miércoles, 25 de marzo de 2020

El Boom del Caucho


LA EDAD DE LA OPULENCIA




ANTECEDENTES
Los incas nunca llegaron a la selva y los españoles tampoco. Según la mentalidad colonial, la selva no importaba ya que en ella no había ningún recurso de vital importancia para los intereses económicos de la Corona. Tan solo los misioneros franciscanos y jesuitas se aventuraron con relativo éxito en la región. Durante el siglo XVIII, por las Reformas Borbónicas la Comandancia General de Maynas –como era el nombre del territorio- fue separada del virreinato peruano y anexada al virreinato de Nueva Granada, reincorporándose por influencia del obispo Francisco Requena y por voluntad propia a principios del siglo XIX. La República tampoco significó un cambio para esta región.


Territorio peruano durante los años del Boom del Caucho. La selva era mucho más extensa debido a que aún conservaba los territorios del Putumayo (cedido a Colombia), el Acre (cedido a Brasil) y el Napo-Pastaza (cedido a Ecuador) y el Beni (cedido a Bolivia)





A pesar de sus grandes dimensiones y  abundancia de recursos, siempre fue desatendida. Casi nadie se atrevía a vivir en ella debido a lo inaccesibilidad. Recordemos que no habían caminos y sólo se llegaba a ella a lomo de bestia y recorriendo sus turbulentos ríos. Todo un padecimiento. A mediados del siglo XIX que el presidente Ramón Castilla promovió la colonización de la amazonía con inmigrantes europeos. Fue así que llegaron al Perú en 1857 unos 300 austro-alemanes -200 austriacos y 100 prusianos (Alemania recién se unifica en 1871)- provenientes de la región alpina de El Tirol. La mayoría se estableció en Pozuzo y Oxapampa. Castilla planeaba traer entre 2000 y 5000 inmigrantes austro-alemanes, pero la falta de coordinación y de vias de acceso, la decisión de los empresarios peruanos de contratar inmigrantes chinos, acostumbrados al trabajo duro y poco conscientes de sus derechos y el cambio de gobierno, frustraron estos planes. Aun así, gran parte de ella seguía siendo territorio virgen. Existían pequeños centros poblados dispersos, muchos en la ceja de selva porque fueron fundados por colonos andinos que buscaban tierras fértiles para ampliar la frontera agrícola. El centro poblado más importante era Iquitos, un pequeño pueblo con un diminuto puerto fluvial en el Amazonas dedicado al comercio. La antigua comandancia alcanzó el rango de Departamento Fluvial.



La economía del nuevo departamento no había variado mucho. Esta giraba alrededor de la confección de sombreros de panamá, la caza, la extracción de frutas y la tala de árboles para la producción de madera, satisfaciendo el mercado local y regional. Es recién en la década de 1860 a 1870 que el Departamento Fluvial de Loreto empezó a desarrollar una importante actividad a consecuencia de la explotación creciente del caucho, de gran demanda en el exterior por el creciente desarrollo de la industria automotriz, que necesitaba de llantas para un transporte más ágil y seguro a la vez.



En 1838 Charles Goodyear (EE.UU.) descubre por casualidad el proceso de vulcanización del caucho, esencial para la fabricación de llantas. Debido a problemas económicos, vendió su patente  y su fábrica al industrial Frank Seiberling, quien en 1898 fundó la compañía de neumáticos Goodyear en honor del descubridor. Este descubrimiento transformó para siempre la industria automotriz. Pronto, la creación de nuevas empresas de neumáticos como Dunlop y la francesa Michelin, le dio un nuevo impulso a la industria automotriz y a la explotación cauchera en Sudamérica.. El escocés John Boyd Dunlop pronto se dedicaría a la fabricación de calzado deportivo y el caucho le servirá para fabricar suelas de goma flexibles y ligeras. 

El proceso de vulcanización ideado por Charles Goodyear fue el impulso que permitió el despegue de la industria automotriz y gracias a fabricantes de neumáticos como Dunlop y Michelin, la explotación del caucho sudamericano se volvió un verdadero boom de riqueza, despilfarro y sangre.


