viernes, 24 de abril de 2020

La Crisis del Absolutismo Español

LA CRISIS DEL IMPERIO ESPAÑOL

Bandera del Imperio Español hasta 1838

EL IMPACTO DE NAPOLEÓN EN AMÉRICA HISPANA
Indiscutible es la importancia de Napoleón Bonaparte para la historia mundial, y más aún para la historia europea. Como bien sabemos, Napoleón pasó de ser un don nadie a convertirse en el amo de Europa llevando la guerra en viejo continente, a una escala nunca antes vista. Cientos de miles de personas peleando en lados opuestos con una cantidad similar de muertos y heridos, y todo por el capricho de un hombre ambicioso, que de haber logrado su objetivo de conquistar Europa (y de haber tenido los recursos suficientes), posiblemente no se hubiera detenido hasta conquistar el mundo entero. Grandes y legendarias batallas, generales casi míticos, estrategias novedosas que rosaban con la genialidad y la perfección y sangre, muchísima sangre. No en vano, se dice que Napoleón sería el primero de tres anticristos que habría vaticinado en sus famosas profecías, Michel de Notre-Dame, más conocido por su seudónimo de Nostradamus.  Sin embargo, lo que muchos no se han puesto a pensar es en el tremendo impacto que tuvieron las Guerras Napoleónicas en nuestro continente. Y eso es lo que se va a tratar de determinar a través de la adaptación hecha del artículo del historiador británico Brian Hamnett, especialista en historia latinoamericana del siglo XIX.

29 Diciembre 1813 Napoleón obliga abdicar a José Bonaparte como ...
Napoleón Bonaparte, emperador francés y su hermano José I Rey de España

LA CRISIS DEL ABSOLUTISMO ESPAÑOL Y SU IMPACTO EN HISPANOAMÉRICA 

Durante la crisis de 1808 a 1810, el virreinato peruano no sucumbió a la subversión política. El contraste con los otros dos virreinatos sudamericanos y las capitanías generales fue claro. El gobierno virreinal peruano tampoco tenía que lidiar con una insurrección doméstica; a pesar de esto continuaba entre los círculos más ilustrados de la sociedad el debate entre la autonomía y el separatismo, tal como en el resto de Iberoamérica. Efectivamente, el gobierno virreinal peruano se encontraba en una posición relativamente favorable pero no sin peligros, que eran principalmente externos. No podía recibir ninguna ayuda de España ya que atravesaba por su propia crisis a consecuencia de la invasión napoleónica.  Al no tener otra alternativa, el Virrey Fernando de Abascal tomó la decisión de actuar por cuenta propia. Su objetivo principal era mantener unido al Perú como baluarte efectivo de la autoridad monárquica en América del Sur, ya que la adhesión a al dinastía Borbón y al Rey Fernando VII no estaba en duda entre la élite gobernante, a pesar de las dudosas proposiciones de Carlota Joaquina, princesa de Brasil y hermana del Rey cautivo. Con este objetivo, adoptó una política de conciliación y acercamiento a las élites americanas. Esta política comenzó con su intento por unir a españoles y americanos, borrando en la medida de lo posible las diferencias que pudieron separarlos; de otro modo –en su concepto- la pérdida de las colonias era segura.

Fernando de Abascal y Sousa no era un inexperto en cuestiones políticas. Antes de ser nombrado Virrey del Perú en 1806, había servido al ejército español de Puerto Rico en 1767, en el de Santo Domingo en 1781; como lugarteniente del Gobernador de Cuba en 1797 y como Presidente de la Audiencia de Guadalajara en Nueva España desde 1799. Esta experiencia le dio la habilidad necesaria para sobrevivir a una situación potencialmente peligrosa, en la cual la élite limeña intrigaba para promover sus propios intereses. De todas sus hazañas, la mayor fue sin duda,  la de mantener en ese contexto, al gobierno virreinal peruano como el más poderoso y eficaz de todo el Imperio Español durante la época revolucionaria. Para tal objetivo, buscó la colaboración de españoles y americanos con amplia experiencia política y militar como los criollos arequipeños José Manuel de Goyeneche y Pío Tristán y Moscoso, ambos con gran experiencia en el Ejército español.

