domingo, 8 de septiembre de 2013

Ernesto Pinto-Bazurco


EL PERUANO QUE SE ENFRENTÓ A LOS NAZIS*





Como bien sabemos, el Perú no participó directamente en la II guerra Mundial, pero eso no quita que haya habido peruanos en la guerra. peruanos que voluntariamente o forzados por el servicio militar del país donde vivían, participaron activamente, ya sea apoyando a los aliados o a los países del Eje. Así pues habrá peruanos peleando de lado de los franceses, los ingleses o los estadounidenses, pero también habrá quienes lucharon en los ejércitos de Alemania o Italia, incluso debieron haber en el Ejército Imperial Japonés.

Pero no solo en los campos de batalla se desempeñaron. Muchos lo hicieron desde su condición de civiles, apoyando a la Cruz Roja, espiando al enemigo, en la resistencia de alguno de los países ocupados, dando refugio y asistencia a los combatientes o ayudando a evacuar a las víctimas de la demencial violencia de la guerra y hasta algunos salvaron judíos de la persecución nazi.

Ya en otra oportunidad dediqué unas lineas a Madeleine Truel y a Elvira Chaudoir, así como al diplomático Ricardo Rivera Schreiber, Esta vez, y siguiendo con difundir pasajes poco conocidos de la historia, es que publico la hazaña de Ernesto Pinto-Bazurco, un peruano anónimo, cuyo rol en la guerra recién está saliendo a la luz.

VIDA EN ALEMANIA
Ernesto Pinto-Bazurco Alcalde nació en el Callao en 1913 y a los 21 años partió a Alemania a estudiar medicina gracias a una beca ofrecida por la corporación Bayern, por lo que se estableció en la ciudad de Münich. Allí conoció a la que sería su esposa, Hildegard Rittler.


Hildegard Rittler
En 1939 culminó sus estudios y consiguió una plaza en el Hospital General de Munich. Con el trabajo asegurado, pensaba casarse con Hildegard y residir en Alemania, pero con la llegada de Hitler así poder y el inicio de la II Guerras Mundial, la situación cambió radicalmente. La política racial, nacionalista y xenofóbica nazi prohibía los matrimonios mixtos, así que se le prohibió casarse con Hildegard ya que él era extranjero.

Cuando el gobierno nazi ordenó a los extranjeros abandonar Alemania, Ernesto decidió quedarse para ayudar en el hospital. Hildegard también decidió ayudar, posiblemente influenciada por la desprendida actitud de su pareja, y se inscribió como voluntaria en al Cruz Roja Internacional. Ambos estaban contra la guerra, vivían juntos y no podían casarse.

VÍCTIMA DE LA GUERRA
Después del atentado japonés contra la base estadounidense Pearl Harbor, en diciembre de 1941, el Perú, en un gesto solidario con EE.UU., le declaró la guerra a Alemania en los primeros días de 1942,  lo que puso en aprietos a los peruanos residentes en Alemania. Ernesto Pinto-Bazurco fue arrestado por la Gestapo -la policía de Hitler- bajo sospecha de espionaje, pues les parecía raro que un médico extranjero haya decidido quedarse en un país en guerra. 

Las investigaciones arrojaron que era hijo de un oficial de la marina peruana y que además era el único en su edificio que tenía teléfono, algo poco común para la época; un teléfono que le había asignado la propia administración del hospital para comunicarse con él. Esto fue suficiente para se arrestado y trasladado a una prisión cercana a la frontera con Austria. Los diplomáticos peruanos se habían ido de Alemania, así que nadie lo defendió. Estuvo preso cuatro meses, sufriendo privaciones y maltratos, alejado de su pareja Hildegard, que estaba embarazada de su primera hija y que no podía visitarlo porque no estaban legalmente casados. Cuando fue liberado, regresó a casa demacrado y con varios kilos menos . 
Hildegard con uniforme
de la Cruz Roja

Una vez repuesto retomó su trabajo en el hospital, incluso atendía clandestinamente en su domicilio. Ese mismo año -1942- el gobierno peruano le encargó a Suiza -un país neutral- que vele por la integridad de los peruanos residentes en Alemania. Los enviados suizos encontraron al médico peruano y le encargó defender a sus compatriotas dándole el cargo diplomático de Delegado, con atribuciones de Cónsul suizo. Ahora que tenía atribuciones diplomáticas, el médico peruano no dudó en expedir visas para ayudar a escapar de la persecución nazi a familias de judíos y a opositores al régimen, sin importar su nacionalidad, raza, ideología  o condición social; poniendo en riesgo su vida y la de su mujer; y sin cobrar una sola moneda por el favor.

Durante todo ese tiempo él y su familia sufrieron las inclemencias de la guerra: escasez de alimentos, inspecciones sorpresa, persecución, inseguridad por los bombardeos teniendo que acudir más de una vez a los refugios antiaéreos, y muchas cosas más. En dos oportunidades intentaron contactarlo los aliados para reclutarlo como espía, pero no aceptó, tal como lo hizo cuando los alemanes se lo pidieron también. Como diplomático al servicio de Suiza, siguió emitiendo visas y salvoconductos a judíos y alemanes opositores, llegando a salvar de la cárcel, el campo de concentración y la muerte a cerca de 60 personas. Su segundo hijo nació en ese periodo

DE VUELTA AL PERÚ
En 1948, regresó al Perú con su familia al Perú a bordo del buque Rímac y tras su retorno, trabajó en varias ciudades del país, siempre ayudando a los más necesitados. Estando en Madre de Dios, conoció a un joven ingeniero, quien le contó que siendo aún niño, junto a su familia logró escapar de Alemania gracias a la ayuda de un diplomático peruano, que resultó ser el mismo Ernesto Pinto-Bazurco. fue una sensación indescriptible al recibir el emotivo abrazo del joven ingeniero. Al menos sabía que una familia se salvó gracias a él. nunca supo que pasó con las demás personas que ayudó a escapar.

El 28 de setiembre de este año Ernesto Pinto-Bazurco cumplirá 100 años y aunque no recuerda ya casi nada de lo ocurrido, su compañera de toda la vida y ahora esposa, Hildegard Rittler, recuerda por los dos. Ella escribió en 2010 un libro titulado  Ángeles del Infierno, donde narra todo lo relatado en este artículo y más. Y hoy el documentalista Enrique Cam prepara un video documental sobre ellos, que servirá para dar a conocer a todos su historia de valentía.

El gobierno alemán los condecoró por su labor de fortalecimiento de las relaciones peruano-alemanas, pero él nunca recibió un homenaje de las autoridades peruanas. No esperen a que sea demasiado tarde, aún se está a tiempo.

              Dos fotos de los esposos Ernersto Pinto-Bazurco y Hildegard Rittler en los años 80, cuando regresaron a Münich

El día de hoy, 25 de junio del 2014, viendo televisión, encontré una entrevista a su hijo, el embajador Ernesto Pinto-Bazurco Rittler, realizada por Cecilia Valenzuela; en ella anunció la triste noticia de su fallecimiento hace apenas dos meses, a los 100 años y el de su esposa a los 97 años. Una pena que el Estado peruano no le haya  hecho el reconocimiento que merecía.


Ernesto Pinto-Bazurco hijo
Ernesto Pinto-Bazurco, en sus últimos momentos de vida




Carátula del documental que sobre su vida se estrenará en 2014







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* Adaptado del artículo homónimo de Raúl Mendoza, publicado por el suplemento Domingo, del diario La República el domingo 8 de setiembre del 2013.





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