¿SAN MARTÍN VERSUS BOLÍVAR?
Tradicionalmente
la historiografía de la independencia en el Perú enfrentó la ambición de Bolívar al desinterés
de San Martín. Se trataba pues de contraponer una inescrupulosidad ante una
virtud. ¿Pero es posible tratar el tema sin ingenuidad o malicia prejuiciosa?
Tal vez no. Es que el tema de por sí es polémico, pues choca con ideales e
intereses nacionalistas que en más de un país da sustento a su historia, unidad
a su nación y prestigio a sus gobernantes (1)..
Con
el paso del tiempo la visión que de cada uno se tiene ha ido cambiando a la luz
de nuevas fuentes y reinterpretaciones de las ya existentes, de tal manera que
se puede identificar entre ambos artífices de la independencia sudamericana más
similitudes que diferencias: La influencia inglesa, el común ideal
independentista, su pasado realista y hasta su militancia en logias masónicas (2) son sólo algunas de estas
similitudes.
Desde
el punto de vista personal, tanto San Martín como Bolívar –miembros de
masónicas sociedades secretas poseían un ideal común irrenunciable: el de la
independencia hispanoamericana. Ambos
concuerdan con el punto de vista británico de formar bloques. San Martín
proponiendo la Confederación del Sur, Bolívar preconizando la llamada Confederación
de los Andes. La primera bajo un régimen monárquico, la segunda bajo una
dictadura personalista. Al oponerse los criollos rioplatenses a una agrupación
política cuyo centro se encuentre en el Perú, el plan sanmartiniano fracasaría.
Bolívar tendrá similar suerte con la resistencia localista de los criollos
reacios a contemplar el futuro. Nunca quisieron aceptar que la formación de los
Estados Unidos del Sur era una lógica respuesta libertaria a la creación de los
Estados Unidos del Norte (3).
Ahora
bien, en un principio la burguesía criolla peruana colaboró con San Martín por
su tendencia monárquica y la seductora idea de que el centro lo constituiría el
Perú. Cuando las condiciones cambian y peligra la libertad del Perú y de
Sudamérica, San Martín considera que ha llegado el momento de apartarse de sus
aliados y preparar su propia caída. La entrevista de Guayaquil constituirá una
coyuntura favorable.
Porque
Bolívar era la República, San Martín
decidió acogerse a la decidida política del libertador. Posición que se
robustece cuando, estando en Guayaquil, San Martín se entera de la caída de su
ministro y hombre de confianza Bernardo de Monteagudo a manos de sus antiguos
aliados, los burgueses de Lima. Complot en el que tendrían vital participación
Antonio de Alvarado y Tomás Guido, jefes de su entera confianza.
Después de sacrificar a San Marín, la burguesía criolla de Lima
buscaría luego con el ataque a Bolívar y la justificación de San Martín, su
propia legitimización. El alejamiento del Protector produce el caos.
Con la ferviente adhesión de los republicanos, cuyo
personaje más importante era José Faustino Sánchez Carrión, Bolívar llega y
funda la República. El ganó solo con sus recursos, solamente porque todo lo que
dejó San Martín había desaparecido. Contrariamente a éste, Bolívar no pacta con
la élite criolla, que es totalmente desalojada de la política bolivariana.
Por
el ideal de libertad latinoamericana, modificarán sus papeles en el proceso
libertario. Bolívar y San Martín actuarán en campos diversos pero
complementarios. Bolívar en los campos de batalla; San Martín en los de la
diplomacia. Su importantísima misión estaría dirigida a inclinar la decisión
del Imperio Británico hacia el reconocimiento oficial de los nuevos Estados
hispanoamericanos, hecho que traería como lógica consecuencia el debilitamiento
y disolución de la Santa Alianza (4), es decir, condenando al
fracaso los intentos de reconquista del absolutismo colonialista europeo.
