miércoles, 6 de enero de 2021

¿Los Verdaderos Dinosaurios?

 DINOSAURIOS: UNA POLÉMICA REPRESENTACIÓN


Últimamente ha surgido en internet, más concretamente en YouTube un movimiento dedicado a cuestionar la existencia de los dinosaurios, esa paleofauna que existió entre los periodos Jurásico y Cretácico, y que tanto han cautivado a generaciones desde el descubrimiento de sus fósiles a fines del siglo XVIII. Uno más de tantos movimientos que apelan a la desinformación para convencer a los incautos de que nos vienen engañando grupos de poder que buscan controlarnos difundiendo conocimientos falsos con oscuros propósitos. Ahí están los terraplanistas, los que niegan la llegada del hombre a la luna, los antivacunas, los que aseguran que la Tierra es hueca, los conspiracionistas, los "teóricos de los antiguos astronautas" y muchos más. El movimiento "antidinosáurico" -si vale el término- es del que me ocuparé hoy.

En algunas cosas tienen razón, como que nunca se ha encontrado un esqueleto completo de dinosaurio, sea cual fuere su especie, lo que ha hecho que las reconstrucciones sean completadas con algo de imaginación. Es cierto eso, pero no por ello se va a dudar de su existencia. Estas personas que niegan la existencia de los dinosaurios generalmente se basan en argumentos bíblicos. Los más radicales niegan de plano su existencia porque en ninguna parte de la Biblia se hace referencia a ellos, sin embargo existen otros más moderados, que admiten que pudieron haber existido, pero que murieron con el Diluvio Universal "porque no estaban en los planes de Dios". Po eso Dios habría mandado a Noé que construya el Arca con ciertas dimensionas, de tal forma que los dinosaurios, por su gran tamaño, no podrían ingresar a ella, ya que Dios habría previsto su extinción.


La comprobación científica de la existencia de los dinosaurios fue una revolución para las diversas religiones, especialmente las cristianas. Algunos la negaron de plano, mientras que otras se adaptaron a las evidencias y reinterpretaron las Escrituras, diciendo que desaparecieron a causa del Diluvio Universal.


Sin embargo, en la Biblia, más concretamente en el Libro de Job, 40-41, se menciona a dos bestias, al parecer antediluvianas, el Leviatán y el Behemoth. el primero es un animal marino y el segundo, terrestre. Ambos son de tamaño descomunal, gigantesco al parecer. Sobre el Leviatán, algunos interpretan que se referiría a un cocodrilo muy grande o a una ballena, mientras que el segundo podría ser la representación de un elefante, un hipopótamo o un rinoceronte, animales poco conocidos por los antiguos hebreos, así que fácilmente podrían haberles causado la impresión -con algo de imaginación- de ser monstruos. 

Pero no son pocos los que han relacionado ambos animales bíblicos con el Plesiosaurio, para el Leviatán, y un dinosaurio como el Brontosaurio o  el Diplodoco , para el Behemoth. Si fuera así, quedarían por tierra los argumentos de los más radicales cuestionadores de la existencia de los dinosaurios. Incluso, entre los libros apócrifos, como el Libro de Enoch se les menciona. Junto a ellos estaba el Ziz, una criatura alada tan grande que podía cubrir con sus alas el sol y cuya apariencia recuerda mucho a la del Grifo. Juntos formaban una trilogía pues, mientras el Leviatán reinaba en los mares y el Behemoth en la tierra, el Ziz era el rey de los aires.

En las dos primeras imágenes se muestra una ilustración del Libro de Job hecha por William Blake  donde se representa al Behemoth muy parecido a un hipopótamo y al Leviatán como una serpiente marina. En la parte superior derecha se aprecia a la trilogía del Ziz, con apariencia de grifo, el Leviatán, tal vez con apariencia de ballena y al Behemoth con una apariencia de un toro  rojo. 


El hipopótamo, el elefante y el rinoceronte son los perfectos candidatos para ser el Behemoth descrito en el libro de Job, sin embargo, en su descripción se menciona que tenía una cola tan grande y pesda como un árbol de roble, lo que obviamente no coincide con ninguno de estos animales, de ahí que muchos crean que el Behemoth era un dinosaurio saurópodo como el de la imagen.

