miércoles, 1 de septiembre de 2021

Los Juicios de Nüremberg

LOS JUICIOS DE NÜREMBERG




La madrugada del 15 de octubre de 1946, en el pequeño gimnasio del Palacio de Justicia de la ciudad alemana de Núremberg, que poco antes había sido una poderosa fortaleza de las tropas de asalto nazis (la SS) y escenario obligado de congresos y multitudinarias manifestaciones del gobierno del III Reich, alumbrados por luces artificiales, aparecen tres cadalsos con sus respectivas horcas. En once seguras celdas, con centinela de vista, once hombres aguardaban su hora final, condenados a la pena capital por el Tribunal Internacional para el Castigo de Crímenes de Guerra.

Este episodio fue la culminación del más grande proceso penal del siglo XX, en el que fueron juzgados los principales dirigentes políticos, militares y diplomáticos del ex III Reich alemán, derrotados militarmente, por crímenes cometidos antes y durante la II Guerra Mundial.

Una vez consolidada la victoria aliada y luego de varias conferencias, se celebra un acuerdo denominado “Acta de Londres”, el 8 de agosto de 1945, creándose el Tribunal Militar Internacional para el enjuiciamiento y castigo de los principales criminales de guerra de los países europeos del Eje (Alemania e Italia). Fueron signatarios de este acuerdo EE.UU., la ex URSS, Francia e Inglaterra. Como un Anexo al Convenio se aprueba la Carta, que vino a ser un Código Penal y Procesal Penal Internacional.

Se configuran tres delitos: Crímenes contra la Paz (Planeamiento, preparación, iniciación de una guerra de agresión, participación en plan común o conspiración), Crímenes contra la Humanidad (Asesinato, exterminio, deportación, genocidio, esclavitud, antes y durante la guerra); y Crímenes de Guerra (Violaciones a las Leyes de Guerra).

La Carta sancionaba hechos cometidos antes de su firma y ratificación; el Tribunal es instancia única y sus fallos son definitivos; los jueces y el fiscal deben provenir de los Estados signatarios del “Acta de Londres”; el Tribunal está facultado para aplicar procedimientos rápidos y simples, es decir que, las organizaciones del partido nazi y del gobierno alemán son posibles de proceso y de ser hallados culpables, sus integrantes inmediatamente serán considerados criminales de guerra, por lo que no existen excusas eximentes por la posición oficial de los acusados o por “actos de Estado” y no se reconoce la obediencia debida al jerárquico superior; se puede procesar además, a inculpados ausentes. Cada delito no tiene una pena determinada, es decir que no existe un mínimo n un máximo; el Tribunal tiene derecho a aplicar la pena que considere justa, entre sus extraordinarias facultades.

Las fuerzas aliadas triunfantes instituyen este Tribunal, bajo el fundamento de preservar la paz, con el objeto de sancionar la conducta criminal, es especial de los conductores de la nación alemana, desde la exaltación al poder del partido nazi, cuyo hecho también fue calificado como delito, de acuerdo a la tesis del camino ilegal hacia el poder; contenida en la acusación formulada por el fiscal estadounidense Robert H. Jackson, hasta la terminación de la II Guerra Mundial.

Se dictó pena de muerte por ahorcamiento contra 12 procesados, entre ellos el ausente Martin Bormann; tres prisiones perpetuas (Hess, Funk y Reader), tres condenas de 20, 15 y 10 años de prisión y tres procesados fueron absueltos (Von Papen, Schat y Frizsche). Fueron declaradas organizaciones criminales el Cuerpo de Líderes del nazismo, la Gestapo o policía secreta y la Milicia Negra o SS. Fueron absueltos el gabinete del Reich, el Estado Mayor General del Ejército y el Alto comando de la Milicia Parda o SA. Sin embargo, varios de los altos mandos habían muerto antes, entre ellos Heinrich Himmler (suicidado), Reinhard Heydrich (asesinado), Martin Bormann y Josef Mengele (prófugos) y el mismísimo Hitler, suicidado en el interior del bunker de la Cancillería junto al Ministro de Propaganda Joseph Goebbels y sus familias.