EL BOOM DEL CAUCHO
Caucho era el nombre genérico para referirse a dos árboles gomeros, el Jebe o Shiringa, abundante en Brasil y el Caucho. Precisamente a esta época corresponden las primeras exploraciones de tan vasto territorio. Gracias a los constantes ingresos obtenidos, pequeñas ciudades como Iquitos, en Perú y Manaos, en Brasil alcanzaron notable desarrollo a costa del trabajo casi esclavizado de los nativos, que muchas veces eran capturados de sus pueblos de origen después que estos fueran saqueados y destruidos por los matones al servicio de los Barones del Caucho, entre los que destacaban los llamados Reyes del Caucho, Carlos Fermín Fitzcarrald y Julio César Arana. Su explotación se volvió un boom entre los años 1890 y 1897. Fue una época e excentricidades y despilfarros que enriquecieron de la noche a la mañana a cuanta persona se aventurara a internarse en lo más profundo de la selva en busca del llamado “Oro Blanco”. Pero todo tiene su fin. Cuando el caucho empezó a producirse a inicios del siglo XX en las plantaciones coloniales británicas de Asia, su precio se desplomó provocando la quiebra de la burguesía cauchera y el fin de la opulenta y fantástica Era del Caucho.



LOS BARONES DEL CAUCHO: SEÑORES DE LA SELVA
Los magnates del caucho fueron en su mayoría, aventureros que buscaron hacerse ricos de la noche a la mañana y lo lograron a costa de mucho sacrificio, especialmente indígena, pues para obtener trabajadores no dudaban en recurrir a la correría, ingresando a la fuerza a las comunidades nativas para secuestrar a los pobladores después de destrozar sus aldeas. Quienes se encargaban de tales atrocidades eran sus matones, personas armadas que habían sido habilitadas, para que busquen peones semi esclavizados. Todo esto, aprovechándose de la falta de presencia de autoridades estatales en la zona. Ellos eran los dueños y señores de la Selva.

La mayoría ni siquiera había nacido en la región. Una gran parte eran limeños o provincianos del ande. También había extranjeros, especialmente brasileños que cruzaban con facilidad la frontera hacia las casas comerciales existentes en Iquitos. De todos, dos fueron considerados los Reyes del Caucho, Carlos Fermín Fitzcarrald y Julio César Arana.

El primero, descendiente de un marino estadounidense afincado en Ancash. Algunas versiones no muy confiables insinúan que su verdadero nombre habría sido Isaiah Fitzgerald, pero que habría cambiado de identidad debido a que habría sido informante de Chile en la Guerra del Pacífico y que por eso se habría internado en la selva. Posiblemente ya se habría enterado de las posibilidades comerciales del caucho.

Fue el pionero en este negocio, indiscutible rey del caucho entre 1885 y 1900, teniendo como ámbito de explotación la cuenca de los ríos Ucayali y Madre de Dios. Su casa matriz en Mishagua (Ucayali) tenía un jardín botánico con las flores más exóticas del mundo, cultivadas exclusivamente por criados chinos. Sus almacenes estaban llenos de todo tipo de productos, especialmente Champaña y tabaco. Murió a los 35 años cuando su lancha naufragó en el río Urubamba, justo cuando se encontraba en el pico de su popularidad, perfilándose como futuro candidato a la presidencia. Su muerte despertó grandes sospechas. ¿Fue ajusticiado  por los nativos que tenía a su servicio? ¿Por algún cauchero rival? ¿Por algún empleado ambicioso? ¿Por algún político receloso  de su popularidad? o simplemente fue víctima de la fatalidad  



Julio César Arana, por su parte, controló la explotación cauchera en el río Putumayo, donde cometió el genocidio de más de 30 mil nativos  a lo largo de los 15 años de actividad a manos de su guardia personal de más de 500 hombres bien armados al mando del sanguinario Miguel Loayza, gerente del campamento El Encanto. A pesar de esto, se enorgullecía de ser un hombre sobrio y muy culto, dueño de la biblioteca más grande y variada de toda la selva amazónica. Fue el prototipo del cauchero inescrupuloso capaz de cualquier cosa con tal de lograr sus metas. Gracias a su influencia llegó a ser alcalde de Iquitos. Fue acusado de genocidio contra los nativos y de arrebatar a la fuerza las tierras de otros caucheros, pero fue absuelto. Se retiró de la política y se estableció en Magdalena, donde falleció en 1952.   