¿ERAN LOS DINOSAURIOS COMO LOS HEMOS REPRESENTADO? 
Recientemente ha surgido la idea de que los dinosaurios no eran realmente como los han representado los paleontólogos desde los primeros años de su descubrimiento. que les estarían añadiendo características que no les corresponden con la finalidad de darles una apariencia reptiliana que posiblemente no habrían tenido. C.M Kosemen ilustrador turco, junto al paleoartista australiano John Conway y al paleontólogo británico Darren Naish publicó en 2012 el libro "All Yesterdays: Unique and Speculative Views of Dinosaurs and Other Prehistoric" (Todos los Ayeres: Vistas únicas y especulativas de los dinosaurios y otros animales prehistóricos), donde aplica paradigmas novedosos para ilustrar a los dinosaurios y a otras especies vivas, dando como resultado apariencias sorprendentes de los gigantes prehistóricos y de muchos animales actuales. Imágenes que distan mucho de la apariencia que tenemos de los dinosaurios y que podrían sugerir hasta un proceso evolutivo muy distinto.

C.M Kosemen y sus polémicos libros All Yesterdays All you Yesterdays, donde presenta una representación libre de la apariencia de los dinosaurios y otras criaturas prehistóricas, bajo la óptica de una nueva generación de paleoilustradores (especialistas en la representación del aspecto exterior de los animales extintos)

Sostiene Kosemen que hay una tendencia entre los paleoilustradores, entre los que él se cuenta, en exagerar las garras de los dinosaurios y hacer sus cabezas parecidas a las de los cocodrilos. "Siempre tienen esas extrañas sonrisas en las que se ven los dientes. La mayoría de animales tiene labios, protuberancias de grasa y piel que tapan los dientes" El problema a su juicio "es que las representaciones de dinosaurios no se parecen a criaturas vivas". Kosemen señala que "uno de los principales problemas con este método es que suele utilizarse un tamaño estándar de músculos y no se suele tener en consideración el tejido graso. Así, la piel queda pegada sobre los huesos, lo que da a los seres vivos una apariencia escalofriante".

En la parte superior vemos los esqueletos de los animales modernos y abajo las representaciones del libro de Kosemen basándose solo en la forma de sus huesos. A la izquierda una ballena y un cachalote, al centro, un hipopótamo y a la derecha, un rinoceronte.


Para Kosemen, las ilustraciones de los dinosaurios deberían tomar más rasgos de los animales que viven hoy en día. "Estos están llenos de estructuras blandas que no quedan en los fósiles y que se manifiestan en forma de aletas, papadas o sacos de piel. Puede que incluso haya formas que nadie ha imaginado" asegura. "Pudo haber dinosaurios hervívoros por ejemplo, que tuvieran armaduras óseas como las del pangolín o el armadillo que no fueran conservadas en fósil. Podría también haber dinosaurios con espinas como las del puercoespín". Pero esta visión es duramente cuestionada por la mayoría de paleontólogos y paleoilustradores de la comunidad científica mundial.

El paleontólogo español Francisco Gascó, por ejemplo, dice sobre las ilustraciones de Kosemen que "tienen muy poco rigor científico e ignoran principios básicos de la reconstrucción de dinosaurios. Su visión incide en la parte de la interpretación libre que conlleva la reconstrucción de fósiles, pero lo cierto es que ignora la base a la hora de de empezar una reconstrucción”, entre ellas, la determinación del tipo de hueso, que a su vez determinaría la especie de dinosaurio que sería, por ejemplo, los de cocodrilos y los de aves, son los que más se usan como modelo para la reconstrucción de un dinosaurio. Por su parte, el paleoilustrador José Antonio Peñas Artero dice que "Kosemen se ha limitado a plantear una caricatura burda del proceso de paleoreconstrucción, ignorando completamente la base en la que se apoya dicho proceso, que es la anatomía comparada. Es verdad que hay sesgos en las reconstrucciones, admite, pero hasta un límite”. Lo que plantea este ilustrador no se parece en nada a lo que hacen los profesionales en este terreno".


