ANTECEDENTES
Los incas nunca
llegaron a la selva y los españoles tampoco. Según la mentalidad colonial, la
selva no importaba ya que en ella no había ningún recurso de vital importancia
para los intereses económicos de la Corona. Tan solo los misioneros franciscanos y jesuitas
se aventuraron con relativo éxito en la región. Durante el siglo XVIII, por las
Reformas Borbónicas la
Comandancia General de Maynas –como era el nombre del
territorio- fue separada del virreinato peruano y anexada al virreinato de
Nueva Granada, reincorporándose por influencia del obispo Francisco Requena y
por voluntad propia a principios del siglo XIX. La República tampoco
significó un cambio para esta región.
A pesar de sus grandes dimensiones y abundancia de recursos, siempre fue desatendida. Casi nadie se atrevía a vivir en ella debido a lo inaccesibilidad. Recordemos que no habían caminos y sólo se llegaba a ella a lomo de bestia y recorriendo sus turbulentos ríos. Todo un padecimiento. A mediados del siglo XIX que el presidente Ramón Castilla promovió la colonización de la amazonía con inmigrantes europeos. Fue así que llegaron al Perú en 1857 unos 300 austro-alemanes -200 austriacos y 100 prusianos (Alemania recién se unifica en 1871)- provenientes de la región alpina de El Tirol. La mayoría se estableció en Pozuzo y Oxapampa. Castilla planeaba traer entre 2000 y 5000 inmigrantes austro-alemanes, pero la falta de coordinación y de vias de acceso, la decisión de los empresarios peruanos de contratar inmigrantes chinos, acostumbrados al trabajo duro y poco conscientes de sus derechos y el cambio de gobierno, frustraron estos planes. Aun así, gran parte de ella seguía siendo territorio virgen. Existían pequeños centros poblados dispersos, muchos en la ceja de selva porque fueron fundados por colonos andinos que buscaban tierras fértiles para ampliar la frontera agrícola. El centro poblado más importante era Iquitos, un pequeño pueblo con un diminuto puerto fluvial en el Amazonas dedicado al comercio. La antigua comandancia alcanzó el rango de Departamento Fluvial.
La economía del nuevo
departamento no había variado mucho. Esta giraba alrededor de la confección de
sombreros de panamá, la caza, la extracción de frutas y la tala de árboles para
la producción de madera, satisfaciendo el mercado local y regional. Es recién
en la década de 1860 a
1870 que el Departamento Fluvial de Loreto empezó a desarrollar una importante
actividad a consecuencia de la explotación creciente del caucho, de gran
demanda en el exterior por el creciente desarrollo
de la industria automotriz, que necesitaba de llantas para un transporte más
ágil y seguro a la vez.
Caucho era el nombre
genérico para referirse a dos árboles gomeros, el Jebe o Shiringa, abundante en
Brasil y el Caucho. Precisamente a esta época corresponden las primeras
exploraciones de tan vasto territorio. Gracias a los constantes ingresos
obtenidos, pequeñas ciudades como Iquitos, en Perú y Manaos, en Brasil
alcanzaron notable desarrollo a costa del trabajo casi esclavizado de los
nativos, que muchas veces eran capturados de sus pueblos de origen después que
estos fueran saqueados y destruidos por los matones
al servicio de los Barones del Caucho,
entre los que destacaban los llamados Reyes
del Caucho, Carlos Fermín Fitzcarrald y Julio César Arana. Su explotación
se volvió un boom entre los años 1890 y 1897. Fue una época e
excentricidades y despilfarros que enriquecieron de la noche a la mañana a
cuanta persona se aventurara a internarse en lo más profundo de la selva en
busca del llamado “Oro Blanco”. Pero todo tiene su fin. Cuando el caucho empezó
a producirse a inicios del siglo XX en las plantaciones coloniales británicas
de Asia, su precio se desplomó provocando la quiebra de la burguesía cauchera y
el fin de la opulenta y fantástica Era
del Caucho.
LOS BARONES DEL CAUCHO: SEÑORES DE LA SELVA
El primero, descendiente de un marino estadounidense afincado en Ancash. Algunas versiones no muy confiables insinúan que su verdadero nombre habría sido Isaiah Fitzgerald, pero que habría cambiado de identidad debido a que habría sido informante de Chile en la Guerra del Pacífico y que por eso se habría internado en la selva. Posiblemente ya se habría enterado de las posibilidades comerciales del caucho.
