lunes, 8 de marzo de 2021

Migración Extranjera (1900)

 LA MIGRACIÓN EXTRANJERA EN EL PERÚ DE LA DÉCADA DE 1900




Hacia 1857, gracias al auge de la explotación guanera, el 50% de la población limeña estaba conformada por extranjeros; pero debido a la crisis económica de 1872, a la invasión chilena de 1879, al consiguiente agotamiento de los depósitos guaneros y a la creación de fertilizantes químicos, la migración extranjera fue disminuyendo. Al iniciarse el siglo XX, cuando la economía peruana logró recuperarse, se reanimó la migración extranjera. Pese a esto, la tendencia a la disminución continuó. En 1908, los extranjeros que habitaban en Lima eran el 9.3% de la población y 7.1% en 1920, a diferencia del 18.6% que alcanzaron en 1876.

LA COYUNTURA MUNDIAL
Como resultado del vertiginoso aumento de la población a lo largo del siglo XIX, en aproximadamente 700 millones de personas, muchos países europeos y asiáticos se encontraban sobrepoblados y la cantidad de habitantes era muy superior a la cantidad de riquezas del país. Había tanta población, que no todos podían trabajar y alimentarse lo suficiente. Tal aumento explosivo de la población se debió  a los progresos en la medicina, que ayudaron a disminuir la mortalidad infantil y a aumentar el promedio de vida de la población. Así, la emigración, fue el desplazamiento voluntario de de masas de población de los países sobrepoblados y con recursos limitados, a países de escasa población y con gran potencial económico sin explotar como EE.UU., Canadá, Brasil, Argentina, Australia, etc.





En las primeras décadas del siglo XIX, crisis agrícolas (pérdida de las cosechas) laborales (desocupación), económicas (escasez de alimentos y aumento de precios) y sociales (disturbios), motivaron a cientos de miles de irlandeses, italianos, ingleses, franceses, alemanes, polacos, portugueses, noruegos, suecos, rusos, holandeses, chinos y japoneses a abandonar sus países  de origen en busca de mejores oportunidades en países de continentes lejanos, donde tenían la esperanza de salir de la pobreza. EE.UU. se convirtió en el destino de más de la mitad de ellos.

Como el fenómeno migratorio se produjo en la segunda mitad del siglo XIX, en plena industrialización de Europa, quienes van a emigrar serán campesinos, peones y mineros, puesto que a los obreros calificados no les resultaba difícil conseguir trabajo.





CHINOS E ITALIANOS
A inicios del siglo XX, Lima era una gran ciudad cosmopolita, por donde circulaban ciudadanos hindúes, escoceses, rusos, ingleses, chinos, estadounidenses, mexicanos, italianos, japonenses, franceses, españoles, ecuatorianos y de otros países de América Latina y del resto del mundo, siendo las colonias más numerosas, la de los Chinos (con 5682 miembros) y la de los italianos (con 2559 integrantes). Ambas representaban más del 60% de los extranjeros afincados en nuestra capital, para luego aumentar, en 1908, a un total de 12635 inmigrantes provenientes de estos dos países. Cabe resaltar, que no todos los inmigrantes que llegaron lo hicieron para trabajar; un número considerable de extranjeros  adinerados vino a invertir.

La presencia masiva de chinos e italianos, data del siglo anterior, aunque, valgan verdades, ya había presencia italiana en el Perú desde los primeros días de la invasión española, entre ellos, Juan Pastone (testigo de la muerte de Pizarro) y Antonio Solar, hijo de un italiano de apellido Solaro o Solari, a quien, en el repartimiento de tierras, le tocó la villa de Surco y el morro que hoy lleva su nombre y que está ubicado en Chorrillos, frente al mar.  Masivamente, italianos son traídos por la Sociedad de Inmigración Europea. La mayoría provenía del norte y sur de la península, especialmente de Nápoles, Venecia, Milán, Génova, Piamonte, Liguria, Lombardía, Córcega (antes de ser adquirida por Francia), Sicilia y la isla de Malta, muchos años antes de realizarse la unificación de 1876.





Los chinos, fueron importados para trabajar masivamente en la agricultura (ya antes, en en el siglo XIX, habían sido traídos miles de culíes para trabajar en la extracción e guano). La mayoría provenía de la colonia portuguesa de Macao (de allí el sobrenombre despectivo de Macaco). Los que huían de los malos tratos de las plantaciones, los que terminaban sus contratos y los que llegaban por cuenta propia, se instalaron en Lima, cerca al Mercado Central, en la calle Capón y alrededores, lugar posteriormente conocido como el Barrio Chino.

Muchos chinos e italianos, al terminar sus contratos, trabajaron como dependientes en bodegas, talleres artesanales y fábricas, especialmente los chinos. Años después, muchos de ellos lograron comprar las tiendas de abarrotes donde trabajaban, hasta llegar a formar un monopolio  que rivalizó con los propietarios peruanos e italianos.  Estos, por su parte, se dedicaron a la navegación, la pesca, a las bodegas, las peleterías, los bazares, las fondas y los restaurantes, siendo desplazados progresivamente por los chinos en los primeros años de la década de 1900.  Mientras que algunos italianos lograron ingresar a la élite económica, los chinos, que se enriquecen y visten a la usanza europea, no pueden abandonar la imagen del chino culí, que trabajó humillado y explotado en las islas guaneras y más recientemente, en las haciendas cañeras, con su larga trenza  y su traje negro. siempre fueron el blanco de las bromas, discriminación y ataques de la oblación limeña, de los negros y los blancos pobres, que grupos saqueaban y quemaban sus negocios, echándoles la culpa de copar los puestos de trabajo que antes ocupaban los peruanos hoy desempleados. Hasta de la epidemia de peste bubónica se les acusó. Incluso los diarios manejados por la oligarquía los acusaban de ser los causantes de la crisis económica y del desempleo. Los inmigrantes chinos, se convirtieron sin quererlo, en el chivo expiatorio del gobierno ante la sociedad.





