lunes, 3 de febrero de 2020

La Noche de los Cristales Rotos


LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS


Negocios judíos saqueados y destruidos por los nazis en la Noche de los Cristales Rotos 


LA PERSECUCIÓN DE LOS JUDÍOS
La ideología totalitaria del nazismo, que pasaba por considerar al pueblo alemán una raza superior, que había de dominar el mundo, se tradujo en el avance de la política antisemita Ya desde la subida al poder en 1933 del Partido Nazi, a partir del Ministerio de Propaganda que dirigía Joseph Goebbels, se había orquestado un boicot contra los negocios regentados por judíos y restringido, desde las instancias judiciales, el acceso al servicio civil por parte de los no arios, expulsando prácticamente a la totalidad de los judíos de la administración y estamentos educativos oficiales. Se promovió además, la denuncia de comportamientos difamatorios de los judíos por parte de la población. Con el conjunto de estas medidas, al cabo de tres años, habían abandonado el país unos 40 mil judíos, una cifra pequeña en comparación con la gran cantidad de judíos que vivían en Alemania.

La depuración racial continuó con la promulgación de las Leyes de Nüremberg de setiembre de 1935, que no solo desposeían a los judíos de todos sus derechos, empezando por el de la propia nacionalidad alemana, sino que prohibían las relaciones sexuales, noviazgos y matrimonios entre no arios y alemanes de sangre pura. Entre otras medidas, se prohibió que los empresarios judíos puedan hacer contrataciones con el Estado alemán, se les prohibió asistir a los mismos colegios, parques cines, teatros y todo lugar público donde hayan alemanes.  Para una mejor identificación, se les obligó a llevar una banda en el brazo con la Estrella de David o en el pecho una de color amarillo y finalmente, se les aisló en ghettos.



Se calcula que hacia esta última fecha, un total de 150 mil judíos habían emigrado de Alemania, principalmente a EE.UU. y otros países europeos. La repercusión de tal emigración en los países receptores (especialmente en América) llevó al Presidente estadounidense Franklin Roosevelt a convocar, después de su ingreso a la guerra, una conferencia internacional para intentar encontrar soluciones al problema generado.

La excusa que se utilizó para realizar una persecución abierta y brutal contra la comunidad judía, que habría de llevar a la dramática Solución Final que sufrió en los Campos de concentración y de exterminio, se produjo en la que se denominó Kristallnacht o Noche de los Cristales Rotos, en las jornadas del 9 y 10 de noviembre de 1938.

Con ese nombre se conoce a una serie de linchamientos y ataque combinados ocurridos en la Alemania nazi durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 y llevado a cabo contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir. El gobierno nazi lo presentó como una reacción espontánea de la población tras el asesinato, el 7 de noviembre de 1938, de Ernst vom Rath, secretario de la embajada alemana en París, por Herschel Grynszpan, un joven judío alemán de padres polacos, que estaba resentido por haber tenido que emigrar de Alemania huyendo de la persecución nazi. Trató de emigrar a Palestina, pero sus padres lo enviaron a Francia, con unos tíos que vivían en París. Ahí intentó varias veces obtener la ciudadanía francesa para poder trabajar legalmente, pero no podía por estar indocumentado (su pasaporte alemán y el polaco habían expirado), así que el gobierno francés ordenó su expulsión, por lo que se quedó clandestinamente, viviendo en el ático de la casa de su tío.

EL ATENTADO
Con diecisiete años de edad, Herschel Grynszpan estaba viviendo en París con un tío cuando recibió una postal de su hermana Berta desde la frontera polaca describiendo la situación de la expulsión de su familia. Fueron expulsados de Alemania el 28 de octubre de 1938 por orden de Hitler. Se les ordenó abandonar sus hogares en una sola noche, y solo se les permitió llevar consigo una maleta por persona para empacar sus pertenencias. El resto de sus posesiones fueron confiscadas como botín, tanto por las autoridades nazis como por sus vecinos alemanes no judíos. Los sacaron a la fuerza de su casa y los llevaron a la fuerza en tren a la frontera polaca, pero no les dejaron ingresar por orden del gobierno polaco. Como resultado, miles de judíos quedaron atrapados en la frontera, en instalaciones provisionales durante varios días o semanas en condiciones espantosas, bajo la lluvia, marchando sin comida ni refugio entre las fronteras. Tras negociaciones con Alemania, a cuatro mil se les concedió la entrada a Polonia, pero los restantes 13 000 se vieron obligados a permanecer en la frontera en muy duras condiciones esperando ser autorizados para entrar a Polonia. La situación generó indignación entre la comunidad judía de Polonia, que realizó grandes esfuerzos para ayudar a los desterrados de cualquier manera posible. Tras las negociaciones entre ambos gobiernos, los deportados que no consiguieron entrar a Polonia fueron enviados a los campos de concentración nazis.