Fue el pionero en este negocio, indiscutible rey del caucho entre 1885 y 1900, teniendo como ámbito de explotación la cuenca de los ríos Ucayali y Madre de Dios. Su casa matriz en Mishagua (Ucayali) tenía un jardín botánico con las flores más exóticas del mundo, cultivadas exclusivamente por criados chinos. Sus almacenes estaban llenos de todo tipo de productos, especialmente Champaña y tabaco. Murió a los 35 años cuando su lancha naufragó en el río Urubamba, justo cuando se encontraba en el pico de su popularidad, perfilándose como futuro candidato a la presidencia. Su muerte despertó grandes sospechas. ¿Fue ajusticiado por los nativos que tenía a su servicio? ¿Por algún cauchero rival? ¿Por algún empleado ambicioso? ¿Por algún político receloso de su popularidad? o simplemente fue víctima de la fatalidad
La vida en Iquitos y en
Manaos era de lo más desenfrenada, el que menos tenía alguna joya que ostentar,
las más finas bebidas alcohólicas llegaban por toneladas para las escandalosas
fiestas de los caucheros, donde los excesos eran la norma. El estilo europeo se
puso a la moda; la arquitectura, la música, las bailarinas, las bebidas, el
tabaco, las casas de juego y los burdeles. Las peleas y los asaltos estaban a
la orden del día. Tanto era el dinero que ganaban, que la mayoría de caucheros
puesto a sus hijos a estudiar en los mejores internados y universidades de
Europa y EE.UU.
Si bien, los caucheros
trajeron el desarrollo a Iquitos y Manaos, con él llegaron también todas las
taras de las grandes urbes. Y a nivel ecológico, ni hablar. Se destruyeron
enormes hectáreas de bosques en la búsqueda del caucho, ya que para extraerlo
había que derribar por completo el árbol, ya que no se contentaban con la
técnica del sangrado, que resultaba muy lenta para los ambiciosos caucheros.
Con la incursión de los caucheros, no solo se deforestó gran parte de la selva,
sino que muchas especies de fauna se fueron extinguiendo y los ríos
contaminando.
Se dice que Fitzcarrald no solo fue el primero en extraer caucho y hacerse rico con él, sino que habría sido el primer explotador de indígenas y el primero en hacer uso de la violencia extrema contra ellos. Como la mano de obra era escasa, recurrió a los nativos, conocedores de la región. Al comienzo se conseguía su cooperación dándoles baratijas que les eran novedosas (el dinero no tiene significación para ellos), luego, a medida que crecía la demanda internacional, se necesitó de más trabajadores, entonces se les secuestraba y mantenía confinados en una especie de campos de concentración, de donde solo salían para trabajar. Para que nadie intente escapar, eran vigilados al milímetro por matones armados con orden de disparar a matar. Se cree que su muerte en el río Urubamba (1897), pudo haber sido a manos de los propios nativos a los cuales explotaba. Solo tenía 35 años.
Julio César Arana, riojano descendiente de brasileños, se convirtió en el nuevo Rey del Caucho, tras la muerte de Fitzcarrald. Centró sus operaciones en las orillas del río Putumayo (antes de ser cedido a Colombia), en los campamentos de La Chorrera y El Encanto donde asociado con el cauchero colombiano Benjamín Larrañaga cometió grandes abusos contra la población indígena. Con su autorización, sus matones dirigidos por el cruel y despiadado, Miguel Loayza, cometieron un genocidio contra los nativos Boras, Huitotos, Ocainas, Resígaros y Andoques a los cuáles secuestraban violentamente quemando sus aldeas, violando a sus mujeres y matando a sus ancianos y a todo aquel que no sirviera para trabajar. A este método de abusivo y violento se le conoce como Correría. Se les llevaba encadenados o atados, vigilados por hombres armados dispuestos a tirarle un tiro mortal a quien intente escapar. Se les exigía altas cuotas de caucho por día y si no las cumplían, eran sometidos a castigos corporales como latigazos y sus parientes que habían quedado secuestrados (especialmente sus esposas e hijos), eran mutilados miembro por miembro, cada vez que no llegaban ala meta impuesta, hasta llegar a matarlos y sus cuerpos eran arrojados al río. Las mujeres jóvenes y agraciadas fueron prostituidas entre sus matones y los niños usados como sirvientes o como "garantía" para que sus padres traigan el caucho requerido. En otras palabras; fueron sometidos a esclavitud.
Cuando el territorio del Putumayo fue cedido definitivamente en 1923 a Colombia, con la forma del Tratado Salomón-Lozano, Arana obligó a unos 7000 nativos de la zona a desplazarse hacia Iquitos, donde los siguió explotando en la selva loretana por muchos años más. El nuevo gobierno de Leguía (el Oncenio), nuevamente le dio su protección. Incluso incursionó en la política como Senador por Loreto hasta 1930, año de la caída de su protector, el presidente Leguía, retirándose de la política. murió a los 88 años en 1952, sin ser juzgado nunca.