Otros destacados caucheros fueron Alfredo Arruda, que construyó su casa con mármol de Carrara, Waldemar Scholz, que mandó a construir una mansión con embarcadero de yates, sirvientes con librea y un león africano como mascota. Mandó construir la Casa de la Ópera de Manaos para invitar a Enrico Carusso, el mejor tenor de la época, pero nunca aceptó su invitación. El coronel Aleixo, encendía sus puros con billetes de medio millón de reis (30 mil libras esterlinas). El comandante Frotta mandó construir un a imitación de un palacio alemán para vivir. Cada quien más excéntrico que el anterior. Así fueron los barones del caucho  en Perú como en Brasil.



NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO ... O CAUCHO
La vida en Iquitos y en Manaos era de lo más desenfrenada, el que menos tenía alguna joya que ostentar, las más finas bebidas alcohólicas llegaban por toneladas para las escandalosas fiestas de los caucheros, donde los excesos eran la norma. El estilo europeo se puso a la moda; la arquitectura, la música, las bailarinas, las bebidas, el tabaco, las casas de juego y los burdeles. Las peleas y los asaltos estaban a la orden del día. Tanto era el dinero que ganaban, que la mayoría de caucheros puesto a sus hijos a estudiar en los mejores internados y universidades de Europa y EE.UU.

Si bien, los caucheros trajeron el desarrollo a Iquitos y Manaos, con él llegaron también todas las taras de las grandes urbes. Y a nivel ecológico, ni hablar. Se destruyeron enormes hectáreas de bosques en la búsqueda del caucho, ya que para extraerlo había que derribar por completo el árbol, ya que no se contentaban con la técnica del sangrado, que resultaba muy lenta para los ambiciosos caucheros. Con la incursión de los caucheros, no solo se deforestó gran parte de la selva, sino que muchas especies de fauna se fueron extinguiendo y los ríos contaminando.



Lo más condenable de esta Fiebre del Caucho, como también se le conoce, fue el abuso sistemático de la violencia contra los trabajadores, especialmente los nativos amazónicos. Al inicio los caucheros contrataban trabajadores libres de la costa, el ande y los pueblos amazónicos, a los cuales les pagaban un sueldo mísero, que muchas veces ni era pagado, pues se les adelantaba el sueldo con la entrega de productos que debía pagar cuando reciba su sueldo. Como eran muy caros (cinco o hasta diez veces su valor real), siempre quedaba endeudado, así que terminaba trabajando gratis para el cauchero. A esta modalidad de explotación laboral se le conoció como Habilitación y fue usada primero por Fitzcarrald y luego por Arana y otros caucheros.

Se dice que Fitzcarrald no solo fue el primero en extraer caucho y hacerse rico con él, sino que habría sido el primer explotador de indígenas y el primero en hacer uso de la violencia extrema contra ellos. Como la mano de obra era escasa, recurrió a los nativos, conocedores de la región. Al comienzo se conseguía su cooperación dándoles baratijas que les eran novedosas (el dinero no tiene significación para ellos), luego, a medida que crecía la demanda internacional, se necesitó de más trabajadores, entonces se les secuestraba y mantenía confinados en una especie de campos de concentración, de donde solo salían para trabajar. Para que nadie intente escapar, eran vigilados al milímetro por matones armados con orden de disparar a matar. Se cree que su muerte en el río Urubamba (1897), pudo haber sido a manos de los propios nativos a los cuales explotaba. Solo tenía 35 años.

Julio César Arana, riojano descendiente de brasileños, se convirtió en el nuevo Rey del Caucho, tras la muerte de Fitzcarrald. Centró sus operaciones en las orillas del río Putumayo (antes de ser cedido a Colombia), en los campamentos de La Chorrera y El Encanto donde asociado con el cauchero colombiano Benjamín Larrañaga cometió grandes abusos contra la población indígena. Con su autorización, sus matones dirigidos por el cruel y despiadado, Miguel Loayza, cometieron un genocidio contra los nativos Boras, Huitotos, Ocainas, Resígaros y Andoques a los cuáles secuestraban violentamente quemando sus aldeas, violando a sus mujeres y matando a sus ancianos y a todo aquel que no sirviera para trabajar. A este método de abusivo y violento se le conoce como Correría. Se les llevaba encadenados o atados, vigilados por hombres armados dispuestos a tirarle un tiro mortal a quien intente escapar. Se les exigía altas cuotas de caucho por día y si no las cumplían, eran sometidos a castigos corporales como latigazos y sus parientes que habían quedado secuestrados (especialmente sus esposas e hijos), eran mutilados miembro por miembro, cada vez que no llegaban ala meta impuesta, hasta llegar a matarlos y sus cuerpos eran arrojados al río. Las mujeres jóvenes y agraciadas fueron prostituidas entre sus matones y los niños usados como sirvientes o como "garantía" para que sus padres traigan el caucho requerido. En otras palabras; fueron sometidos a esclavitud.