​Herschel recibió la postal el 3 de noviembre. En la mañana del lunes 7 de noviembre, compró un revólver y una caja de balas, luego fue a la embajada alemana y pidió ver a un funcionario. Después fue trasladado a la oficina de Ernst vom Rath y Herschel le disparó tres veces en el abdomen. Tras el atentado Grynszpan no hizo ningún intento de escapar de la policía francesa, confesando ser el autor de los disparos. Fue su manera de vengar a su familia y a todos los judíos por todo lo que estaban pasando. Pensaba que con el atentado daría a conocer al mundo lo que la comunidad judía estaba pasando. Así lo hizo notar en una carta enviada a su familia fechada el 7 de noviembre de 1938 donde decía: “Queridos padres, no puedo hacer otra cosa. Que Dios me perdone. Mi corazón sangra cuando oigo hablar de la tragedia de 17 000 judíos. Debo protestar para que el mundo entero me escuche, y esto, me veo obligado a hacerlo. Perdónenme”. Herschel.

No hubo declaraciones públicas por parte de funcionarios nazis acerca del ataque contra el diplomático Vom Rath, aunque a partir del 8 de noviembre de 1938 una campaña antisemita en la prensa, orquestada por Joseph Goebbels, alentó a los pogromos llevados a cabo por los líderes locales del partido nazi, especialmente en Hesse-CasselMúnich y Hannover. El 9 de noviembre Ernst vom Rath murió. A la noche siguiente, los nazis aprovecharon la excusa, para llevar a cabo la Noche de los Cristales Rotos, atacando a toda la comunidad judía en una serie coordinada de pogromos antisemitas.

LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS
Los Pogromos o Pogroms eran actos violentos que se realizaban contra las comunidades judías en toda Europa desde el siglo XIX, especialmente en la Rusia zarista y Polonia, donde el antisemitismo estaba muy arraigado. Siempre que había algún problema grave o alguna crisis que no se podía solucionar (el desempleo, la crisis económica, las guerras y las epidemias) la gente le echaba la culpa a los judíos. La multitud, de manera espontánea, se dirigía a los barrios judíos para atacar sus propiedades, negocios y sinagogas, que eran saqueadas e incendiadas. En estos pogromos la turba actuaba con extrema violencia, muchas veces exaltada por la prensa y los gobiernos de turno, causando la muerte de centenares y hasta miles de judíos.

Después del atentado contra Vom Rath, los nazis organizaron diversos pogromos en distintas ciudades alemanas contra las comunidades judías locales. Estos Pogromos fueron ordenados Adolf Hitler y organizados por Joseph Goebbels.  En ellos participaron miembros de la SA, la SS, la SD, la Gestapo y hasta las Juventudes Hitlerianas, además de la participación espontánea de miles de alemanes que veían la oportunidad de desquitarse de los judíos a los que tanto odiaban. La turba atacó diversos comercios judíos, rompiendo los cristales de sus vitrinas, dejando gran cantidad de vidrios rotos por todos lados. Las casas de la población judía, así como sus escuelas y hospitales, fueron saqueadas y destruidas por los atacantes, demoliéndolas con mazos. Más de 1500 sinagogas fueron quemadas y más de 7000 tiendas de propiedad de judíos fueron destruidas o seriamente dañadas.

Sinagoga judía quemada durante la Noche de los Cristales Rotos

En la purga murieron poco más de un centenar de judíos y unos 30 mil fueron arrestados y llevados a campos de concentración, especialmente a Sachsenhausen, Buchenwald  y Dachau. La Kristallnacht fue seguida por una persistente persecución política y económica a la población judía, y es considerada por los historiadores como parte de la política racial en la Alemania nazi y el paso previo del inicio de la Solución Final y del Holocausto.