Nüremberg había sido escogida para ser la sede de los juicios ya que contaba con un Palacio de Justicia que milagrosamente, había sobrevivido intacto a los bombardeos aliados y una prisión anexa, suficientemente segura  que permitiría la reclusión y custodia de los acusados que serían enjuiciados. Pero había también una razón simbólica, ya que esta ciudad había tenido una gran importancia para el régimen nazi por haber sido la sede del gran congreso del partido Nazi y el lugar donde se redactaron las infames leyes raciales contra los judíos en los años previos al inicio de la guerra.

Para poder capturar a los jerarcas nazis y sentarlos en la banquillo de los acusados, el ejército estadounidense puso en marcha la "Operación Mondorf", buscándolos por toda Europa, pero para juzgarlos había un gran problema, pues los delitos cometidos debían juzgarse, según las acuerdos internacionales, de acuerdo a las leyes de los países donde se habían cometido (una veintena de países), por lo que los aliados vencedores (EE.UU. Inglaterra, Francia y la Unión Soviética) decidieron dirigir ellos mismos los procesos en representación de los países agraviados, eligiendo a los jueces y fiscales; y poniéndose de acuerdo en los delitos que se aplicarían. Aún así, hubo roces con los soviéticos, pues querían que el proceso se base en el genocidio cometido con los rusos y no contra los judíos, pues consideraban que ellos eran las verdaderas víctimas de la guerra. 

LOS OTROS PROCESOS
Si bien, los procesos seguidos a los altos mandos nazis captan el interés de los expertos y del público en general, no fueron los únicos. Hubo un total de doce juicios, entre colectivos e individuales. Los más destacados de estos otros procesos fueron los seguidos contra los médicos nazis y contra los jueces que apoyaron al gobierno de Hitler y otros juicios menores, tanto colectivos como individuales.

El Juicio a los Médicos fue el primero de los juicios realizados después de finalizare el juicio principal (contra los altos mandos), donde las autoridades estadounidenses abrieron juicio al cuerpo médico de los campos de concentración. Fueron 23 los médicos acusados por realizar experimentos "científicos" sin consentimiento en prisioneros judíos de los campos de concentración y de exterminio como Auschwitz, así como en pacientes de hospitales de Alemania y otros ubicados en los territorios ocupados. Experimentos en los cuales se cometieron asesinatos, torturas y suplicios. También fueron acusados de realizar el asesinato masivo de gente considerada "inferior" e "inútil" para los planes nazis, como adultos mayores, niños muy pequeños, enfermos mentales, "desviados sexuales", enfermos incurables, indigentes y más, quienes murieron gaseados, por inyección letal, desnutrición y otros métodos, realizados en pacientes de hospitales y residentes de asilos, orfanatos y otros lugares de apoyo social, durante un programa oficial de eutanasia, que era parte de ese programa de eugenesia emprendido por el régimen nazi desde que llegó al poder, con la finalidad de purificar la sangre impura.

7 médicos fueron condenados a muerte (la mayoría por crímenes cometidos en los campos de concentración y exterminio), 5 a cadena perpetua, 4 a penas privativas de la libertad entre 5 a 20 años y el resto fue absuelto. De no haber escapado antes de finalizar la guerra, Josef Mengele, jefe del cuerpo médico de Auschwitz, con toda seguridad, hubiera sido condenado a la pena capital.

El Juicio a los Jueces, se realizó contra los jueces y abogados que establecieron la estructura jurídica nazi. 16 fueron los acusados por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, entre ellos, la aplicación de leyes eugenésicas, destinadas a lograr la "limpieza racial", como las infames Leyes de Nüremberg, dadas contra los judíos y otros decretos que permitieron despojarlos de la ciudadanía alemana, expropiarles sus bienes y someterlos a prisión, tortura, desplazamiento forzado hacia los campos de concentración y exterminio, esclavizarlos y asesinarlos.