Como Arana estaba asociado a casa comerciales británicas, el Rey Jorge V y el Parlamento, al enterarse de las atrocidades cometidas por él y sus hombres, envían a la selva a Roger Casement -un diplomático que ya había denunciado los abusos de los colonizadores belgas en el Congo- para que investigue y recoja pruebas de los abusos cometidos por Arana. Al llegar al Perú en 1910, se interna en la selva y recopila documentos, testimonios y fotografías con las que probaría el genocidio cometido por Arana. Con el informe de Casement, el Parlamento británico liquida la empresa de Arana acusándolo de Etnocidio, pues no se podía permitir que un socio de la corona británica tenga un comportamiento tan condenable. Se exigió al gobierno peruano que lo juzgue, pero se las arregló para quedar impune con la complicidad de las autoridades nacionales. Al parecer el mismo presidente Leguía habría intervenido. El inicio de la I Guerra Mundial le fue favorable, porque el Parlamento británico tuvo que postergar su interrogatorio. Cuando la guerra terminó, Inglaterra había quedado tan mal que tuvo que ocuparse de otros asuntos que eran prioritarios como la reconstrucción de las ciudades bombardeadas, el apoyo social a los damnificados, la protección de su imperio colonial y la reactivación económica.




Arana se defendió echándole toda la culpa a sus subalternos, entre ellos, sus capataces, el colombiano Ramón Sánchez y el boliviano Armando Normand (conocido como El Monstruo del Putumayo), los negros barbadinos, y otros de sus hombres. Dijo que no podía estar al tanto de todo lo que hacían estos. Además desacreditó a todos sus acusadores, especialmente a Casement, al cual acusó de actuar con deseos de figuración y bajo las órdenes secretas del gobierno colombiano, que buscaba calumniarlo para tener una excusa que le permita una intervención armada en un territorio que anhelaba arrebatarle al Perú.

Cuando el territorio del Putumayo fue cedido definitivamente en 1923 a Colombia, con la forma del Tratado Salomón-Lozano, Arana obligó a unos 7000 nativos de la zona a desplazarse hacia Iquitos, donde los siguió explotando en la selva loretana por muchos años más. El nuevo gobierno de Leguía (el Oncenio), nuevamente le dio su protección. Incluso incursionó en la política como Senador por Loreto hasta 1930, año de la caída de su protector, el presidente Leguía, retirándose de la política. murió a los 88 años en 1952, sin ser juzgado nunca.


Puerto de Iquitos durante la época del caucho

LA REVOLUCIÓN FEDERAL DE LORETO
Como consecuencia del permanente abandono de esta región por parte del Estado (y tal vez por los excesos de los caucheros que convirtieron a la selva en tierra de nadie)  en 1896 don Mariano José Madueño, militar limeño en retiro junto al prefecto Coronel Ricardo Seminario y Aramburú encabezó el 2 de mayo  un movimiento destinado a hacer del Departamento Fluvial de Loreto un Estado Federal. De este modo, los federalistas formaron su propio gobierno, no tanto para desconocer  la autoridad del presidente Piérola, sino para combatir el sistema centralista de la República y, sobre todo, para buscar una forma político-administrativa que permitiese a la región desarrollarse por si misma, en base a sus propios recursos e ingresos, sin separarse políticamente del Perú. Este intento federalista no encontró eco entre los loretanos, quedando sin apoyo popular sucumbiendo antes de tiempo, de tal forma que cuando llegó al lugar de los hechos la cañonera “Constitución” al mando del Ministro de Guerra Juan Ibarra, todo había terminado. ¿Qué había pasado?