Aunque en la década de 1920, la mayoría de los judíos alemanes estaba plenamente integrados en la sociedad alemana como ciudadanos alemanes, sirvieron en el ejército y la marina alemana y contribuyeron en todos los campos de la ciencia, cultura e industria alemana,​ los casos de violencia contra los judíos existían incluso antes de la toma del poder de los nazis.

Los 600 000 judíos de Alemania, que representaban solo el 0,76 % de la población total, fueron señalados por la maquinaria de la propaganda nazi, liderada por Joseph Goebbels, primero como un enemigo interno responsable de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, y luego de sus consiguientes dificultades económicas, como la hiperinflación de la década de 1920 y la Gran Depresión. Fue durante la hiperinflación de 1922-1923 que se produjo el pogromo de Scheunenviertel, en Berlín. En 1931 fueron organizados los pogromos de Kurfürstendamm, en Berlín, por Wolf-Heinrich von Helldorf, el líder de las SA y más tarde jefe de la policía.

JUICIO
Grynszpan fue arrestado inmediatamente por la policía francesa y llevado a prisión. En juicio se intentó condenarlo a la guillotina, pero por ser menor de edad no se pudo aplicar la pena capital. Pasó por varias prisiones hasta que los alemanes invadieron Francia. Lo buscaron por todo el territorio hasta que lo encontraron en una cárcel en el territorio libre de Vichy. De ahí fue trasladado a París primero y luego a Berlín. Goebbels pretendía usarlo para hacer un juicio propagandístico, para probar la complicidad del «judaísmo internacional» en el asesinato de Vom Rath. Sin embargo no se puedo hacer porque el Ministerio de Justicia aducía que no podía juzgarlo en Alemania por no ser ciudadano alemán y menos por haber cometido un asesinato en otro país. Además, por ser menor en el momento del delito, no se le podía condenar a muerte. Estas discusiones se extendieron durante todo 1940, hasta 1941.

Aun así, Goebbels decidió acusarlo de traición, por la que podía ser juzgado de forma legal y ejecutado si se le declaraba culpable, sin embargo el ingreso de EE.UU. a la guerra y las derrotas sufridas en el frente soviético motivaron la postergación del juicio más de una vez. Sin embargo, muchos creen hoy que, a propósito se habría dilatado la realización de juicio porque se dice que Grynszpan iba a afirmar que había disparado a Vom Rath porque había tenido relaciones homosexuales con él, lo que sería una humillación para el Estado Nazi, además se sabía que uno de los hermanos de Vom Rath había sido apresado por homosexualidad. Tal vez por eso Grynszpan fue trasladado a la cárcel de Magdeburgo.

ULTIMOS DÍAS
Se desconoce el destino de Grynszpan tras septiembre de 1942. Puesto que su juicio nunca fue anulado de forma oficial, sino simplemente pospuesto indefinidamente, es posible que siguiera con vida en la prisión de Magdeburgo en enero de 1945, pero no existen evidencias definitivas. Algunas fuentes citan que pasó a los campos de Sachsenhausen y Flossenbürg, donde habría permanecido hasta el final de la guerra, sin saberse qué pasó con él. Sin embargo, hubo rumores de que había sobrevivido a la guerra y que se habría trasladado a París, donde habría vivido con un nombre falso, pero tampoco existen pruebas. En 2016 apareció una foto realizada el 3 de julio de 1946 en un campo de desplazados en Bamberga, durante unas protestas realizadas por grupos de judíos contra la política británica de no dejarlos emigrar a Palestina. La foto confirmaría que Grynszpan habría sobrevivido la Guerra, pero deja abierta la pregunta de cómo es posible que sobreviviera el Holocausto.

Fue declarado legalmente fallecido por el gobierno de Alemania Occidental en 1960. Lo curioso es que sus padres, que lo habían enviado a la «seguridad» en París mientras ellos y sus otros hijos permanecían en Alemania, sobrevivieron la guerra. Habiendo sido deportados a Polonia, pudieron escapar en 1939 a la Unión Soviética. Tras la guerra, emigraron a Israel.