Dadas sus características óseas, no se podría realizar una correcta reconstrucción de un elefante solo a base de sus huesos. Y eso es precisamente lo que intenta hacer Kosemen al representarlo sin trompa y con una musculatura poco voluminosa, tal como se aprecia en la imagen de la izquierda. Ese habría sido precisamente de los que intentaron reconstruir los primeros mamuts y mastodontes sin haber conocido antes a los elefantes, pues pusieron sus colmillos en las cuencas oculares. Es más, al encontrar estos cráneos con una gran cavidad central, algunos creyeron, que eran la evidencia concreta de la existencia de los míticos cíclopes.


Peñas asegura  que la anatomía comparada es importante para la reconstrucción de los fósiles, pues nadie se inventa por completo la apariencia de los animales extintos. Esta se hace en base a los animales vivos hoy en día. Se hallan las similitudes entre los huesos de la paleofauna y de los animales vivos hoy para determinar a qué orden pertenecen (reptiles, aves, mamíferos, etc) y luego se hace la reconstrucción de los esqueletos y los músculos hasta dar con la apariencia más próxima a la de sus descendientes actuales. Aún así, no se puede saber su color, el sonido de sus voces o la textura de la piel. Limitaciones que persisten. Sin considerar estos principios paleontológicos y basándose solo en los restos óseos de animales modernos, Kosemen ha reconstruido animales modernos recubiertos de una musculatura básica, que solo cubra los huesos, dando como resultado apariencias muy diferentes (por no decir raras y hasta descabelladas) de los animales modernos.


Una vaca, un babuino y una cebra tal como han sido representados en el libro de Kosemen, sin musculatura extra, tal como, según él, se hace para representar a los dinosaurios. Abajo sus representaciones reales.


LOS PRIMEROS HALLAZGOS
Los dinosaurios eran conocidos desde hace mucho tiempo por los chinos, quienes hallaron sus fósiles en la provincia de Sichuan y en el desierto de Gobi, en Mongolia, pero fueron interpretados como Dragones y les confirieron poderes mágicos, por lo que fueron divinizados. A finales del siglo XIX (1770) el coleccionista alemán Johann Leonard Hoffmann adquirió un par de maxilares fosilizados extraídos de una cantera de Maastricht (Holanda), pero legalmente le fueron entregados al dueño de las tierras donde se hallaba la cantera, el clérigo Theodorus Johannes Godding, abad del monasterio de Maastricht quien los puso en una vitrina para exhibirlos. Con la invasión de Holanda por la República Francesa (El Directorio)  25 años después, en 1795, el general al mando, Jean-Carles Pichegru, encuentra en el castillo perteneciente a Godding, los gigantescos maxilares y se los lleva a París para que sean examinados por el naturalista más importante del momento, Georges Cuvier, quien les dio la relevancia científica que les correspondía. El fósil fue nombrado como el Mosasaurio de Maastricht.


Los protagonistas del primer hallazgo registrado de un fósil de dinosaurio, Hoffmann, Pichegru y Cuvier. Abajo, un gravado que representa el hallazgo de la mandíbula de Mosasaurio de Maastrich, cuando le fue mostrado a Hoffmann 

En el siglo XIX la Inglaterra victoriana será el epicentro de los descubrimientos de fósiles de dinosaurios, que darán origen a la Paleontología como ciencia. Gideon Mantell dará inicio a esta etapa cuando descubre (aunque otros refieren que fue su esposa la verdadera descubridora) el diente fosilizado de un animal antiguo al cual bautizó como “Iguanodón” pues parecía ser el antecesor de las iguanas modernas, pero diez veces más grande. Cuando hizo la reconstrucción, colocó la pieza encontrada sobre su hocico, como si de un cuerno se tratase (como del rinoceronte), aunque hoy se sabe que era realmente una garra. Y si bien, el anuncio público ante la sociedad científica de Londres lo hizo en 1825, parece ser que el descubrimiento dataría de 1820. Sucesivos descubrimientos hechos por William Buckland (descubridor del Magalosaurio) en 1824 y Louis Dollo en 1878 (descubridor en Bélgica restos de 39 iguanodontes) contribuyeron al estudio de los dinosaurios. A finales del siglo XIX, el punto gravitatorio de la paleontología pasó a EE.UU. cuando diversas expediciones como las de Earl Douglas, financiadas por el Rey del Acero Andrew Carnegie en Wyoming condujeron al descubrimiento del Diplodocus, el Stegosaurio, el Allosaurio y el Apatosaurio).