Instalación de las Cortes de Cádiz

LAS CORTES DE CÁDIZ
Producida la invasión francesa y con el monarca preso, los españoles, casi de inmediato, formaron juntas locales,regionales y provinciales (Juntas Supremas) para autogobernarse en ausencia del Rey. En setiembre de 1808 se creó la Junta Central integrada por 36 vocales de las juntas supremas. Se instaló al norte, en Aranjuez, pero, ante el avance de las tropas francesas, se trasladó al sur, a Sevilla. Si bien las juntas tenían carácter temporal, hasta que el rey recupere su trono, muchos vieron en ella la oportunidad de crear un nuevo sistema de gobierno más justo y más representativo que el régimen absolutista borbónico. Algunos incluso te nía la intención de realizar en España una revolución como la francesa. Fue sí que surgió la reivindicación de convocar las Cortes, una forma de autogobierno que tenían en la Edad Media los reinos cristianos de la península ibérica, antes que se formara España. Estas cortes tenía la facultad de crear leyes, pero desde la implantación del absolutismo en España, fueron relegadas o se disolvieron. Solo se reinstalaban cuando el Rey, muy esporadicamente, las convocaba cuando ocurría alguna situación que no podía resolver solo.

Cantidad de representantes en las Cortes de Cádiz asignados
por cada provincia y colonia española. 
Las cortes se instalaron primero en Sevilla, después a la isla de León y por último a Cádiz, debido a su posición estratégica, pues era el puerto comercial más importante con América y se encontraba fortificada, además, los ingleses que se encontraban cerca, en Gibraltar, prestarían protección; es más, Cádiz siempre fue la primera opción para el instalamiento de las Cortes, pero una epidemia de tifus los hizo desistir, una vez pasada la crisis, los representantes se trasladaron a la ciudad y se instalaron en el convento de San Felipe Neri. El número de diputados que asistieron a las Cortes de Cádiz fue variando. Unos 100 asistieron a la sesión inaugural (en 1810), 185 firmaron la Constitución y 223 sesionaban cuando el rey dispuso su clausura. Procedían de toda España y hasta de América (como una manera de evitar una posible insurrección). Como el viaje de América a España era muy largo, se dispuso que fueran sustituidos temporalmente por naturales de sus provincias que en ese momento se encontraran en Cádiz. La mayoría eran eclesiásticos, abogados y funcionarios reales. El Presidente de las cortes era elegido por los diputados por un periodo de un mes.

Los Diputados elegidos por los peruanos residentes en Cádiz fueron Vicente Morales Duárez, Ramón Olaguer y Feliú, Blas Ostalaza, Dionisio Inca Yupanqui y Antonio Zuazo y Mondragón. De ellos, Morales Duárez llegó a ser elegido Presidente de las Cortes Españolas de Cádiz (4 de marzo-2 de abril de 1812), pero falleció repentinamente de una apoplejía, aunque se llegó a insinuar un envenenamiento. Con el tiempo llegaron los demás representantes peruanos. En total fueron 15 los diputados peruanos. 

Primeros Diputados peruanos en las Cortes de Cádiz: Vicente Morales Duárez, Ramón Olaguer y Feliú, Blas Ostalaza, Dionisio Inca Yupanqui y Antonio Zuazo y Mondragón. De ellos, Morales Duárez llegó a ser elegido Presidente de las Cortes Españolas de Cádiz, pero falleció repentinamente.

Relación completa de los representantes del virreinato peruano en las cortes de Cádiz indicando su lugar de nacimiento recogida por Domingo García Belaunde.  Solo de Zuazo se desconoce su lugar de nacimiento. De todos ellos, solo los diez primeros participaron de los debates constitucionales de 1810 a 1812 y firmaron la Constitución Liberal. Los otros cinco llegaron después de su promulgación.Todos menos Morales Duárez y Domingo Alcázar estuvieron hasta su disolución en 1814.

LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Al interior de las Cortes se formaron dos grandes grupos de Diputados: Los Conservadores partidarios de la monarquía absolutista y del orden tradicional y los Liberales,  partidarios de reformar por completo la sociedad del Antiguo Régimen, influenciados por las ideas de la Ilustración francesa. Estos últimos, los liberales, al ser la mayoría, terminaron liderando el debate constitucional. Incluso la mayoría de clérigos de Cádiz simpatizaban con el liberalismo por sus planteamientos igualitaristas de apoyo a los débiles y de lucha contra los privilegios. Fue gracias a sus planteamientos que se redactó la Constitución de 1812, que incluía entre sus artículos la igualdad de derechos entre españoles peninsulares y españoles americanos, libertades como la de imprenta, de expresión, de reunión  y religión; además se incluyó la abolición de la mita y del tributo indígena, la supresión de los castigos corporales y la tortura como procedimiento judicial, así como la abolición de los estancos y la desactivación del Tribunal de la Inquisición. Incluyó también la libertad para cultivar en América la vid y el olivo, la elección de los Cabildos por voto popular, la implantación del libre comercio en toda América y por último, se otorgó amnistía para todos los participantes en las rebeliones anticoloniales. Popularmente conocida como La Pepa, por haber sido  promulgada el 19 de marzo, día de San José Obrero, fue la primera Constitución Política en la historia española. Su cumplimiento fue obligatorio tanto en España como en sus colonias.

EL VIRREY ABASCAL Y LAS CORTES DE CÁDIZ
Abascal aplicó en el Perú el sistema representativo introducido en España en 1810 por las Cortes de Cádiz,  a pesar de sus propias limitaciones y de que el nuevo régimen limitaba su poder, ya que la Audiencia de Lima debía de compartir su autoridad con la Diputación Provincial creada en 1813, cuyos siete diputados representaban a las siete provincias bajo su presidencia. Obviamente no era un constitucionalista convencido, pero aceptaba tales medidas para no debilitar aún más la posición metropolitana y para no entregar a los revolucionarios argumentos para buscar la independencia. Aceptó las medidas impuestas por las cortes, pero bajo su permanente supervisión –según él- para garantizar la integridad territorial del imperio colonial español, debido a las presiones que los diputados liberales  peruanos ejercían sobre el gobierno español y a las recibidas por los liberales de Lima, que exigían compartir el poder con ellos. No hubo ninguna elección en la que no interviniera Abascal. Incluso a pesar de estar en contra, abolió el tributo indígena tal como lo exigieron las cortes. Tal medida afectó fuertemente la economía virreinal en el momento en que más dinero necesitaba.

ACCIÓN CONTRARREVOLUCIONARIA
Debido a la estabilidad política de Lima, el gobierno de Abascal respondió debidamente a los movimientos revolucionarios que surgieron desde 1809 en América hispana. Su gobierno tuvo éxito en dos campañas contra las Juntas de Gobierno que se formaron en las audiencias de Quito y Charcas. Así se vio en la oportunidad de recuperar esos territorios que habían sido desmembrados del virreinato peruano con las Reformas Borbónicas en el siglo XVIII. En virtud de su poderoso ejército (que de 1500 soldados en 1803 aumentó en más de 8000 en 1809) además de una milicia de más de 40 mil voluntarios y una poderosa fuerza naval, logró anexarse no sólo las audiencias de Quito y Charcas sino también la Capitanía de Chile entre 1810 y 1813.


Representación de una sesión de una de las Juntas de Gobierno americanas

Junto a su impresionante poderío bélico, Abascal contaba con otros factores que le permitieron abanderar la defensa del régimen absolutista en América del Sur, entre ellos, el apoyo incondicional de gran parte de la nobleza, del Clero  y de la burguesía criolla limeña, quienes por ser opuestos a la independencia ayudaron económicamente al Virrey, quien contaba además con importantes recursos económicos provenientes de la minería y el comercio, y con el dinero recaudado a través de la creación de numerosos impuestos o del aumento de los ya existentes. Con tantos factores a su favor, no es de extrañar que haya enfrentado exitosamente a las Juntas de Gobierno sudamericanas. Sólo la de Buenos Aires se mantendría independiente.