CONSECUENCIAS
Las consecuencias del barbarismo de aquella noche llamaron la atención del círculo cercano a Hitler, quienes habían insistido en no llevar adelante una acción pública y abierta contra los judíos -como la que propusiera Goebbels, finalmente realizada-, sino una discreta y sistemática, como la que comenzaría entonces: Una nueva fase de las actividades antisemitas del NSDAP y los aparatos estatales, conduciendo a la deportación y, finalmente, al exterminio de la mayor parte de los judíos que vivían en Alemania. Aunque pocas personas lo supieran entonces, la Noche de los Cristales Rotos era el primer paso en la persecución sistemática y el asesinato masivo de judíos en todas partes de Europa, en lo que fue conocido posteriormente como el Holocausto.



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FUENTE:
"Segunda guerra Mundial" - Lexus








sábado, 1 de febrero de 2020

San Martín en Huaura

EL GOBIERNO DE SAN MARTÍN EN HUAURA: DESPLIEGUE Y MOVILIZACIÓN POPULAR 

POR JOSÉ FERNÁNDEZ SÁNCHEZ   




 

            Entre noviembre de 1820 y marzo del siguiente año, en Huacho y Huaura se constituye un Regimiento de Cívicos, conformado por 6 compañías y 3 escuadrones, con un total de 708 hombres y 669 caballos. Integrados por patriotas de Huacho, Huaura, Végueta, Mazo, Caral, Peñico, Hayba y otras localidades aledañas. El regimiento huachano esta conducido por notables de la localidad. To-dos ofreciendo sus servicios como voluntarios en la forma más valerosa a la causa libertaria. San Martín forma los grupos guerrilleros, bajo el comando de Francisco Vidal, Andrés Reyes y Cayetano Quiroz, figurando también José de Asué, Luis Rissi, Tomás Quintín, Juan Muñoz, Francisco Villanueva, Domingo Fonseca, los hermanos Juan y Doroteo Santos, y Francisco y Tomás Manrique, entre otros. Se dispone el entrenamiento militar intensivo de todos los nuevos batallones a cargo de oficia-les y clases en Barranca, Supe y Humaya, para el diestro manejo de armas. Se distribuyen explora-dores entrenados y conocedores de sus zonas, a todos los lugares de la región central del país.

            El mes de diciembre de 1820 es fructífero para los patriotas. Por invitación de San Martín, el criollo marqués Bernardo de Torre Tagle y otros nobles aristócratas criollos, apresando a los chape-tones, en una residencia proclamaron la independencia de Trujillo el 4 de diciembre. En Huánuco, los cabildantes y vecinos, con el respaldo de los guerrilleros al mando de Álvarez, proclaman la inde-pendencia de dicha ciudad. Del mismo modo, el 27, el alcalde mayor Juan Manuel Iturregui Aguilarte y los cabildantes de Lambayeque capitán Saco Oliveros, José Leguía Meléndez y miembros de la logia masónica local acuerdan proclamar la independencia ante el pueblo, desde el balcón de la casa de la logia. Como se ve son actos con sabor aristocrático y una pizca de presencia popular. .

            La primera semana de diciembre suceden también dos acontecimientos militares importantes: el del día 2 de diciembre, los americanos del batallón Numancia de 800 plazas se entregaron al ejército patriota en Huachoc, Retes, cerca de Sayán; por tal motivo, los realistas redoblaron su celo para con sus oficiales criollos y mestizos. En esta ocasión algunos oficiales criollos virreinales se pasaron al bando patriota, como Agustín Gamarra, Velasco y Eléspuru. El otro hecho fue el día 6, cerca de Pasco tuvo lugar el único triunfo de los patriotas frente a los realistas, cuya caballería co-mandada por el entonces realista coronel Andrés Santa Cruz, se pasó luego al lado de los patriotas. Obviamente, los grados militares se respetaban y a veces se les premiaba con automáticos as-censos.

Por los hechos, Huaura se constituyó en la sede provisional del Perú independiente, la prime-ra capital en su historia, por ser el eje de las operaciones militares. Donde el libertador recibía la constante adhesión de vecinos y pueblos del norte y centro del país. Dirigía las guerrillas y monto-neras que bloqueaban Lima. También en Huaura se dio el Reglamento Provisional, la primera carta política de estado que estaba naciendo, importantes decretos, como el que garantizaba la devolución por el Estado de las aportaciones los ciudadanos y vecinos de las provincias libres, para auxiliar al ejército libertador; que da libertad a todo esclavo que se alistara en las filas patriotas.
               
