sábado, 10 de febrero de 2024

Nueva cronología histórica

 SIMPLIFICANDO LA FECHA

Nuestro calendario gregoriano como este, del Libro de las Horas del Duque de Berry, del siglo XV, cubre solo dos milenios atrás. Ahora ha surgido la idea de modificarlo de modo que abarque desde el final de la última glacciación. De ser aceptada la propuesta, estaríamos en el año 12.024 o simplemente, 24.

Este 2024, se cumplirán 200 años de las batallas de Junín y Ayacucho, con las que se consolidó nuestra independencia, proclamada tres años atrás por osé de San Martín. Un yiempo que no depende del calendario que se use. y que corresponde a un número igual de vueltas de la Tierra alrededor del sol. Si lo consideráramos un evento trascendental, podríamos contar los años a partir de ese día, en cuyo caso, en nuestro calendario estaríamos en el año 200. Existen varios calendarios cuyas fechas se cuentan a partir de diversos acontecimientos. Los judíos están en el año 1.785 (contando a partir de la fecha en que, según la Biblia, Dios creó al mundo) y los musulmanes en el año 1.402 (a partir de la Hégira, huída de Mahoma de La Meca a Medina). El mundo occidental ha adaptado el calendario gregoriano, que parte de la fecha del nacimiento de Jesucristo, un calendario aceptado por la mayor parte de la humanidad, a pesar de que los cristianos representan menos del 50% de ésta.

En verdad no existe problema con el calendario gregoriano, en lo que refiere a eventos recientes, como tampoco lo existe con ningún otro calendario utilizado hoy. El problema surge cuando se va atrás en el tiempo, pues no existe el año 0 y las fechas se restan para todo aquello ocurrido antes de la Era Cristiana. 

Existe una observación matemática bastante lógica a esta división de fechas, pues el tiempo corre en una dirección y nuestro calendario histórico corre en dos direcciones. El cómputo de fechas previas a nuestra era, además de complicarse con la falta del año 0 (requisito para trabajar con fechas negativas) va contra la lógica. Ahora ha surgido una propuesta para modificarlo. El geólogo César Emiliani, de la Academia Internacional de Ciencias , propuso en 1995, un nuevo calendario que coincide con la época geológica que vivimos, es decir, el Holoceno.

Se estima que el Holoceno se inició unos 10 mil años antes de la Era Cristiana, con lo cual hoy estaríamos en el año 12.024. Según este calendario, la fundación de la ciudad de Jericó -que se estima en el año 7.000 a.C.- tendría la fecha 3.001. La fundación de Roma (año 753 a.C.), correspondería en el nuevo calendario al 9428. El nacimiento de Cristo sería en el año 10 mil y el descubrimiento de América, en el año 11.492.

El sistema permitirá prescindir de los dos primeros dígitos en las fechas de eventos corrientes, los cuales se da por sentado, que ocurren en el milenio en que vivimos. Así, se creería que nuestras cartas de hoy, llevarían la fecha 1.024, la del año próximo, 1.025 y así sucesivamente. Pero no es así. Según esta propuesta, el año 2.000  (con el que inició el cambio de siglo y de milenio), sería el año 1. Solo para los eventos históricos se requiere el 12 mil, que lo precidiría. Por lo pronto, la propuesta de Emiliani de prescindir de los primeros dígitos tiene sentido, ya que ningún documento moderno requiere especificar el milenio.

Las fechas de las diversas religiones podrían unificarse y para los historiadores, antropólogos y etnólogos sería mucho más fácil trabajar solo con números positivos. Sería mucho más fácil visualizar la edad de Arquímedes, Platón, Alejandro Margo o, para el caso, cualquier evento de la antiguedad, pues la fecha de su inicio sería siempre anterior a la de su terminación. Una propuesta que sin duda tendrá mucha oposición, pero que tiene lógica y merece ser tomada en cuenta.



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Adaptado de: T.U. - Diario El Comercio, Lima. 11/12/95






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