viernes, 13 de marzo de 2020

La Desigualdad entre los Hombres

LA DESIGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES


Jean-Jacques Rousseau escribió este discurso en 1753 para participar en el concurso de ensayo que la academia de Dijón otorgaría el próximo año. A pesar de no haber ganado (como lo hiciera en 1751 con su "Discurso sobre la ciencia y las artes"), lo publicó en 1756. Fue tan polémico que no solo la Iglesia y la nobleza enfurecieron, sino también Voltaire, por aducir que negaba la creación  y el pecado original, en suma, que se había pasado al ateísmo. Desde allí se habría generado una enemistad entre ambos ilustrados.

DISCURSO DE JUAN JACOBO ROUSSEAU A LA ACADEMIA DE DIJÓN, 1753 
Hablaré del hombre, y el sólo tema que examino me indica que voy a hablar a hombres,  pues no se plantean estos problemas cuando se teme honrar la verdad. Defenderé entonces, confiadamente la causa de la humanidad  y no  quedaré descontento si soy digno del tema y de mis jueces.

Concibo en la especie humana dos tipos de desigualdad: una NATURAL o FÍSICA, puesto que es establecida por la naturaleza, y consiste en la diferencia de edad, salud, fuerza corporal y cualidades espirituales. Otra, que podemos llamar desigualdad MORAL o POLÍTICA, depende de los factores convencionales y está sancionada, o por lo menos  autorizada por el consentimiento de los hombres. Radica en los distintos privilegios de que algunos gozan en perjuicio de otros, como el de ser más ricos, más respetados, más poderosos, y hasta hacerse obedecer.

La sociedad estamental de los tiempos de Rousseau, típica de la Francia del Antiguo régimen.  Las clases sociales estaban bien marcada por la ley. Hoy la desigualdad sigue existiendo, aunque no refrendada por la ley.





















No intentaré profundizar el origen de la desigualdad natural, porque surge de la palabra misma (…) De lo que se trata en este discurso es, determinar en la progresiva evolución de las cosas, el momento en el que el derecho sucedió a la violencia, y la naturaleza fue sometida a la ley; y de explicar el por qué el fuerte terminó por servir al débil y el pueblo, por adquirir una tranquilidad teórica al precio de su real felicidad.


Durante el Estado Natural los seres humanos primitivos vivían de la naturaleza, en comunión con ella. Nómadas, se dedicaban a la recolección, la pesca y la caza, habitaban temporalmente las cuevas se comunicaban con señas y sonidos guturales; además con su arte rupestre representaban su vida diaria y sus creencias mágico-religiosas.












A lo largo de la historia, los filósofos han tratado de explicar el problema remontándose al "ESTADO DE LA NATURALEZA", trasladando a éste ideas adquiridas en la sociedad  (gobierno y autoridad por ejemplo), hablando del hombre salvaje, retrataron al hombre civilizado. Y ni siquiera cruza por su mente, que el Estado de la Naturaleza jamás  haya existido, puesto que los Libros Sagrados dicen que el primer hombre, recibiendo inmediatamente de Dios la inteligencia, nunca se encontró en tal estado; y si damos crédito ciego a los escritos de Moisés, es preciso negar, que aún antes del Diluvio, los hombres vivieran en Estado de la Naturaleza puro. La religión ordena creer que Dios mismo extrajo a los hombres del Estado de la Naturaleza puro inmediatamente después de crearlos y los hizo desiguales porque así lo quiso.


Creacionismo y evolucionismo. Dos versiones distintas para explicar el origen de la humanidad.... y de la desigualdad social





SEGUNDA PARTE
El primero que cercó un terreno y dijo "Esto es Mío", y encontró a gentes tan estúpidas para creerle fue el verdadero fundador de la Sociedad Civil. Cuántos crímenes, guerras, miserias y horrores habría ahorrado el género humano si hubiera escuchado a quien advertía "¡Cuidaos de escuchar a este impostor; estamos perdidos si olvidamos que los frutos son de todos y la tierra no es de nadie!". Es que tales ideas, como la propiedad, no surgieron espontáneamente; fue necesario hacer progresos, adquirir luces, transmitirlas y aumentarlas a través de las edades, antes de llegar al término final del Estado Natural.


Antes, la tierra no le pertenecía a nadie, los bienes se compartían entre todos. Esto cambia cuando la primera persona, de la cual no sabemos su nombre, al desarrollar más su inteligencia, se le ocurrió cercar un pedazo de terreno y declarar a los demás que le pertenecía. Había nacido la desigualdad.

El cultivo de la tierra da inicio a la idea de propiedad y de justicia. Como los hombres empezaron a preocuparse de su futuro y se vieron con algunos bienes que podrían perder, empezaron a temer la represalia de los males que infringieron a los demás. Solamente el trabajo otorga derechos al agricultor sobre la tierra que ha cultivado, que al pasar de los años, sobre la base de una posesión continua, se transforma fácilmente en propiedad. El reparto de las tierras produjo un nuevo derecho, el de la Propiedad, diferente al que resulta de la Ley Natural.


Se considera que fuera una mujer quien haya descubierto -o inventado- la agricultura, dado que esta se quedaba cuidando a los hijos mientras los hombres iban de cacería.  Ella (de la que no se conoce su identidad) se habría dado cuenta que las semillas germinaban y se podían cultivar para saciar el hambre.