Entre 1809 y 1810 se formaron  en América (a sugerencia del gobierno provisional de las Cortes desde Cádiz), Juntas de Gobierno fieles a la Corona española y opuestas al dominio francés, pero luego surgiría en ellas el sentimiento separatista, proclamando su independencia. Tales juntas fueron las de Chuquisaca, en Charcas, dirigida por Domingo Murillo, la de Quito, dirigida por el Marqués de Selva Alegre, la de Caracas, al mando de Francisco Miranda, la de Santa Fe, en Nueva Granada, al mando de Antonio Nariño, la de Chile, dirigida por Bernardo O’Higgins y la de Buenos Aires, en el Río de la Plata, liderada por Cornelio Saavedra. 

Ubicación de las principales Juntas de Gobierno que se formaron en Sudamérica

Pero Abascal no se encontraba solo en la lucha contrarrevolucionaria. En otras zonas de Hispanoamérica como  Maracaibo y Cumaná;  Santa María y Panamá; Popayán y Pasto; Cuenca, Riobamba y Guayaquil, además de Montevideo y Nueva España, grupos fidelistas combatían a los rebeldes. Abascal también recibió su apoyo.


Desde el Perú, el virrey Abascal se propuso combatir a los insurgentes enviando expediciones armadas a los focos revolucionarios de América del Sur

EL CASO PERUANO
Virrey Abascal
Aunque en el Virreinato del Perú no se formaron Juntas de Gobierno, no significa que la sociedad peruana haya estado ajena a la coyuntura revolucionaria que vivía Hispanoamérica. Si bien la mayor parte del sector criollo burgués estaba en contra de la independencia, muchos criollos pertenecientes a la élite ilustrada de Lima conspiraban contra el Virrey, reuniéndose clandestinamente en los principales centros de formación intelectual de la capital como la Universidad de San Marcos o el Convictorio de San Carlos, donde planeaban futuras acciones anticoloniales o donde simplemente se reunían para discutir sobre la situación política, económica o social por la que atravesaba el virreinato peruano. Los más audaces planeaban cómo conseguir el apoyo de la expedición libertadora de José de San Martín. La mayoría de estas conspiraciones no llegaron a ninguna acción concreta, porque  eran descubiertas y disueltas por el poder virreinal.

Entre las principales conspiraciones separatistas de Lima están las de Mateo Silva, el argentino Ramón Anchóriz y José de la Riva Agüero, que difundieron las ideas del Liberalismo francés e intentaron formar una Junta de Gobierno en Lima. Silva y Anchóriz fueron descubiertos y apresados en el Real Felipe mientras que Riva Agüero continuó su labor separatista hasta la llegada de San Marín. También tenemos a la conspiración del Colegio de Abogados liderada por Manuel Pérez de Tudela, José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier de Mariátegui; la del Oratorio de San Felipe Neri y la del Bajo Clero, donde destacaron Mariano José de Arce y Francisco Xavier de Luna Pizarro. Simultáneamente, conspiradores reformistas discutían la posibilidad de realizar cambios en el virreinato pero sin independencia. Entre los más destacados reformistas estaban Toribio Rodríguez de Mendoza y Manuel Lorenzo de Vidaurre, frente al  Convictorio de San Carlos e Hipólito Unanue y Gregorio Paredes dirigiendo la conspiración del Colegio de Medicina de San Fernando. Mientras esta era la situación en Lima, en las provincias, aprovechando el poco control virreinal, los criollos van a organizar diversas revueltas y rebeliones con mayor o menor éxito.




Las más destacadas fueron las de Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde en Cuzco (1805), la de Francisco Antonio de Zela en Tacna (1811), la de los alcaldes indígenas de Huanuco dirigidos por Juan José Crespo y Castillo (1812), la del franco-español Enrique Paillardelle y Julián Peñaranda en Moquegua y Tacna (1813) de estrecha vinculación con el  patriota argentino Manuel Belgrano y sobre todo, la gran rebelión de los Hermanos Angulo en Cuzco (1814) acompañados por Mateo García Pumacahua, Mariano Melgar y el cura Idelfonxo Muñecas. Todas fueron reprimidas violentamente y sus líderes fueron encarcelados o ejecutados.