Algunos empresarios también fueron juzgados por financiar al Reich y emplear judíos como mano de obra esclava, entre ellos, los dueños y directivos de las químicas IG Farben y Hoechst, y la fábrica de material bélico Krupp, pero fueron absueltos. Estos conglomerados industriales y otros como Volkswagen, Opel, Bayer, BMW, Basf, Siemens o Deutsche Bank, convencieron al consejo aliado de su importancia para la reconstrucción económica de Alemania, así que no fueron juzgados, por el contrario, mantuvieron un rol protagónico en los años siguientes, al amparo de los aliados. Con el paso de los años y debido a la presión internacional, en 1999, el gobierno alemán creó un fondo de compensación para los sobrevivientes e hizo que indemnicen a sus ex esclavos, pero dicho monto solo resarció a los sobrevivientes que vivían en Alemania. Todos los esclavos judíos provenientes de otras partes de Europa, como Europa Oriental, no recibieron nada.

Estos juicios se realizaron en la zona ocupada por EE.UU. entre 1945 y 1946 y estuvieron a cargo de un tribunal judicial estadounidense, que funcionó al margen del Tribunal Aliado.

JUICIO CRÍTICO
En medio siglo transcurrido desde su epílogo, el juicio de Nüremberg, sólo fue mencionado como un desacertado hecho político, sin significación en el campo del Derecho. En este aspecto, se han levantado voces condenatorias por haberse abrogado principios universalmente reconocidos por el mundo civilizado que informan el Derecho Penal Liberal.

Empezando por la conformación del Tribunal -jueces juzgando a sus enemigos- hasta el espectáculo de colgar un cadáver para cumplir con el fallo condenatorio -la muerte pone fin a la persona- ha sido dura y unánimemente cuestionando este proceso, destacando incluso, la opinión del propio Dannodieu de Vabres, catedrático francés de Derecho y juez del Tribunal del Nüremberg, quien, luego de haber juzgado a los criminales de guerra y firmado las sentencias, criticó el proceso en varios aspectos y en diversas oportunidades, siendo uno de los tantos el siguiente comentario: “Los crímenes contra la humanidad, dirigidos contra los gobernantes de los Estados, es un pretexto fácil para la intromisión injusta en la política interior de un Estado. Es peligroso para la paz”.

Ciertamente, las potencias vencedoras de la guerra (1939-1945) deslucieron y desdibujaron el triunfo de la democracia contra la instauración del proceso de Nüremberg, que precisamente, es la negación de los principios por los que millones de hombres rindieron sus vidas en aquella hecatombe.

Muchos fueron los vicios procesales, desde jueces y fiscales totalmente parcializados, hasta acusaciones falsas, pasando por falta de transparencia con los abogados defensores, ocultamiento de testimonios y pruebas exculpatorias, falsificación de documentos y encubrimiento de los abusos cometidos por los aliados en la guerra; en suma, fue un pretexto para ejercer venganza pura.

 



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(*) Adaptado del artículo “Nüremberg: 50 años después” de Luis García-Blasquez, publicado en la sección Opinión del diario El Comercio del miércoles 16 de octubre de 1996.

Otras fuentes:
"75 años del fin de los juicios de Nuremberg" - William Márquez, BBC News, 21/11/20
"El final de los juicios de Nuremberg" - Josep Gavalda, National Geographic, 12/08/21
"El Tercer Reich económico: las empresas que financiaron a Hitler" - EOM Grupo
"Los procesos de Nuremberg" - Revista Hechos Mundiales N° 28
"Los horrores nazis" - Torturas y suplicios N° 4
"Los juicios de Nuremberg" - Wikipedia





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