            En Paita, a principios de marzo de 1821, días de gran trajinar, un acontecimiento llenó tam-bién de alegría al Libertador: los hermanos Victoriano y Andrés Cárcamo, convenciendo a otros 7 compañeros tripulantes, lograron tomar para la patria el pailebote correo español Sacramento, que había salido del Callao rumbo a Panamá. Entre los pasajeros había altos funcionarios y oficiales realistas. Este hecho fue comunicado a las autoridades de Piura y Trujillo, como a los patriotas del norte chico. San Martín dispuso el traslado del Sacramento y sus rehenes a Huacho.

            Importante fue la dación del Reglamento Provisional, por el cual eleva a Huaura en capital del departamento de la Costa y Huacho adquiere la categoría de capital de distrito, al igual que Sayán, Végueta, Barranca, Supe, Pativilca, Ámbar, Aucallama, Huaral, Chancay, Checras y Paccho. Re-conociendo así a los pueblos del interior que demostraban un generoso compromiso en favor de la independencia. La abundancia de toda clase de recursos de sus valles y quebradas, la cercanía del mar para sortear cualquier peligro por los puertos de Chancay, Huacho y Supe.

            La generosidad y patriotismo conmovían al Libertador. En lo estratégico y táctico de comunicación y abastecimiento; la abundancia de ricos y variados cultivos, ganado y minería, clima benigno, permitieron a San Martín, tender una línea defensiva, cuyos desiertos al sur la aislaban al enemigo y por el norte la retirada estaba asegurada por el puerto de Supe. En Huaura el libertador estuvo 6 meses y días, elevando sus tropas a 8 mil plazas, pero antes, lamentablemente, habría de sufrir el flagelo de la grave peste, diezmando gran parte de las fuerzas patriotas, que a la vez, retarda y da tregua al enemigo que a falta de recursos también pasaba graves apuros en Lima.

                 Cuando el ejército de San Martín fue diezmado por la peste y muchos soldados perecieron
         en el hospital de Huaura, vinieron a salvarlo los reclutas de las provincias aledañas, cuyo núme-
         ro alcanzó cifras bastante elevadas,  mientras los  guerrilleros acosaban a los realistas en los al-
         rededores de  Lima.  Como lo ha señalado  Raúl Rivera Serna en su esclarecedor trabajo sobre
         la acción  de los  guerrilleros del centro, desde 1821 en que las fuerzas realistas, luego de aban-
         donar la capital establecieron su base de operaciones en el valle del Mantaro, hasta 1824”. 

            Penosa, pero de profunda significación humana, única en la historia de la independencia, que ninguna contribución fue tan decidida como la de los patriotas, entre ellos muchas damas del norte chico, que se encargaron de cuidar y aliviar a los miles de enfermos afectados por la peste, hacien-dose cargo de los numerosos hospitales de campaña donde murieron muchos soldados patriotas ex-tranjeros, pero de inmediato reemplazados por los varones hábiles de la antigua provincia de Chancay, para engrosar además las guerrillas y montoneras y así continuar cercando Lima.

            En Huaura se funda El Pacificador, vocero oficial del Libertador, para sostener los principios liberales, bajo la dirección de Monteagudo. También se publicó La Gaceta de Huaura, para difundir las proclamas y comunicados a todos los pueblos. Las guerrillas y montoneras, estaban en manos de sectores medios provinciales, en quienes posteriormente recaería el gobierno local republicano. Des-de aquí San Martín mantuvo contacto con todas sus fuerzas desplegadas por todo el norte chico, que operaban por mar y sierra, coordinaba el asedio de Lima, bajo la dirección de Cochrane y Álvarez de Arenales. Contaba con producción de exquisitas frutas de los valles de Huaura y Sayán. Lamentablemente, por el hacinamiento y la poca higiene, la peste invadió el ejército patriota.