Las principales rebeliones que se dieron en el interior del virreinato se realizaron en el sur. En Cusco se sublevaron Gebriel Aguilar y Manuel Ubalde en 1805 y los Hermanos Angulo en 1814, secundados por Mariano Melgar y Mateo García Pumacahua. En la intendencia de Arequipa se levantaron en armas Francisco Antonio de Zela en Tacna (1811), Enrique Paillardelle y Julián Peñaranda en Moquegua (1813) y, como parte del levantamiento del Cusco, Mariano Melgar se rebela en Umachiri (Arequipa), en 1814. Más al norte, Juan José Crespo y Castillo hace lo propio en Huánuco (1812).

EPÍLOGO: EL SEXCENIO ABSOLUTISTA Y EL TRIENIO LIBERAL
Fernando VII
Luego de la expulsión de los franceses. El rey Fernando VII es liberado y asume directamente la conducción del vasto imperio español en 1814. Disolvió las Cortes de Cádiz, que tanto contribuyeron con su liberación,  suprimió la Constitución Liberal de 1812 y todos los derechos civiles que había promovido, ejerciendo un gobierno tiránico que repercutió en América. Dos años después, el exitoso virrey Abascal, convencido de la  inminencia de la independencia americana, solicita su cambio, siendo sucedido por el virrey Joaquín de la Pezuela, cuyo gobierno afrontó la mayor crisis política de América colonial debido a la llegada de José de San Marín al Perú. La política territorial de Abascal perduró algunos años más. Los revolucionarios tuvieron que intervenir dos veces para destruirla; primero San Martín entre  1820 y 1821 y luego Bolívar entre 1823 y 1826. La consecuencia de estas intervenciones chileno-rioplatense primero y colombiano-venezolana después, fue la formación de nueve Estados soberanos e independientes en el territorio del antiguo imperio colonial español de América del Sur, en vez de los tres virreinatos existentes  a pesar de los intentos integracionistas de Bolívar. Cada uno de estos débiles Estados tendría que elaborar su propia relación con las grandes potencias de la época. 

Seis años después que Fernando VII retome el poder absoluto en España, se produjo un levantamiento militar en su contra y a favor de la restauración dela Constitución Liberal de 1812. Estaba dirigida por el militar Rafael del Riego, quien el 1 de enero de 1820 se sublevó en Sevilla (Andalucía) reclamando el regreso al orden democrático y liberal promovido por la constitución de 1812. cuando el levantamiento se extendió a otras regiones de España y una multitud intentó tomar el Palacio Real de Madrid el 10 de mayo de 1820, tres días después ,el Rey Fernando accede al pedido del pueblo y los revolucionarios y restaura la Constitución Liberal, el estado de derecho y las Cortes Generales, de las cuales, Del riego -que había entrado a la política como diputado- llegó a ser su Presidente. a finales de 1822 se produciría un levantamiento pro absolutista apoyado por los diputados conservadores que querían el regreso del Antiguo Régimen. el 7 de abril de 1823, el Ejército francés, que había sido mandado por Luis XVIII en apoyo al rey Fernando VII, invade España y derrota al gobierno liberal. Gracias a esto, el Rey de España restaura el Absolutismo.

Rafael del Riego y Flórez
Del Riego se dirige a Cádiz, donde funcionaban las Cortes Generales, votan la incapacidad moral del Rey Fernando VII, lo declaran incapaz y los destituyen. Del Riego reorganiza la resistencia desde Andalucía con apoyo de los diputados liberales, pero es derrotado por los franceses y los soldados fieles al Rey. Es apresado y conducido ante Fernando VII, quien lo condena a la horca por alta traición, debido a que fue uno de los diputados que votaron por su destitución. el 7 de noviembre de 1823 fue arrastrado por las calles de Madrid, en medio de insulto y pedradas de una multitud que meses antes lo había apoyado. Fue ahorcado y luego decapitado. Fernando VII restituyó el absolutismo, que estuvo en pie hasta la revolución democrática que llevó a la formación de la Segunda República entre 1931 y 1939, y que curiosamente, reivindicó la memoria de Rafael del Riego, elevándolo al estatus de MÁRTIR DE LA DEMOCRACIA, tal como es considerado hasta hoy.