Puerto de Iquitos durante la época del caucho |
Como consecuencia del
permanente abandono de esta región por parte del Estado (y tal vez por los
excesos de los caucheros que convirtieron a la selva en tierra de nadie) en 1896 don
Mariano José Madueño, militar limeño en retiro junto al prefecto Coronel
Ricardo Seminario y Aramburú encabezó el 2 de mayo un movimiento destinado a hacer del
Departamento Fluvial de Loreto un Estado Federal. De este modo, los
federalistas formaron su propio gobierno, no tanto para desconocer la autoridad del presidente Piérola, sino
para combatir el sistema centralista de la República y, sobre todo, para buscar una forma
político-administrativa que permitiese a la región desarrollarse por si misma,
en base a sus propios recursos e ingresos, sin separarse políticamente del
Perú. Este intento
federalista no encontró eco entre los loretanos, quedando sin apoyo popular
sucumbiendo antes de tiempo, de tal forma que cuando llegó al lugar de los
hechos la cañonera “Constitución” al mando del Ministro de Guerra Juan Ibarra,
todo había terminado. ¿Qué había pasado?
PUBLICACIONES
Existen algunas publicaciones referidas al tema, desde el punto de vista histórico como literario. En la literatura latinoamericana, existen algunos títulos donde se denuncia directamente la explotación y matanza ocurridas en la selva sudamericana durante el apogeo de la explotación cauchera. "Manaos" del español Alberto Vásquez-Figueroa, "La Vorágine" del colombiano José Eustacio Rivera y más recientemente, "El Sueño del Celta" del nuestro Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa. Además existen otras publicaciones menos conocidas como "Jaque al Barón" de Richard Collier y "El Socio de Dios" de Federico García Hurtado. Todas, excepto Manaos, tienen a Julio César Arana y sus abusos como tema principal. "Sangama" de Arturo Hernández y hasta "La Jangada" de Julio Verne, que aparentemente son libros de aventuras, abordan también el boom cauchero como tema secundario dentro de la trama principal.
A nivel histórico, ha sido tocado por diversos autores, muchos de ellos extranjeros. Están las de corte biográfico dedicadas a Fitzcarrald y a Arana, algunas los tratan como héroes y visionarios, como grandes empresarios, civilizadores de los salvajes y hasta defensores de las fronteras, mientras que en otras, los autores no dudan en denunciar las irregularidades que cometieron en sus épocas de caucheros todopoderosos. Dos clásicos abordan el la fiebre por le caucho como parte de la temática principal: "La Sal de los Cerros" del antropólogo peruano Stefano Varese y "Las Venas Abiertas de América Latina", del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Por último están los informes de Roger Casement y su "Libro Azul" y el "Libro Rojo" de N. Thompson. Ambos denuncian los abusos de los caucheros sobre los indígenas de la zona del Putumayo, en los tiempo en que este territorio en disputa entre Perú y Colombia, era tierra de nadie a causa de los caucheros, especialmente Julio César Arana.
Existen además algunos libros con las fotografías de las misiones de observadores que se realizaron a los campamentos caucheros, que pueden ser vistos completos ingresando al link que aparece a continuación.
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FUENTES:
"El genocidio del caucho y la recuperación
de la memoria" -María Chavarría, en Capitalismo en las
Selvas
"El Lío de la Selva” – Ramiro
Escobar La Cruz
"El tren que mató a 6000 personas sin
descarrilar" - El Independiente.es, 4/11/18
"Historia de la República del
Perú” – Jorge Basadre Grohmann.
"Historia del Perú” 5 – Elías Toledo
Espinoza
"Historia del Perú; Proceso Económico, Social y
Cultural” – Asociación ADUNI
“La Edad de la Opulencia” – Pablo O’
Brien, revista Somos, Nº 554, 19/08/97
"La Revolución Federal de Loreto” – César
González Delgado, Histori-K
"Memorias del Caucho" - Exposición del
LUM, cartilla informativa. Del 29/03 al 30/06/17
"Pozuzo: Un rincón de los Alpes en
suelo peruano" - Perú-Spiegel, Espejo del Perú-Peruano-alemám.com
"Pozuzo: Una tierra de colonos alemanes en
la Selva Central" - La República.pe, 17/09/16
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1-¿Cual era la situación de la selva peruana antes del Boom del Caucho?
2-¿Cómo influye la coyuntura nacional e internacional en el desarrollo del Boom Cauchero en el Perú y Sudamérica?
3-Elabora una espina de Ishikawa sobre los aspectos económicos, políticos, socioculturales y ambientales del boom del caucho
4-¿Qué aspectos positivos y negativos trajo el Boom del Caucho para el Perú?
5-Elabora un juicio crítico sobre el Boom Cauchero. Te puedes apoyar en el video que aparece al final del artículo (A partir del minuto 26:40)
6-Ingresa al link http://porlasendadelahistoria.blogspot.com/2013/03/la-revolucion-federal-de-loreto.html y elabora tu juicio crítico
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