            Pero, la estadía en Huaura, tuvo duras críticas del propio Arenales, Cochrane y Miller. Para unos historiadores fueron injustas; otros, explican que respondía a la estrategia del gobierno chileno: “hacerlo todo con la anuencia de la aristocracia criolla y, en lo posible, sin derramamiento de sangre. Obviamente, además de la peste que asoló a los patriotas, que impedían el golpe final. Pero los realistas tampoco estaban bien en Lima, a pesar del apoyo criollo; ya no había alimentos, vituallas y aprestos militares; cercados por guerrillas y montoneras, como las de Quiroz, Huavique, Navajas y Elguera por la sierra; y por el norte por Reyes y Vidal. Podría a decirse, que la retirada de Lima, fue una oportuna y cedida acción al virrey La Serna, y a la vez, una derrota estratégica de San Martín, pues el tiempo favorecía y perjudicaban a ambos, indistintamente para alzarse con el triunfo final.


Sacrificios Humanos en el Perú Prehispánico

SACRIFICIOS EN NOMBRE DE LOS DIOSES



Siempre se pensó que los mayas y especialmente los aztecas fueron los únicos pueblos aborígenes de América que realizaron sacrificios humanos para calmar a los dioses; siempre se les consideró bárbaros y salvajes.. Pero resulta que también los incas e incluso los pueblos anteriores como los moche y los chimú los habrían realizado, tal como lo  sugieren las representaciones en sus ceramios y templos.

Aparentemente el ofrecimiento de personas en holocausto se inició hace 3 mil años cuando se desarrolla una agricultura intensiva con todo lo que implica, como la construcción de obras de irrigación, andenes y herramientas, la domesticación de plantas y el uso de abonos. Los sacrificios humanos se intensifican con la práctica agrícola , por eso se cree que cobran mayor vigencia con la desesperación del hombre por conseguir sus alimentos. Para el arqueólogo Federico Kauffmann, el surgimiento de los sacrificios está ligado al perfeccionamiento de la labor agrícola asociado a ciertas fuerzas sobrenaturales que regían la vida en la tierra y que podían desencadenar problemas que ocasionarían hambre y muerte. El territorio árido de esta parte del continente los hacía recurrir a sus creencias como estrategia para obtener buenas cosechas.

Pero la realización de sacrificios humanos no es exclusiva de los incas. Este tipo de prácticas aparecen en todo el mundo desde tiempos muy antiguos y en todas las civilizaciones; incluso en la Biblia –especialmente en el Antiguo Testamento- se resaltan algunas historias siendo la más conocida la de Abraham e Isaac. En América, fue una práctica común en todos los pueblos indígenas, desde el norte hasta el sur y en toda su historia precolombina. Mayas y aztecas sacrificaban igual que los antiguos peruanos pero en forma más sangrienta y con mayor frecuencia Los aztecas por ejemplo, tenían que realizarlos diariamente para que Opochtli, dios del sol, resucite todas las mañanas (de ahí la importancia suprema de la guerra); preferían mujeres cuando sacrificaban en honor de Chicomecóatl –diosa del maíz- y niños, para Tláloc, dios de la lluvia. En la cima del templo el sacerdote era especialista en abrir el pecho del sacrificado y sacarle el corazón aún latiendo para después comérselo. Alas mujeres las decapitaban y descuartizaban para luego quitarles la piel, con la cual vestía el sacerdote. Como los factores climáticos eran muy duros por las sequías constantes, el acercamiento a la divinidad era mayor.

Probablemente la prueba más antigua de sacrificios humanos en Perú se halle en Sechín (Casma-Ancash)  que data de hace 3 mil años. Sus habitantes representaron en las paredes del templo a víctimas de sacrificios brutales, donde las personas fueron representadas decapitadas, descuartizadas o desvisceradas. Situaciones similares se dieron en las demás culturas preíncas, siendo el caso más conocido el de Moche,  donde existen innumerables referencias iconográficas en su cerámica y los murales, como es el caso del”degollador” representado en la huaca del Sol de la luna.