CONCLUSIÓN
Para finalizar. ¿Cuál fue el impacto de Napoleón? Pues si Napoleón no hubiese invadido España y apresado al Rey, imponiendo a si hermano José como Rey de España y sus colonias, estas hubieran tardado en independizarse. Si eso no hubiera ocurrido, no se hubieran reunido las Cortes en la ciudad de Cádiz; estas no hubieran promovido la formación de Juntas en América para que se auto gobiernen mientras en España luchaban por expulsar a los franceses. Precisamente, aprovechando la crisis por la que atravesaba el gobierno español y el relajamiento del control militar en las colonias. Los virreyes y otras autoridades coloniales, en muchos casos quedaron desconcertadas por lo ocurrido en la Madre Patria, que no sabían qué decisiones tomar, esperando instrucciones que tardaron mucho en llegar, y cuando llegaron de la mano de las Cortes de Cádiz, no eran lo que esperaban, pues las medidas de corte liberal les recortaban atribuciones, que ahora tendrían que compartir con las Juntas de Gobierno. El relajamiento de los controles coloniales favoreció el levantamiento de las provincias en revueltas y rebeliones, que aunque no consiguieron su objetivo, debilitaron al virreinato peruano. Por último, si los criollos que dirigían las Juntas no destituían a las autoridades coloniales, nunca se hubieran declarado independientes -o al menos en ese tiempo- y no habrían surgido los países latinoamericanos que conocemos hoy. En suma, la ambición de Napoleón Bonaparte ayudó indirectamente a la independencia hispanoamericana y al inicio del fin del imperio colonial español.






HISTORIOGRAFÍA
Las publicaciones históricas en España sobre el episodio de las Cortes de Cádiz  y la Constitución de 1812 abundan, lo que demostraría el impacto que llegó a tener el que en España, por un breve tiempo, se haya instaurado una democracia liberal.

Publicaciones españolas sobre las Cortes de Cádiz

En las últimas décadas, gracias al advenimiento del bicentenario de nuestra Independencia, se ha renovado el interés de los historiadores y otros intelectuales peruanos por la crisis del absolutismo español a causa de la invasión francesa y su impacto en nuestro virreinato. Tal interés se hace evidente en la cantidad de títulos publicados desde la década del 2000, dedicados al estudio analítico y crítico de las Cortes de Cádiz, la Constitución Liberal de 1812 y las rebeliones anticoloniales de principios del siglo XIX, publicados por la Universidad de San Marcos, el Congreso de la República y el Instituto Francés de Estudios andinos IFEA. Y ni hablar de todos lo libros dedicados a la independencia donde el tema es tocado con la importancia debida.

Libros especializados que autores peruanos han escrito sobre el tema

Para mayor información, comparto el enlace al N°4 de la revista digital "Rumbo al Bicentenario"  que compila una serie de artículos de distintos historiadores al lrespecto.

http://www.congreso.gob.pe/Docs/comisionbicentenario/libro/04/files/basic-html/page1.html






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FUENTES:
"Cádiz: Lista provisional de deputados peruanos (1810-1813)" - Domingo García Belaunde
"Historia del Perú: Proceso económico, social y cultural" - Aduni
"La política contrarrevolucionaria del Virrey Abascal Perú,1806-1816 "- Brian Hamnett
"Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812" - Concha Masiá
"¡Viva la Pepa! 1812, las Cortes de Cádiz y la primera constitución española" - National Geographic



Vicente Morales Duárez

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ACTIVIDADES
*Investiga la labor de las Cortes de Cádiz mientras duró la invasión francesa a España y qué medidas tomaron
*¿Quién fue el criollo peruano que dirigió las Cortes de Cádiz y cuál fue su obra?
*¿Por qué crees que la burguesía criolla, y no otro sector social, fue la que emprendió la lucha por la independencia?
*¿A qué se debe las diversas posiciones frente a la independencia que tenía la burguesía criolla peruana?
*¿Qué opinión tienes sobre el proceder del Rey Fernando VII? ¿Habrá algún caso similar en la actualidad?








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