Las cosas podrán haber proseguido en tal estado, si todos los  hombres hubieran poseído igual talento y si el uso  y consumo de algunos artículos hubiera sido parejo. Así, cada uno sacaba el mejor provecho de la actividad que realizaba de tal forma, que trabajando igual, algunos ganaban mucho y otros apenas lo indispensable. Fue así como la desigualdad dad aumentó a tal punto, que comenzó a influir considerablemente en la suerte de los individuos. Con el tiempo el rango y la suerte de cada hombre eran determinados no sólo por sus cualidades naturales, la cantidad de bienes que poseía o su valor material, sino en lo que hace al espíritu la belleza, la fuerza, la destreza, el mérito o la inteligencia. Como esas cualidades se vuelven importantes, era imprescindible tenerlas o aparentarlas. Ser y  parecer se convirtieron en cosas distintas y de tal situación nacieron la vanidad, la astucia y los vicios que suelen acompañarlas.

El hombre se volvió esclavo, no sólo de la naturaleza, sino de sus semejantes. El rico, precisó de sus servicios, y el pobre de sus auxilios; en fin, la ambición y la rivalidad, el enfrentamiento de intereses y el deseo oculto de enriquecerse a expensas de los demás. Todos estos males sobre el primer efecto de la propiedad y la consecuencia inseparable de la desigualdad naciente.


La esclavitud sería una de las tantas consecuencias que habría traído el abandono del Estado Natural.

Antes de inventarse la moneda, los símbolos de la riqueza eran sólo la tierra y las bestias, únicos bienes reales que el hombre podía poseer. Pero cuando las propiedades crecieron en número y extensión, a punto de limitar unas con otras, ninguna pudo expandirse  sino a expensas de las demás;  mientras que aquellos que no poseían tierras, empobrecidos, se vieron obligados a recibir el sustento de manos de los ricos, surgiendo así la servidumbre, la dominación (la esclavitud), violencia y la rapiña. Por su parte, los ricos, al tomar conciencia de su poder para dominar a los hombres, se valen de sus esclavos para conseguir otros, soñando sólo con dominar a sus vecinos.



Cualquiera que fuese el matiz  que quisieran dar a sus usurpaciones, los ricos sentían que estaban asentados sobre un derecho precario y abusivo, y que al estar sostenidos por la fuerza, la fuerza misma podrá despojarlos sin mayor razón para quejarse; por eso decidió utilizar en su provecho a sus mismos enemigos; "Unámonos -dijo el rico- para salvar a los débiles de la opresión, contener a los ambiciosos y dar a cada uno lo suyo; instituyamos reglamentos de paz y justicia que todos nos obligaremos a respetar, sometiendo igualmente a ricos y pobres a deberes mutuos. En una palabra, en vez de volver nuestras fuerzas contra nosotros mismos, concedámosla a un Poder Supremo que  sabiamente nos gobierne, nos proteja y nos defienda". El pueblo, por su parte, aceptó creyendo asegurar su libertad (por la ventaja que significaría participar del gobierno); pero no intuyó que al aceptar el CONTRATO SOCIAL, contribuía a  forjar sus cadenas (…) Tal fue el origen de la Sociedad y de las Leyes, que renovaron la fuerza del rico y debilitaron al más débil, destruyendo su libertad natural, sujetando -para beneficio propio- a toda la humanidad al trabajo, la servidumbre y la miseria.


El surgimiento del Estado sería el más grande engaño de las clases altas para controlar a las masas haciéndoles creer que
al delegarle al gobernante su capacidad de decidir estaban ganado, cuando en realidad terminaban sometidas a la tiranía del gobernante, los políticos y sus aliados. A eso Rousseau le llamó "Contrato Social".

A diferencia del salvaje que vive en paz con la naturaleza, el hombre civilizado, inconforme como siempre, primero trata de obtener lo indispensable, luego lo superfluo, más tarde las delicias, después las riquezas inmensas, luego los hombres y al final los esclavos. Cuando las necesidades aumentan y se hacen más antinatural es el hombre civilizado, no contento con devorar tesoros y hombres, terminará por degollar al mundo y convertirse en el  Amo del Universo”.






Si se consideran incendios y terremotos, epidemias, hacinamiento o los cambios bruscos de temperatura, así como la conducta negativa de la sociedad, cuyos efectos suman víctimas por millones, en suma, si se calculan tantas calamidades, se podrá advertir cómo la naturaleza nos castiga por el desprecio que mostramos a sus lecciones. ¡Cuántos medios vergonzosos de controlar la natalidad y burlar a la naturaleza! Sea por estos gustos brutales o depravados que insultan su obra más deliciosa, gustos que los animales y los salvajes no conocen, y que nacieron en  países desarrollados como expresión de su corrupción; sea por los abortos clandestinos, digno fruto de libertinaje y del honor mal entendido; sea por la muerte de multitud de niños víctimas de la miseria de sus padres, o de un sentido bárbaro de  la honra de sus madres; y todo, por abandonar el Estado de la Naturaleza.

A la derecha, la carátula de la edición original del "Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres"  de 1555, junto a dos ediciones modernas.


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Tomado de la revista Histórica, PUCP, 1992.





ACTIVIDADES
1-Según el autor, cuántas clases de desigualdad existen? ¿Cuál de ellas puede ser cambiada? Explica
2-¿En qué consistió el Estado de la Naturaleza? ¿Con qué etapa histórica puede ser relacionado?
3-¿Cómo surgió la propiedad privada? ¿Qué consecuencias trajo?
4-¿Qué ventajas y desventajas tiene el cultivo de la tierra?
5-¿Qué es el contrato Social? ¿Qué ventajas y desventajas tiene?
6-Selecciona cuatro citas textuales, analízalas e interprétalas








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