Ricardo Seminario, uno de los líderes del movimiento federalista, que el presidente Piérola interpretó como un intento de separatismo y ordenó combatirlo. La cañonera "Constitución" fue llevando tropas para enfrentar el movimiento.

PUBLICACIONES  
Existen algunas publicaciones referidas al tema, desde el punto de vista histórico como literario. En la literatura latinoamericana, existen algunos títulos donde se denuncia directamente la  explotación y matanza ocurridas en la selva sudamericana durante el apogeo de la explotación cauchera. "Manaos" del español Alberto Vásquez-Figueroa, "La Vorágine" del colombiano José Eustacio Rivera y más recientemente, "El Sueño del Celta" del nuestro Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa. Además existen otras publicaciones menos conocidas como "Jaque al Barón" de Richard Collier y "El Socio de Dios" de Federico García Hurtado. Todas, excepto Manaos, tienen a Julio César Arana y sus abusos como tema principal. "Sangama" de Arturo Hernández y hasta "La Jangada" de Julio Verne, que aparentemente son libros de aventuras, abordan también el boom cauchero como tema secundario dentro de la trama principal.





A nivel histórico, ha sido tocado por diversos autores, muchos de ellos extranjeros. Están las de corte biográfico dedicadas a Fitzcarrald y a Arana, algunas los tratan como héroes y visionarios, como grandes empresarios, civilizadores de los salvajes y hasta defensores de las fronteras, mientras que en otras, los autores no dudan en denunciar las irregularidades que cometieron en sus épocas de caucheros todopoderosos. Dos clásicos abordan el la fiebre por le caucho como parte de la temática principal: "La Sal de los Cerros" del antropólogo peruano Stefano Varese y "Las Venas Abiertas de América Latina", del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano.




Por último están los informes de Roger Casement  y su "Libro Azul" y el "Libro Rojo" de N. Thompson. Ambos denuncian los abusos de los caucheros sobre los indígenas de la zona del Putumayo, en los tiempo en que este territorio en disputa entre Perú y Colombia, era tierra de nadie a causa de los caucheros, especialmente Julio César Arana.




SUCEDIÓ EN EL PERÚ 26:40

Existen además algunos libros con las fotografías de las misiones de observadores que se realizaron a los campamentos caucheros, que pueden ser vistos completos ingresando al link que aparece a continuación.




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FUENTES:
"El genocidio del caucho y la recuperación de la memoria" -María Chavarría, en Capitalismo en las Selvas 
"El Lío de la Selva” – Ramiro Escobar La Cruz 
"El tren que mató a 6000 personas sin descarrilar" - El Independiente.es, 4/11/18   
"Historia de la República del Perú” – Jorge Basadre Grohmann. 
"Historia del Perú” 5 – Elías Toledo Espinoza   
"Historia del Perú; Proceso Económico, Social y Cultural” – Asociación ADUNI    
“La Edad de la Opulencia” – Pablo O’ Brien, revista Somos, Nº 554, 19/08/97   
"La Revolución Federal de Loreto” – César González Delgado, Histori-K
"Memorias del Caucho" - Exposición del LUM, cartilla informativa. Del 29/03 al 30/06/17  
"Pozuzo: Un rincón de los Alpes en suelo peruano" - Perú-Spiegel, Espejo del Perú-Peruano-alemám.com        
"Pozuzo: Una tierra de colonos alemanes en la Selva Central"  - La República.pe, 17/09/16



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ACTIVIDADES:
1-¿Cual era la situación de la selva peruana antes del Boom del Caucho?
2-¿Cómo influye la coyuntura nacional e internacional en el desarrollo del Boom Cauchero en el Perú y Sudamérica?
3-Elabora una espina de Ishikawa sobre los aspectos económicos, políticos, socioculturales y ambientales del boom del caucho
4-¿Qué aspectos positivos y negativos trajo el Boom del Caucho para el Perú?
5-Elabora un juicio crítico sobre el Boom Cauchero. Te puedes apoyar en el video que aparece al final del artículo (A partir del minuto 26:40)
6-Ingresa al link http://porlasendadelahistoria.blogspot.com/2013/03/la-revolucion-federal-de-loreto.html y elabora tu juicio crítico








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