lunes, 2 de enero de 2017

El Radicalismo Islámico III


LA CREACIÓN DEL RADICALISMO ISLÁMICO(*)

Imagen del video difundido por el Estado Islámico, donde amenazaba directamente a 60 países y lanzaba una advertencia
al resto del mundo sobre su poder.

Después de la caída de la Unión Soviética, Occidente demonizó a un raquítico radicalismo islámico. Es un antiguo ardid para construir un enemigo, pero al ser mal administrado produjo un efecto mariposa contrario. Hoy ese fundamentalismo infunde un terror muy superior a su capacidad militar y organizativa porque Occidente -que por más de un milenio regó con su sangre la historia- de pronto se muestra histéricamente vulnerable ante las pocas baja que este conflicto le produce. El luto quejumbroso y sonado le da al fundamentalismo una capacidad de paralizar Occidente con acciones marginales.


Video difundido por el Estado Islámico por las redes sociales en 2016, lanzando una amenaza al mundo.


Juan Claudio Lechín, autor del artículo.
Como en toda relación neurótica, Occidente quiso también mostrarse como benefactor y aceptó acoger masivas migraciones islámicas alegando lástima, esa forma engañosa de superioridad, y sin filtrar a los combatientes islámicos de la gente pobre y necesitada. Han sembrado al enemigo en su interior. como Occidente se mantiene en un pensamiento político estancado en el siglo XX, no considera que las migraciones son armas políticas con agenda propia, no han estimado qué cantidad de migrantes puede recibir su sociedad sin quebrantarse estructuralmente y se deja amilanar ideológicamente  por el comunismo. Sin embargo su más importante debilidad es mantener una lógica militar convencional sin aceptar la eficacia de la guerra asimétrica que ya les infligió derrotas en Dien Bien Phu, en la Ofensiva del Tet, en la infiltración china y castrista, y en la cacelación de las operaciones de sus transnacionales en el Tercer Mundo, dizque por acción de movimientos sociales "pacíficos". Occidente está otorgando victorias inmerecidas a sus enemigos simplemente porque su soberbia no quiere salir de su lógica económica de palo y zanahoria, y la de los buenos y malos.

Nunca un grupo terrorista se había mostrado tan extremista como el Estado Islámico. Con frecuencia difunden por internet sus ejecuciones por decapitación, degollamiento, desollamiento, apedreamiento, descuartizamiento, la hoguera, etc. Y no solo soldados, muchos civiles entre ellos niños y mujeres, además de muchos extranjeros, algunos periodistas o simples turistas, están entre sus víctimas. Y no solo cristianos o judíos, también musulmanes chiítas o cualquiera que se les oponga.



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(*) Artículo publicado por Juan Claudio Lechín en su columna "Opina.21", en el diario Perú 21 el 18-12-16.



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