Buckland, Mantell, su esposa Mery Ann y Owen, famoso paleontólogo que no solo le dio el nombre a los gigantes  prehistóricos, sino que organizó la primera exposición de dinosaurios en el Palacio de Cristal de Londres en 1854, donde recibió a sus invitados en un iguanodón a medio terminar y se crearon esculturas de dinosaurios por el escultor Waterhouse Hawkins, en base a los estudios de Owen, muchos de ellos muy parecidos a los lagartos. 


En 1841 el paleontólogo inglés Richard Owen, famoso por sus estudios de biología comparada, por sus estudios de animales extintos y por haber descubierto el Moa gigante, escribirá un libro donde publicará el primer catálogo de animales extintos y en una conferencia ante la comunidad científica utilizará por primera vez en forma pública, la palabra “DINOSAURIO”, para referirse a los nuevos animales que habían sido encontrados fosilizados últimamente y que claramente, habrían vivido mucho antes que los hombres. La palabra la formó tomando como referencia dos vocablos griegos: Deino (Terrible) y Saurio (Reptil), lo que puede darnos una idea de lo que se creía en entonces sobre estos magníficos animales prehistóricos. Tiempo después colaborará con Darwin en la clasificación de especies y fósiles recolectados en sus viajes. Se mostraría a favor de la Evolución pero en contra de la Selección Natural, pues consideraba que la evolución era un proceso biológico natural.


Dos fotos en las que Owen aparece junto al cráneo de un reptil y al esqueleto reconstruido de un Moa. En la parte inferior, un dibujo donde se le representa acariciando a uno de los dinosaurios que clasificó.


Pero fue a partir de 1870 que se produjo la mayor rivalidad registrada en la historia de la paleontología, protagonizada por Edward Drinker Cope de la universidad de Pensylvania y Othniel Charles Marsh, de la universidad de Yale, quienes compitieron por ver quién descubría y catalogaba más dinosaurios a partir de los fósiles encontrados en Colorado, Kansas, Wyoming y Montana; competencia llena de deslealtades y acusaciones de fraudes por parte de ambos, pero que al final terminó ganando Marsh, quien identificó 80 nuevas especies de dinosaurios, mientras que Cope solo llegó a 56. Ambos descubrieron algunos de los dinosaurios más emblemáticos como el Brontosaurio o el Triceratops. A inicios del siglo XX Barnum Brown descubrió los fósiles del más famoso y atrayente de todos los dinosaurios, el Tiranosaurio Rex. 

"La Guerra de los Huesos" fue la competición que protagonizaron los prestigiosos paleontólogos estadounidenses Drinker Cope de la universidad de Pensilvania (izquierda) y Othniel Charles Marsh de la universidad de Yale (derecha) por ver quién descubría más dinosaurios. Abajo, una foto de Marsh con su equipo de asistentes, que en muchas ocasiones se comportaban más como matones que como excavadores. A la derecha, una representación con los principales hallazgos de ambos paleontólogos.




EL PROBLEMA DE SU REPRESENTACIÓN 
Desde los primeros días de su descubrimiento surgió el problema de su aspecto. ¿Cómo eran? ¿Cuál era su color? ¿Cómo era su piel? ¿Caminaban erguidos o en cuatro patas? ¿Eran reptiles, mamíferos o aves? ¿Cómo era su voz? Fueron algunos de los cuestionamientos que se hicieron y se hacen muchos estudiosos hasta la actualidad. Debido a los primeros hallazgos, se llegó a la idea de que podían haber sido reptiles cuadrúpedos que caminaban reptando. Esta idea se fortaleció cuando Owen empezó a llamarlos Dinosaurios. Se les empezó a representar entonces con escamas y placas óseas sobre su piel y de colores que iban desde el verde hasta el gris. El problema era que si reptaban, como los reptiles modernos, significaría que deberían ser extremadamente lentos y hasta de sangre fría, por lo que deberían de pasar casi todo el día en el agua para poder mantener su temperatura y sobrellevar su peso. Por último, si se desplazaban arrastrando su vientre, deberían haber dejado junto a sus huellas grandes surcos en la tierra, algo que nunca se había hallado. Surgió entonces la idea de que se desplazarían en dos patas, apoyándose en la cola, como los canguros, pero tampoco era correcto.