Muy distinto fue el trato  recibido por los inmigrantes europeos, como los italianos, que, a pesar de la barrera idiomática, tenían en común con los peruanos, la religión y la herencia cultural latina, ventaja de la que carecían los asiáticos. Pero existió otro motivo que ayudó a los italianos, su origen blanco, estatus racial considerados de primer orden,  en la jerarquía racial limeña de comienzos del siglo XX, así como en Ica y Tacna, donde los italianos  se dedicaban al comercio y la textilería. Esa concepción de "progreso racial" que traerían los italianos consigo, logrando mejorar la raza, es un rezago del racismo colonial, donde en la cima de la pirámide racial se encontraban los blancos, sobre los indios, negros y chinos. Y si bien, la migración italiana en el Perú no fue tan numerosa como en Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, fue acá donde alcanzaron un mayor desarrollo y se afianzaron rápidamente en la economía, la sociedad y la política, llegando a ejercer una gran influencia en el futuro. Puede que en los otros países hayan llegado tantos italianos que al final, no haya diferencia entre ricos y pobres, pero en Perú más bien, estos inmigrantes y sus descendientes se posicionaron tan bien, que rápidamente fueron asimilados por la clase alta peruana. 

Fueron tantos los italianos que llegaron a los otros países sudamericanos, que llegaron a ser rechazados por los habitantes nacionales, desatándose incluso, actos de xenofobia contra ellos. En el Perú, por el contrario, se les recibió tan bien que rápidamente pudieron prosperar, hasta convertirse, algunos de ellos, en millonarios. Se podría decir que en el Perú se encontraba el "sueño americano". 

Sin embargo, la ubicación geográfica en el Pacífico dificultó la llegada de más italianos al Perú (y europeos en general), pero lo que realmente marcó el fin de la inmigración masiva de italianos al Perú, fue la decisión del congreso de una ley incentivando la migración asiática (chinos y japonenses), por considerar que eran más fáciles de explotar, puesto que en sus países estaban acostumbrados al trabajo duro a cambio de una paga reducida.

LOS HIJOS DE LA TIERRA DEL SOL NACIENTE
Los japonenses constituye el tercer grupo de inmigrantes en importancia. Llegaron como mano de obra para las haciendas agroindustriales de la costa (azucareras y algodoneras), de corte capitalista. La Compañía Morioka, fue la primera en introducir japoneses al Perú; según contrato, cada uno recibiría 10 libras esterlinas por su trabajo. Fue así como a bordo del buque mercante Sakura Maru, procedente de Yokohama, desembarcaron en el puerto del Callao el primer grupo de inmigrantes japoneses; 790 personas, mayormente jóvenes, entre 20 y 30 años de edad, que vinieron al Perú en forma voluntaria, previamente seleccionados entre los mejores agricultores de su país.  Un capitán inglés y 42 tripulantes japoneses dirigieron la travesía de 36 días. Vinieron para trabajar en las haciendas azucareras de Puente Piedra y del norte del país, donde tuvieron que afrontar serios problemas de comunicación y hostilidad por parte de los peones peruanos, motivando su bajo rendimiento. 





Cabe recalcar que no solo agricultores llegaron; en siguientes viajes arribaron también profesionales y técnicos empobrecidos por la crisis. Fue precisamente esa la gran diferencia  que hubo entre chinos y japoneses, pues, mientras los primeros habían pertenecido a los sectores más bajos de su país, donde vivían en condiciones de pobreza extrema y semi esclavitud, los segundos, no solo eran de clase popular, sino que muchos provenían de la clase media japonesa y contaban además, con estudios profesionales y técnicos, eran personas instruidas. Eso jugó a su favor al momento de interactuar con la sociedad peruana, que los asimiló un poco más fácil que a los inmigrantes chinos.

Hasta 1910, la Compañía Morioka trajo 2874 japoneses más, en tres viajes; todos ellos contratados por tiempo fijo. Ellos mismos pagaban su viaje (que era barato) y recibían jornales diarios. Al concluir su contrato, algunos regresaron a Japón, y otros se establecieron en las ciudades para dedicarse al comercio, alcanzando muchos de ellos, el éxito, no sin antes haber pasado los mismos padecimientos que los chinos.

Así, producto de la mezcla de razas, se va a formar la Perú republicano de la actualidad.






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FUENTES:
Capón, el Barrio Chino de Lima - Richard Chuhue, Munilibro 2
Historia del Perú 5 - Elías Toledo Espinoza
Italianos en el Perú - Lewis Mejía,  El Dominical, diario El Comercio, 4/06/95
La Emigración en el mundo - Enciclopedia Estudiantil, tomo XIX
Los Imperios del Sol - Guillermo Thorndike
Los italianos del Perú - Suplemento especial del diario El Comercio, 2/06/99
Mejorando la Raza - Augusto Ruiz Zevallos, Revista, diario el Peruano, 28/08/95
Migraciones Exteriores - Javier Espiago, Temas clave Salvat
Una visita al Sakura Maru - Diario El Comercio, 3/05/94


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