LOS INCAS
Al igual que sus contemporáneos de Mesoamérica, los incas también sacrificaban personas, pero en forma más humana, sin recurrir a la tortura; por el contrario, la muerte era pacífica, pues los sacrificados, conocidos como capaccocha eran adormecidos con chicha y coca hasta perder el conocimiento, para luego asfixiarlos. Aunque algunos cronistas aseguran que los niños que eran llevados al Qosqo como capaccocha eran cortados en cuatro partes que representaban a cada Suyo, para que sus respectivos sacerdotes cojan la que les correspondía y la llevasen como ofrenda a sus dioses locales.  Algunos sostienen que los niños eran enterrados vivos y otros, que eren ahogados. Pero parece que la momificación era la técnica más usada, y gracias al descubrimiento de“Juanita”, la “Dama de Ampato”se ha podido tener la prueba que se necesitaba para corroborar una  existencia de la cual sólo se tenían sospechas y un puñado de crónicas poco confiables. Esta era una modalidad empleada para honrar y calmar a los Apus –los cerros- tal como lo demuestran las momias encontradas en la cima de volcanes y nevados Ampato, Chachani, Pichu Pichu, Misti y Sara Sara, todas en Arequipa, así como las encontradas en el cerro Llullaillaco en los andes argentinos. Y se sospecha de la existencia de muchas más. 
                                                                         

Todas eran jóvenes, niñas y niños entre 8 y 12 años de edad dejados en las cimas heladas, envueltas en finas ropas y con ofrendas de espóndylus y figurillas de oro y plata que representan camélidos y a las mismas sacrificadas, conservadas casi perfectamente gracias al hielo de las alturas. Las niñas habrían sido acllas vírgenes, puras de alma y con un prototipo de belleza que hoy desconocemos. Pero no sólo niños y mujeres jóvenes eran ofrecidas en capaccocha. En el rito de la Cachua, se victimaba como agradecimiento al Inti, algunos prisioneros y hacían tambores con su piel, para celebrar la victoria.

El sacrificio humano no era voluntario, pero estaba tan arraigado en las personas, que las familias en lugar de negarse –lo que además estaba prohibido- ofrecían a sus hijos e hijas, e incluso se peleaban, según refieren algunos, para tener el honor que un miembro de su familia sea ofrecido ante el Inca en honor de los apus, luego de una ceremonia que duraba varios días. Después del sacrificio, el Inca daba su bendición.

ANOTACIONES FINALES
Para concluir, diremos que en el Tawantinsuyo sí se realizaron sacrificios humanos, tanto de adultos como de infantes. Y no es cuestión de ocultarlo como lo hiciera Gracilaso de la Vega con la finalidad -al parecer- de encumbrar a los incas sobre los aztecas con los que siempre fueron comparados. Se trata pues de presentar los hechos tal como fueron, siendo lo más objetivo posible.

Hay que entender que los sacrificios humanos tenían una finalidad concreta, el complacer a los dioses, para de esta manera lograr beneficios en la agricultura y asegurar la alimentación de la comunidad, pues una tierra bien alimentada resultaría atractiva al Inti que la fecundaría con sus rayos calóricos o al rayo (Illapa) quien lo haría a través de la lluvia. Tal vez en la práctica no resultaba efectivo, pero cumplía con las creencias de la época. Es que no podemos  juzgar los sacrificios humanos con la mentalidad de una persona del siglo XXI, porque veríamos en ellos algo espantoso que en su debido contexto no lo era.

El Cuartelazo del 4 de Julio

EL CUARTELAZO DE LEGUÍA
(POR HÉCTOR LÓPEZ MARTÍNEZ)




Héctor López Martínez
Actualizado el 04/07/2019 a las 23:30

 “Leguía temió que, en las elecciones de 1919, el Congreso, que le era adverso, terminase dándole el triunfo a Ántero Aspíllaga”.
"Leguía necesitaba un Parlamento cortesano y pudo tenerlo durante el oncenio". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"Leguía necesitaba un Parlamento cortesano y pudo tenerlo durante el oncenio". (Ilustración: Giovanni Tazza)
El tramo final del segundo gobierno de José Pardo (1915-1919) estuvo lleno de episodios altamente conflictivos e incluso sangrientos. La crisis económica afectó cruelmente a las clases más necesitadas y menudearon las huelgas, los paros generales y los disturbios vandálicos –alentados por agitadores anarquistas extranjeros– en Lima y el Callao. El 20 y 21 de mayo de 1919 hubo elecciones presidenciales y complementarias en todo el país. Desde el primer momento, el candidato Augusto B. Leguía sacó gran ventaja ante el postulante civilista, Ántero Aspíllaga. Los escrutinios, sobre todo en provincias, fueron lentos y abundaron las tachas que debían ser resueltas por el Poder Judicial. Se dice que Leguía temió que, en última instancia, el Congreso, que le era adverso, terminase dilucidando el problema electoral dándole el triunfo al candidato civilista. Este habría sido el motivo que algunos consideraron válido para justificar el golpe de Estado de aquel año.

