataformas, su pirámides eran truncas, construyeron templos (Castillo de Chavin), adoratorios, galerías subterráneas con tubos de ventilación en piedra tallada y adornada con cabezas de felinos llamadas (Cabezas Clavas )
CERÁMICA
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ACTIVIDADES
1-Elabora un organizador visual sobre el tema (mapa conceptual, mental o semántico, espina de Ishicawa o diagrama de pescado, cruz catagorial, cuadro sinóptico o cualquier otro tipo
2-Elabora un tríptico o un power point sobre la cultura Chavín