Algunas de las primeras representaciones hechas de los dinosaurios. Arriba a la izquierda, el dibujo de Mantell sobre el iguanodón, con un cuerno en la parte delantera de su cráneo. Al centro, una representación de un brontosaurio con patas de reptil, arrastrando su vientre, como los lagartos modernos. A la derecha, una de las primeras apariciones de dinosaurios en el cine. Abajo, los dinosaurios del Palacio de Cristal tal como los imaginó Owen y una representación de cómo habrían vivido en su habitad pantanoso.


Gracias a los hallazgos de Utah primero y del desierto del Gobi después, se llegó a la conclusión que tendrían las  rectas, como un rinoceronte o un hipopótamo, pero largas como las de un elefante, por tanto, serían robustos y algo lentos dado sus grandes dimensiones (especialmente los de cuello largo). Tiempo después se descubrió que eran ovíparos y que algunos habrían desarrollado membranas en sus extremidades superiores (como los murciélagos) que les permitirían planear. Más recientemente, se descubrió en el desierto de Gobi, que muchos habían desarrollado plumas y que los más pequeños como los Archeoptherix habrían podido volar.

LOS DINOSAURIOS Y EL CINE    
Desde los primeros años del cine, los dinosaurios siempre han causado fascinación, apareciendo en diversas películas mudas y sonoras, a blanco y negro y a color, desde la más rudimentaria animación cuadro por cuadro hasta la más avanzada y realista animación digital. En un principio eran representados como bestias gigantescas, fieras y de lento andar, que se desplazaban solitariamente en forma erguida o en cuatro patas, peleando entre sí sin razón aparente. Hoy, gracias a los nuevos descubrimientos paleontológicos y al avance de la ciencia y las nuevas técnicas de filmación, los dinosaurios han tenido un nuevo impulso a partir de los años 90, mostrándolos con gran realismo, en manadas, con gran velocidad y sumamente inteligentes. De todos, el T-Rex sigue siendo el favorito.

Desde los primeros años del cine los dinosaurios han tenido protagonismo. Las décadas de 1960 y 1970 fueron la edad de oro de las películas de dinosaurios, todos animados cuadro por cuadro (stop motion). Con los avances técnicos de los años 90, la animación digital produjo dinosaurios cada vez más realistas. Jurassic Park de 1993 fue la verdadera iniciadora del nuevo auge de las películas de dinosaurios


A MANERA DE CONCLUSIÓN 
No es que la apariencia de los dinosaurios haya cambiado a raíz de la interpretación de Kosemen. Lo que ha hecho este artista es representar nuevas especies a partir de una reconstrucción libre de animales modernos a partir de sus restos óseos. Aplicando -según él- los mismos procedimientos que los paleontólogos utilizan para la reconstrucción de los dinosaurios. ¿El resultado? Seres de apariencia más alienígena que terrestre. Véalo usted mismo y saque sus propias conclusiones.


Dos cisnes, una serpiente y un gato tal como aparecen representados en el libro de Kosemen. Abajo sus representaciones reales.


Algunos dinosaurios representados por Kosemen en su libro "All Yesterdays". Un Tiranosaurio, un Parasaurófolo, un un Tricerátops y un Pachicefalosaurio. Sus representaciones, en comparación con las reconstrucciones aprobadas por los paleontólogos, resultan más que polémicas, extrañas y en algunos casos, hasta provocadoras, como la del Tiranosaurio, que más parece una caricatura y la del pachicefalosaurio, que parece más un extraterrestre, que un dinosaurio.


Ni los seres humanos nos salvamos de su peculiar visión.




_______________________________ 

FUENTES
¿Eran los dinosaurios como los hemos imaginado? - Antonio Martínez Ron - 22-11-17 Vozpópuli
Antiguos secretos de la Biblia . Trimark pictures
Los Dinosaurios: Su descubrimiento





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.