En
conclusión, los libertadores San Martín y Bolívar no se contraponen sino se
complementan en el propósito de independizar Sudamérica. Son sus colaboradores
quienes harán fracasar la formación de bloques estatales, contraponiendo
intereses locales, oligárquicos a la posible constitución de los Estados Unidos
del Sur, idea que bulle con matices diferentes entre los libertadores José de
San Martín y Simón Bolívar.
*******************
( * ) Adaptación del artículo
homónimo de Carlos Daniel
Valcárcel. Las notas al pie de página
son propias.
( 1 ) Tal es el caso del actual
gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, quien ha tomado a Simón Bolívar como el
símbolo de su gobierno, legando a sacralizar
su efigie y a rechazar cualquier expresión contraria que inmediatamente es
considerada ofensiva a la memoria del libertador. En su afán de rescatar su
legado, el presidente venezolano modificó la bandera nacional y rebautizó a su
país como República Bolivariana de
Venezuela. Su admiración llega a tal punto que trató de emular la
obra de Bolívar al intervenir en la política interna de otros países
sudamericanos con miras –según creen los expertos- a tenerlos bajo su esfera de
influencia.
( 2 ) Mucho
se ha discutido sobre el papel de las logias masónicas en la independencia de América hispánica. Las visiones son diversas,
pues hay quienes le restan importancia, hasta aquellos que consideran que su
rol independentista fue trascendental, casi como un complot para dominar al
mundo. Además de San Martín y Bolívar muchos fueron los patriotas americanos
que pertenecieron a logias masónicas: En Argentina, Bernardo Monteagudo, José
Antonio Álvarez de Arenales, Manuel Belgrano; en Venezuela y la Gran Colombia,
Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre; en Chile, Bernardo O'Higgins; en
EE.UU. George Washington, Benjamín Franklin; en Perú, Túpac Amaru II, Mariano
Melgar, Hipólito Unanue, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier de
Mariátegui, Toribio Luzuriaga, José de la Riva Agüero, José de la Mar, José
Bernardo de Tagle y muchos más.
( 3 ) Sobre
el tema, Jorge Basadre dedica unas líneas en la nota preliminar de la octava
edición de la “Historia de la República del Perú”. En ellas Basadre compara el
desarrollo histórico de EE.UU. con el de Hispanoamérica, llegando a la
conclusión de que la razón de nuestro subdesarrollo estaría en la frustración de los proyectos unionistas de
San Martín y Bolívar, en la no formación de los Estrados Unidos del Sur, como
contrapeso a la creación de los EE.UU. de América del norte. Una vez más los
intereses particulares y las mezquindades de clase pudieron más que el bien
común.
( 4 ) La Santa alianza fue el acuerdo político disfrazado de pacto religioso que firmaron en 1813 el
Káiser de Prusia Federico Guillermo III, el Emperador austriaco Francisco I y
el Zar de Rusia Alejandro I por iniciativa de este último con la finalidad de
defender al absolutismo en Europa tras la caída de Napoleón, teniendo como
fachada la defensa del Cristianismo. La caída de Napoleón fue aprovechada por
varios pueblos en Europa y América donde surgieron movimientos revolucionarios
de carácter religioso, liberal o nacionalista, lo que amenazaba la estabilidad
de las monarquías absolutistas, entre ellas España. El pacto consistía en
apoyarse mutuamente para acabar con los rebeldes. La Santa Alianza intervino en
diversas ocasiones, como en 1821 cuando las tropas austriacas se involucraron
en Italia para restituir el absolutismo en el Reino de las Dos Sicilias
(Nápoles y Sicilia), o con la intervención de las tropas francesas en 1823 en España contra el Trienio Constitucional del general Rafael de Riego –fiel a la Constitución
de Cádiz- para restituir a Fernando
VII, derrocado tres años antes. Al mostrar su interés por inmiscuirse en los
problemas coloniales de España, Inglaterra y EE.UU. intervinieron para
frenarla, teniendo que retirarse.
*Mayores
referencias en Históri-K, Masonería e Independencia http://porlasendadelahistoria.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.