En la madrugada del 4 de julio, dos batallones de la gendarmería –la fuerza creada y destinada exclusivamente a cuidar el orden público– asaltaron Palacio de Gobierno. José Pardo, varios de sus ministros y otros personajes prominentes del régimen fueron apresados. El gobierno no se defendió, o no pudo hacerlo. Insólitamente, esa misma madrugada el coronel Gerardo Álvarez proclamó a Leguía como presidente provisorio de la República. El ejército y la marina simplemente dejaron hacer.

Casi al mismo tiempo, una turba leguiista atacó el local de El Comercio. Dos bombas de dinamita se lanzaron sobre el techo de los talleres que, por suerte, solo causaron daños materiales menores. Aprovechando el breve desconcierto, un grupo de atacantes pudo ingresar al patio del Diario armados con revólveres y, tras intercambiar disparos con el personal del periódico, terminaron fugando.

Creo que el verdadero motivo del cuartelazo fue el deseo de Leguía de disolver el Congreso –que entonces se renovaba por tercios– ya que arrastraba una amarga experiencia de su primer gobierno cuando el compacto bloque parlamentario civilista frenó sus arrestos autoritarios. Leguía necesitaba un Parlamento cortesano y pudo tenerlo durante el oncenio.

En su extenso manifiesto inaugural Leguía dijo, entre otras cosas, que “el país requería reformas constitucionales que desterraran para siempre la vergüenza intolerable de los gobiernos burocráticos y personales condenados a la pasión y al error”. El ideólogo de estas reformas fue Mariano H. Cornejo, nombrado ministro de Gobierno en el Gabinete que inmediatamente formó Leguía. Pocos días después, el llamado presidente provisorio convocó elecciones para formar un nuevo Congreso –senadores y diputados– que, en un primer momento, debía funcionar como Asamblea Nacional y dictar una Constitución que sería sometida a un plebiscito. Solo el presidente del Senado y director de El Comercio, Antonio Miró Quesada, protestó públicamente ante el atropello legicida. En la Cámara de Diputados hubo un penoso mutismo.

Las reformas que Leguía envió a la Asamblea Nacional eran 19. Se suprimía la elección parlamentaria por tercios, estableciéndose la renovación total del Congreso; la elección de los miembros del Legislativo debía coincidir con la del presidente y vicepresidentes de la República; el mandato presidencial duraría cinco años; desaparecían los parlamentarios suplentes, entre otras. Estas reformas, declaró Leguía, eran intangibles. Javier Prado protestó en defensa del fuero parlamentario que no podía aceptar imposiciones. ‘Intangible’, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, es aquello “que no debe o no puede tocarse”. Intervino entonces en la polémica Mariano H. Cornejo, quien presidía la Asamblea, y propuso que intangible se cambiara por irrevocable, o sea “lo que no se puede revocar o anular”, pero sí cambiar y mejorar. La Constitución se promulgó el 18 de enero de 1920 y el Congreso proclamó a Leguía como presidente constitucional de la República. Así comenzó la “Patria Nueva”.

Leguía apresuró la desaparición de los viejos partidos tradicionales, el Civil, de Manuel Pardo, el Demócrata, de Nicolás de Piérola, y el Liberal, de Augusto Durand. Solo el Partido Constitucional, del mariscal Andrés Avelino Cáceres, apoyó al nuevo mandatario. Leguía hizo escarnio de las leyes y mofa del Poder Judicial. Se rodeó de aduladores y para sus adversarios solo hubo cárceles y deportación. A ellos les llamaba despectivamente “malditos” y “réprobos”. Jorge Basadre, comentando la dureza y el odio que abundó en el régimen de Leguía y su desastroso final a causa del golpe militar del comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, escribió: “En gran parte, la política de sanción a los caídos en 1930 y el ensañamiento feroz con el ex presidente Leguía tiene un antecedente en el estado de ánimo exacerbado que el leguiismo creó en 1919 y cultivó durante once años”. Tal vez vale la pena recordar el viejo refrán castellano que dice: “Quien siembra vientos cosecha tempestades”.